martes, 18 de noviembre de 2008

LOS SUPERVENTAS Y LOS BEST SELLER. DE FEUCHGEBIETE A CARLOS RUIZ ZAFÓN

Gráfico: literatambo

En las librerías (o debajo de los sótanos de alguna librería desconocida) existen libros excelentes que nadie lee. Pero en los estantes de muchas librerías también existen libros malísimos que lee todo el mundo. ¿Dónde está la varita mágica del intrincado asunto? ¿cómo se hace y rehace un fenómenos de ventas?. Pues muy fácil y muy difícil. Mejor dicho: nadie lo sabe. Se intuye, pero nadie lo sabe a ciencia cierta. Los expertos de la mercadotecnia ponen énfasis en una buena distribución y en una arrolladora campaña mediática. Antes, los editores aconsejan a sus escritores que tomen de esto y tomen de lo otro y luego lo revuelvan para arribar a la fórmula mágica que se necesita para imponerse en el mercado. Y, como en los grandes grupos editoriales ya casi no hay editores, entonces aparece la figura del agente literario, quien lee por ellos, y finalmente está la figura del director literario quien decide que: como el „producto libro“ trata de tal asunto se lo puede vender de esta manera, etcétera, etcétera. Hasta los diseñadores meten el hocico en el guiso de palabras e indican que una portada impactante es un buen comienzo, y, otros, que el título del libro es un punto al que hay que tener demasiado en cuenta.

Para los que escriben superventas la fórmula manida de aderezar en 500 páginas crímen, sexo e intriga no es suficiente. ¿Cómo hará John Grisham ( ha vendido cerca de 12 millones de su libro „El informe pelícano“), o James Petterson (16 millones de libros vendidos en 2007) o a Danielle Steel (570 millones de libros vendidos). ¿Qué cifras no?. Parece sencillo, pero en el fondo una buena dosis de mercadeo, buenos lugares para su exhibición en las librerías de los aeropuertos o estaciones de trenes; atosigamiento al público con presentaciones en todos los medios de prensa, empero no parece suficiente. La presencia es vital, no obstante ¿qué es lo que hace decidir a un lector la compra de un libro? (no hablo de la lectura, que es otra cosa. Conozco gente que tiene una bien surtida biblioteca y casi nunca lee y otros que lo compran como si fueran adornos)



En Alemania, una jovencita simpática está batiendo record de venta (1) con Feuchtgebiete (más de un millón de ejemplares vendidos hasta el momento), un libro que fue rechazado por una editorial por pornográfico. Al que le di una ojeada y me quedé espantado. Pero ¿quien soy yo para decirlo?. La historia que empieza con la palabra hemorroides en la primera página y habla del cuerpo, olores y otras manías, ha despertado curiosidad (2). Y si la gente lo compra de nada sirve, a veces, las recomendaciones de la buena literatura que se da por aquí o acullá.

La pregunta es que ¿cómo es posible que los lectores lleguen a identificarse o a escoger este u otro título?. Una pregunta nada banal, pero urgente para descubrir el quid del asunto. En estos menesteres las técnicas de la mercadotecnia no funciona así sencillamente, sin embargo, la recomendación boca a boca entre los lectores y los conocidos y amigos influye en las ventas de un título como un tren arrollador.

Lo cierto es que Feuchtgebiete está allí en las librerías alemanas vendiéndose a diestra y siniestra.

Carlos Ruiz Zafón (3), que tiene la suerte de haber conquistado a un sinnúmero de electores en Alemania, sigue impresionando con las cifras de ventas de su „La sombra del viento“ (4) con más de 10 millones de libros vendidos. Y su última obra Das Spiel des Engels (El juego del ángel) ocupa los lugares más privilegiados de las librerías teutonas (5).

James Patterson en una entrevista que dio a un diario español al ser preguntado por sus artimañas a la hora de escribir para tener éxito dice que él escribe para todos los lectores y no se concentra en las élites. ¿Dirá lo mismo Paulo Coehlo?, cuyo libro „Brida“ (6) se ubica como una pirámide en las entradas de casi todas las librerías que visito en Alemania. Coehlo (7) ha vendido más de cien millones de libros en 66 idiomas. Kenn Follet (8), que es otro éxito de ventas, no sólo rompió las expectativas con „los pilares de la tierra“ sino con su libro „El ojo de la aguja“ ha vendido más de 10 millones.

Por supuesto que la cantidad de libros vendidos no habla de la calidad de la obra. Pero Sidney Sheldon da consejos a los principiantes para meterse en el tobogán de los superventas. Èl dice que los elementos que definen un best seller son en primer lugar los personajes. Los cuales no es importante que sean buenos o malos sino absolutamente creíbles. En segundo lugar la historia juega el papel neurálgico porque es el motor que empuja toda la obra. “Por medio de la historia el lector se mete en situaciones y lugares que nunca podría vivir por sí solo” (9). Y la fórmula tiene que funcionar para que lo lean millones de personas en diversos idiomas, y por lo tanto, procedentes de diversas culturas. La historia debe atrapar como una serie de televisión. Si no lo hace, el espectador cambia de canal.

Por favor, hipócrita lector, sólo quiero tocar el , a veces, doloso tema de los superventas, y de ninguna manera, los casos – que también son superventas- de libros como “Cien años de soledad” o “El principito”; e inclusive "La sombra del viento", libro catalogado en Alemania como una obra que bien lo hubiera firmado el mismísimo Dickens.

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