lunes, 23 de marzo de 2009

TRES POETAS: EDUARD MÖRIKE, SEAMUS HEANEY Y JUAN FELIPE HERRERA

La alfombra azul que traen los vientos se posa en Karlsruhe, nada más y nada menos que a la puerta de su castillo; Suz la ha fotografiado. La primavera inunda de color las manos de los hombres. Hoy es un buen día para leer un poema primaveral de Eduard Mörike, y recordar a otros dos. Fotografía: Suzanne Richter. Karlsruhe. Alemania. Marzo de 2009.

La poesía tiene el poder de despertar a los muertos. En algunas culturas se dice que la muerte es una estado de ausencia que se suple con el recuerdo, en otras, la muerte es un paréntesis cortado por un nacimiento nuevo en un punto y en un tiempo nuevo. Hay otros que estando vivos están como si estuvieran muertos. Esas cosas para los metafísicos. ¿Qué diría Samuel Johnson o César Vallejo?. Hoy les quiero presentar la poesía de tres poetas. Uno alemán, otro irlandés y el último, un estadounidense con orígenes mexicanos. El primero, Eduard Mörike (Ludwigsburg, Alemania 1804 - Stuttgart, Alemania 1875), vivió apartado de la política de su tiempo, era hipocondriaco, enfermizo y con una tendencia a la timidez frente a las mujeres, sin embargo llaman la atención sus poemas de amor y su lírica llena de alegría que fluye dentro de un cuerpo que sufrió. El poema „Er ist´s!“ es muy famoso.


El segundo poeta es todo lo contrario a Mörike. Seamus Heaney, premio Nobel de Literatura 1995 ha sido un testigo de los conflictos de su Irlanda. En su palabra se vierten los sentimientos de un poeta que no es ajeno a la realidad y que a la vez no se desentiende de la belleza y la admiración que debe provocar la poesía. Heaney (Condado de Derry, Irlanda del Norte, 1939) acaba de ser galardonado con el premio Cohen de Literatura 2009. Abajo leeremos el poema „Strange Fruit“. Heaney dice que “la poesía no puede obviar lo negativo de la vida, pero tiene que añadir algo: tiene que añadir placer” (1).

El tercer poeta, Juan Felipe Herrera, nació en 1948, in Fowler, California, hijo de padres mexicanos, forma parte de una generación de imigrantes campesinos enclavados en los Estados Unidos. En 1974 publicó “Rebozos of Love” y luego le siguió "Exiles of Desire" (Arte Publico Press. University of Houston. 1985). Su bibliografía es fecunda. Juan Felipe Herrera ha ganado este año el premio de poesía del Círculo Nacional de Críticos de Libros de los Estados Unidos 2009 por su libro "Half the World in Light: New and Selected Poems" ("La mitad del mundo iluminada: Poemas nuevos y seleccionados"). El galardón lo ha recibido en la primera quincena de este mes. Ante este premio el mayor homenaje que se le puede rendir a un poeta como a Juan Felipe Herrera es leerlo. Abajo apuntamos su poema “El ángel de la guarda”.

Tres poemas, tres mundos, tres tiempos, tres visiones; la poesía sigue cabalgando como siempre a pesar de los incrédulos Atilas.













ER IST´S!


Eduard Mörike

Frühling lässt sein blaues Band
wieder flattern durch die Lüfte;

süße, unbekannte Düfte

streifen ahnungsvoll das Land.

Veilchen träumen schon,

wollen balde kommen. -

Horch, von fern ein leiser Harfenton!
Frühling, ja du bist's!

Dich hab ich vernommen!



STRANGE FRUIT


Seamus Heaney

Here is the girl’s head like an exhumed gourd.
Oval-faced, prune-skinned, prune-stones for teeth.


They unswaddled the wet fern of her hair
And made an exhibition of its coil,
Let the air at her leathery beauty.
Pash of tallow, perishable treasure:
Her broken nose is dark as a turf clod,
Her eyeholes blank as pools in the old workings.
Diodorus Siculus confessed

His gradual ease with the likes of this:
Murdered, forgotten, nameless, terrible
Beheaded girl, outstaring axe
And beatification, outstaring
What had begun to feel like reverence.



EL ÁNGEL DE LA GUARDA


Juan Felipe Herrera


I should have visited more often.
I should have taken the sour pudding they offered.
I should have danced that lousy beggar shuffle.
I should have painted their rooms in a brighter color.
I should have put a window in there, for the daughters.
I should have provided a decent mountain for a view.
I should have nudged them a little closer to the sky.
I should have guessed they would never come out to wave.
I should have cleaned up that mole, the abyss, in the back.
I should have touched them, that's it, it comes to me now.
I should have touched them.

domingo, 22 de marzo de 2009

EL ARTE DE VENDER ARTE SIN ARTE

En el mercantalismo del arte se tiene la costumbre de conceder valor a la firma del artista que a la obra misma. ¿Será arte la pintura de arriba?

Exposiciones de arte he visto muchas, pero cada vez entiendo poco. En estos tiempos en que la boñiga de un cuadrúpedo o las visceras de un ternero se vuelven materias para hacer arte, he dejado de entender de arte. Es más, me desentiendo de los tratados modernos de arte, claro, con algunas excepciones. Ya no me interesa mucho leer los catálogos o los libros de los jurados de las artes plásticas. Desconfío de pocos, y más aún de esa práctica maliciosa de valorar o sobrevalorar un cuadro o una escultura metalicamente. Pareciera que dentro de ese juego, propio de inversores de bolsa, se escondiera una chapuza con pies y cabeza. Algo huele mal en los sótanos obscuros del mundo del arte. Como no hay autocontrol, los mercaderes del arte se mueven como mosquitos en un campo de nudistas. Pero menos mal que no son todos. Empero, algunos tienen la fuerza de influir y controlar los mercados.


Hace unas semanas, visitaron la estación de nuestra radio, durante la emisión del programa Haltestelle Iberoamerika ( paraderoiberoamerica@googlemail.com ) un grupo de jóvenes artistas latinoamericanos. Ellos fueron invitados a participar en la UND www.und-1.de Plattform zur Präsentation von Kunstinitiativen in Karlsruhe plus internationale Gäste, el cual se llevó a efecto del 4 al 8 marzo de 2009. Este evento se realizó paralelamente a la feria de arte titulada ART que también se llevó a cabo en Karlsruhe. UND intenta sacar a la luz la obra de artistas que de una u otra manera no ingresan a algunos circuitos o propende a fomentar las iniciativas de creadores independientes. Hasta allí la cosa es muy interesante y loable. Tras esa visita a la casa de la radio, de la cual no participé porque Eréndira Estrada y Ana María Rodríguez se ocuparon de la producción y conducción del programa por ser 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, me volvió a picar la interrogante de siempre: ¿qué es arte?.


Pero ¿qué es arte?. Esa es la pregunta que mi abuelo se hacía cuando se quedó sorprendido aquella vez que un artista enlató excremento, lo exhibió y lo vendió. La otra pregunta necesaria sería ¿hasta dónde llegan los límites del arte? y ¿cuánto arte debe tener el arte para llamarse arte?. Allí está el dilema que nadie logra aclararlo, a pesar que existen toneladas de libros y tratados escritos sobre el tema. Cada uno discrepa del otro, cada uno lanza una idea y otro, otra más.

Ahora, pues ¿quién desenreda la madeja de la duda que guardo?. Luego de visitar museos como Louvre (1), del Prado (2), la Kiasma de Helsinky (3), el Gulbenkian de Lisboa (4), talleres de artistas amazónicos en Perú, de pintores del Lago Titicaca, de creadores de Sacromonte, Granada o de galeristas en Karlsruhe, lugares donde mis emociones consiguieron su máxima expresión, digo, luego de haber visto eso y otras cosas más, en consecuencia, pesa decirlo, pero me atrevo a repetirlo: del mundo del arte de hogaño se ha apoderado un cierto tufillo de élites que nos quieren, a veces, dar gato por liebre. Hasta que nadie me pueda aclarar las cosas que no entiende doña Catalina Cisneros o don Marciano Huamán, dejo transportarme sobre las alas de los duendes que despejan sus magias dentro de mi escéptico yo. Desde entonces sencillamente decido con mis disminuidos sentidos sensoriales qué objeto es un hecho artístico. El resto me importa un comino.


La verdad es una mentira desagradable, y lo recuerdo porque esto le debe de doler a mucha gente del arte, porque el mundo del arte en ciertas latitudes se está convirtiendo en un proceso mercantilista. Suena raro pero que alguien le ponga precio a un diente de conejo bañado en oro o a la oreja de un camello empapado en vinagre, es de risa. En ciertas partes del mundo el arte se ha vuelto ofensivo. Claro, que los artistas y sus intermediarios tienen que subsistir o mejor dicho vivir, pero eso no da luz verde para moverse en el mundo del arte dando gato por liebre, y lo que es más, ufanarse de las ventas con muchos ceros en los precios de objeto artísticos mientras que en otras partes del mundo sólo se conoce el arte de la muerte o del hambre, parte desalada del mundo hipócrita del arte.


Y no hablemos de las subvenciones, ya que en estas lides muchos artistas cuyos nombres no quiero acordarme son sumamente „artistas“.


El arte no es un producto que se deba dejar al libre juego de la oferta y la demanda. O, sí. O no. O necesita subvenciones, padrinazgos, mecenazgos, etc. Unos creen que dejarlo en manos del mercado sólo lleva al triunfo del arte ‘comercial’. Otros, que si interviene el Estado, desaparece la libertad individual. El debate está servido.


(1) http://www.louvre.fr

(2) http://www.museodelprado.es/es/bienvenido/


(3) Nykytaiteen museo Kiasma


(4) http://museu.gulbenkian.pt

domingo, 15 de marzo de 2009

DESPERTANDO CON HEINRICH HEINE Y EL ASOMO DE BLANCA VARELA


Hoy domingo me he despertado leyendo a Heinrich Heine (Düsseldorf 1797- París 1856).
Desde ayer por la tarde tuve la necesidad de releer sus versos. Por la sencilla razón que cada día que pasa, la luz se hace más presente en la ciudad donde vivo (sur de Alemania), y con él vienen las estaciones secretas de un lector que combina la despedida de la estación invernal con las ganas de recibir la luz con los ojos abiertos y la morriña cerrada.
Qué más da, la primavera está por tocar oficialmente las puertas de Europa y, Heine me lo ha recordado a través de este poema escrito en la tercera década del siglo XIX, en donde se percibe que su frescura y vitalidad ha sobrevivido al tiempo y otras tempestades:

LEISE ZIEHT DURCH MEIN GEMÜT


Heinrich Heine


Leise zieht durch mein Gemüt

Liebliches Geläute.

Klinge, kleines Frühlingslied,

kling hinaus ins Weite.


Kling hinaus, bis an das Haus,

Wo die Blumen sprießen,

Wenn du eine Rose schaust,

Sag, ich laß sie grüßen.


Este poema habla de una simple canción de primavera. Su simplicidad llama la atención, pero en ella descansa su hermosura. Una canción de primavera que suena, abierta -como una mano deslizando su poder sobre el pecho de un amante-. El poeta usa tres veces el verbo sonar (klingen) en los ocho versos que tiene el poema. Esa canción que desliza su frescura primaveral atraviesa la extensión del espacio hasta llegar a una casa donde brotan las flores. Entonces aparece una rosa, y un saludo.

La fascinación de Heine me viene también por el lado de su biografía. Dicen que él escribió este poema cuando dejaba Alemania para irse a vivir a Francia, en 1831. En Alemania era un judio y en Francia un alemán. El crítico de literatura Marcel Reich-Ranicki lo formula mejor cuando escribe que: „In Deutschland gehörte er zu den Ausgestoßenen, in Frankreich zu den Ausländern“ /en Alemania pertenecía a los excluidos y en Francia a los extranjeros (1).


La imagen de Heine me traslada a la imagen de la poeta peruana Blanca Varela (quien ha muerto el pasado 12 de marzo). Ambos se fueron a Francia. Varela dejó su Lima natal para vivir un tiempo en Europa, en París (como César Vallejo lo hiciera mucho antes). Heine no será Varela, ni Varela Heine, cada uno vivió su época y no se sabe si los Dioses del Tiempo harán pervivir los poemas de la peruana como todavía perviven, a pesar de los calendarios idos, los versos de Heinrich Heine con una absoluta vigorosidad que espanta.


Hay en esencia en ambos escritores algo que me llama la atención: Heine criticaba con sorna a la sociedad de su tiempo, y, a través de su pluma llegó a ganarse enemigos, lo que equivalió a vivir hostigamiento y exclusión, tal vez, también, por su procedencia judía. En Blanca Varela en cambio, si uno lee profundamente su poesía, le plantó cara a la sociedad patriarcalista y criticó la maldad que sale de donde menos se espera. Lo que los unió ha sido el amor a la palabra y por sobre todo la yuxtaposición de ideas con una gran libertad y franqueza. El poeta alemán murió en París en 1856 y Blanca Varela dejó París, y, luego de pasar en otros lugares, volvió a Lima donde murió a los 82 años.

Plomo en mi boca, en mi pupila sombra,
La mente entorpecida,
Y el corazón cansado,
En el fondo de un féretro gemía.


Heinrich Heine

L’INTERMEZZO (fragmento)

LVIII


Allí destruyo con brillantes piedras

La casa de mis padres,

allí destruyo la jaula de la aves pequeñas,

destapo las botellas y un humo negro escapa

y tiñe tiernamente el aire y sus jardines.


Blanca Varela.

Puerto Supe (fragmento).


(1) Ein Jüngling liebt ein Mädchen. Marcel Reich-Ranicki. Insel Verglag. Página 60.

viernes, 13 de marzo de 2009

ESE PUERTO EXISTE, BLANCA

Gráfico: literatambo.

„habito el interior de un fruto muerto“

Blanca Varela. Puerto Supe.


«Asciendo y caigo al fondo de mi alma», escribió una vez en uno de sus poemas Blanca Varela. "El querido animal / cuyos huesos son un recuerdo", lo hizo en otro. Más tarde escribiría: „para eso estamos / para morir / sobre la mesa silenciosa / que suena”. La autora de estos versos murió ayer jueves 12 de marzo de 2009, a los 82 años, en la capital de Perú, Lima, donde nació un 10 de agosto de 1926.


Debo confesarlo, la poesía de Blanca Varela la he leído poco, pero ese poco me iluminó todo. Su concisión y ahorro de palabras siempre me han dejado pensando. Sus poemas han sido para mí como golpes al estómago, directos, o como bofetadas que osan despertar ese yo cabizbajo caminando sobre el terraplén de lo cotidiano. El macho despojado por el poder de la mujer. Lo que más admiro de sus versos son ese inmenso poder de observar las cosas desde su lado más humano y más crudo, como si la pluma de Varela fuera una cámara fotográfica en peremne rebeldía que copia toda la realidad, a diestra y siniestra, en silencio y desterrando la mentira.


La muerte está presente en muchos de sus versos, confirmando que la única certeza a la que se enfrenta el ser humano es a su propia muerte. La duda, el amor, la protesta y sobre todo el dolor y el desengaño disecciona su palabra. Leí poco de ella, lo que es peor, no he releído sus versos porque de Lima guardo quizá el patriarcalismo hartante. En la repetición está el gusto hipócrita lector, y hay que cumplir esa regla a rajatabla. No la he cumplido. Cuando me vine a Europa no traje entre mis maletas libros de ella. Injusto ejemplo que da razón al desequilibrio entre los lectores de poesía hecha por hombres o mujeres, discusión no banal, pero que pone sobre la mesa la figura de una personalidad poética que no fue reconocida hasta hace unos años, empero, que pese al tiempo, sus versos florecen como si brotaran de una semilla dormida que acaba de explotar para las nuevas generaciones.


Ella ya lo había dicho una vez en una entrevista concedida a la agencia española EFE en 2002, cuando se publicó su obra completa en el volumen titulado “Donde todo termina, abre las alas” asegurando “que sus versos brotaban ´del maldito castigo, de la pérdida, del ´abandono y tristeza´ que siempre había sentido. Y que su libro reflejaba el alma de una mujer ´rebelde porque el mundo es injusto´”.


Ahora que la poeta ha muerto, me imagino a Blanca Varela a comienzos de la tercera década del siglo XX, enfrentada a una Lima patriarcalista atada de pies y manos, destellando con sus estereotipos y desencantos los retrocesos que las mujeres de hoy desconocen. Por supuesto que eran otros tiempos (si es que no me equivoco). Cuánto le habrá alegrado a Varela salir de allí y más aún, haber llegado a París y entablar amistad con Simone de Beauvoir, adonde arribó en 1949 y, donde además, conocería a muchos artistas y literatos de la época gracias a los contactos del mexicano Octavio Paz, quien fue una persona determinante en su trabajo de poeta.


“Blanca Varela es una poeta que no se complace en sus hallazgos ni se embriaga con su canto. Con el instinto del verdadero poeta, sabe callarse a tiempo”, dijo de ella Paz a raíz de la publicación en 1959 de su primer libro “Ese puerto existe” . Varela, si las comparaciones caben, es el par femenino de Paul Celan opina el crítico peruano Marco Martos (1).


Luego seguirían otras publicaciones como "Luz de día" (1963) y "Valses y otras confesiones“ (1971); "Canto villano" (1978) y. "Como Dios en la nada" (antología de su obra escrita entre 1949 y 1998). La escritora recibió importantes premios como el Octavio Paz de Poesía y Ensayo (2001), el Federico García Lorca (2006) y el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2007). Su trabajo ha sido traducido a los idiomas alemán, francés, inglés, italiano, portugués y ruso.


A continuación apunto dos poemas de la desaparecida poeta peruana:


toca toca
todavía tus dedos se mueven bien
el dedo de la nieve y el de la miel
hacen lo suyo


nada suena mejor que el silencio
nuestro desvelo es nuestro bosque


aguza el oído como una hoz


a trillar lo invisible se ha dicho


para eso estamos
para morir
sobre la mesa silenciosa
que suena


En: El falso teclado, 2000.
Tomado de: Blanca Varela, Donde todo termina abre las alas, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2001.


EL AMOR ES COMO LA MÚSICA



IX



El amor es como la música,
me devuelve con las manos vacías,
con el tiempo que se enciende de golpe
fuera del paraíso.
Conozco una isla,
mis recuerdos,
y una música futura,
la promesa.

Y voy hacia la muerte que no existe,
que se llama horizonte en mi pecho.
Siempre la eternidad a destiempo.



(1) Blanca Varela y sus contemporáneos. Marco Martos Carrera. 2008.

jueves, 12 de marzo de 2009

GANADORES DE LOS PREMIOS DE LA FERIA DE LIBRO DE LEIPZIG, ALEMANIA 2009




Arriba, las portadas de los libros ganadores del Premio de la Feria del Libro de Leipzig 2009.

Cuando uno llega a Leipzig, lo primero que le llama la atención es la campechanía de sus gentes, además de su arquitectura, la iglesia de Sant Tomás, donde laboró mucho años Johann Sebastian Bach, irradia una magia encantadora para el visitante. A poca distancia del centro de la ciudad se levanta el monumento a la „Batalla de las Naciones“, lugar donde Napoleón Bonaparte experimentó en 1813 el mayor enfrentamiento armado de su campaña.


Leipzig tiene una gran tradición ferial en Europa, porque allí desde 1190 ya se levantaban ferias que llamaban la atención de todos. Pero además Leipzig, que posee la segunda universidad más antigua de Alemania, tiene la tradición de tener gente que no se vienen con rodeos, allí se gestó, a través de las famosas demostraciones de los lunes, la reunificación de la tierra de Goethe.


Allí, en esa emblemática ciudad, por donde he gozado con demasía el sentimiento de escuchar en cada esquina la fresca melodía de Mendelssohn o Bach (aquí nació Richard Wagner) se ha dado a conocer hoy jueves 12 de marzo los premios de la famosa Feria de Libro de Leipzig 2009.

El evento ferial de literatura en esta oportunidad premia los trabajos de autores en tres categorías: bella literatura, libro técnico o ensayo y traducción. En la categoría traducción la ganadora fue Eike Schönfeld por la traducción del libro de Saul Bellow: "Humboldts Vermächtnis" (El legado de Humboldt) impreso por la editorial Kiepenheuer & Witsch (1).


En la categoría ensayo o libro técnico la obra del escritor Herfried Münkler titulado "Die Deutschen und ihre Mythen" (Los alemanes y sus mitos) publicado por la editorial Rowohlt Berlin Verlag.


En la categoría bella literatura la autora Sibylle Lewitscharoff ha sido la ganadora por su libro "Apostoloff" (Editorial Suhrkamp Verlag).


El premio está dotado de 45.000 euros. Los autores Eike Schönfeld, Herfried Münkler und Sibylle Lewitscharof tuvieron que competir entre un grupo de autores nominados para los premios de la presente edición.


(1) Die Deutschen und ihre Mythen. Rowohlt Verlag - Rowohlt-Berlin Rowohlt Berlin Verlag. Sobre el autor Herfried Münkler. Über den Autor Prueba de lectura Leseprobe


(2) Aus dem amerikanischen Englisch von Eike Schönfeld
Saul Bellow: Humboldts Vermächtnis. Kiepenheuer & Witsch - Startseite
Kiepenheuer & Witsch. Sobre al autor Biographie . Prueba de lectura Leseprobe


(3) Apostoloff. Suhrkamp Verlag GmbH und Co. KG Suhrkamp Verlag. Sobre la autora Sibylle Lewitscharoff Über die Autorin . Prueba de lectura Leseprobe

miércoles, 11 de marzo de 2009

VOLVIENDO CON GOETHE ME QUEDÉ CON CÉSAR VALLEJO


Ando alejado de este hermoso blog y de sus hermosos lectores (la hermosura se mide con el alma, señoras y señores) desde la segunda quincena del mes de febrero. Y vuelvo a él, en circunstancias en que los vecinos de la región que habito estamos tristes y conmocionados por los sucesos acaecidos esta mañana en la ciudad de Winnenden (1), una localidad ubicada cerca de Stuttgart, a más de 50 kilómetros de Karlsruhe, la ciudad donde vivo. No puedo dejar de pensar en los padres de las víctimas, ni en los familiares. La muerte es dolorosa. Espero que se hable más del tema en estos días no sólo en las escuelas, porque hechos como el ocurrido hoy en Winnenden envuelven a toda la sociedad.


La noticia me llegó cuando leía a Goethe. Tengo un libro que me regalaron mis alumnos con los poemas más afamados de la literatura alemana. El libro se llama „Stimmen im Kanon“ (2), que es una hermosa colección de poemas elegidos por Ulla Hahn y publicada por la Editorial Reclam. Como había salido algo de sol -tras varios días de lluvias que han humedecido mis zapatos hasta el hartazgo- me tropecé con un poema de Johann Wolfgang Goethe, titulado „Mailied“ (Canción de mayo) el cual, por las circunstancias de tristeza que envuelve a la zona desde donde escribo, no publico (también lo traduje y lo colgaré en LITERATAMBO en otra oportunidad).





El asunto es que consternado por los hechos acaecidos en Baden-Württemberg, pasé del poema „Mailied“ de Goethe a otro de César Vallejo:

(„El dolor nos agarra, hermanos hombres / por detrás, de perfil).

Transcribo más abajo el poema „Un hombre pasa con un pan al hombro“, porque la poesía del poeta peruano más universal nos transporta a los pantanos y a las praderas de la condición humana:




(„Considerando también / que el hombre es en verdad un animal / y, no obstante, al voltear, me da con su tristeza en la cabeza...“)


El poema „Un hombre pasa con un pan al hombro“ perteneciente al libro „Poemas Humanos“ según el crítico literario y escritor Osvaldo Gallone, ilustra una lógica irrebatible; frente a la cotidianeidad –pueril o atroz, tanto da- la palabra literaria es insuficiente, deviene caricatura, sonido hueco o artículo suntuario (2)

UN HOMBRE PASA CON UN PAN AL HOMBRO


Un hombre pasa con un pan al hombro
¿Voy a escribir, después, sobre mi doble?

Otro se sienta, ráscase, extrae un piojo de su axila, mátalo
¿Con qué valor hablar del psicoanálisis?

Otro ha entrado en mi pecho con un palo en la mano
¿Hablar luego de Sócrates al médico?

Un cojo pasa dando el brazo a un niño
¿Voy, después, a leer a André Bretón?

Otro tiembla de frío, tose, escupe sangre
¿Cabrá aludir jamás al Yo profundo?

Otro busca en el fango huesos, cáscaras
¿Cómo escribir, después del infinito?

Un albañil cae de un techo, muere y ya no almuerza
¿Innovar, luego, el tropo, la metáfora?

Un comerciante roba un gramo en el peso a un cliente
¿Hablar, después, de cuarta dimensión?

Un banquero falsea su balance
¿Con qué cara llorar en el teatro?

Un paria duerme con el pie a la espalda
¿Hablar, después, a nadie de Picasso?

Alguien va en un entierro sollozando
¿Cómo luego ingresar a la Academia?

Alguien limpia un fusil en su cocina
¿Con qué valor hablar del más allá?

Alguien pasa contando con sus dedos
¿Cómo hablar del no-yó sin dar un grito?



(1) Tragedia en una escuela alemana (Estrella Digital. España. 11 marzo 2009)

Tim K. erschießt sich selbst (Taz. Berlín. Alemania. Edición digital. 11 marzo 2009)

(2) Reclam Verlag: Stimmen im Kanon

(3) César Vallejo, el peruano universal. Osvaldo Gallone. Le Monde Diplomatique. Enero 2009. Número 159. Página 27.