miércoles, 29 de septiembre de 2010

EL SOL DEL POETA AUSTRIACO GEORG TRAKL EN KAPIKIRI

Arriba, foto de Georg Trakl en la portada del libro "Trakl" de Otto Basil. Editorial Rororo Rowohlt Verlag - rororo . Abajo, foto de una caída de sol en Kapikiri, Turquía, contemplada desde los montes Latmos, a los pies del lago Bafa, en setiembre de 2010. Foto: Literatambo.

„Wünsche wenig und du bekommst alles.
Wünsche nichts und du bist frei.

Fernando Pessoa

„Yo no llego a entender la poesía de Trakl, pero su lenguaje me deslumbra y es lo que mejor idea me da de lo que es el genio“

Ludwig Wittgenstein


Uno de los poetas en idioma alemán que despierta curiosidad, y sobre todo admiración, es Georg Trakl. Trakl, que nació en Suiza y murió a los 27 años en Polonia, empezó a escribir casi siendo niño numerosos poemas que siguen sorprendiendo a los lectores. Uno de sus poemas más famosos es „Verfall“ que escribió en 1913. Pero el poema que abajo apunto y traduzco no es Verfall sino Die Sonne (El sol), un hermoso poema que es una declaración de amor a la luz, a la naturaleza, al sol. Una concatenación de colores e imágenes que evocan a Helios. El poema se compone de 12 versos divididos en cuatro estrofas, y éstas compuestas de tres versos.

El poema habla del sol que sale detrás del monte. Ese sol que veía cada día, durante mi estancia en Turquía, en Kapikiri (1). Allí lo veía salir detrás de los montes mágicos de Latmos (2), testigos mudos de la cultura helénica, bizantina y otomana que se levantaron a sus pies y a las orillas del lago de Bafa (3) que por esos avatares de la naturaleza antes tenía conexión con el Mar Mediterráneo. Desde lo alto de estos montes se ve al sol con una superioridad sagrada. Ahora que he vuelto a Alemania confirmo que ese mismo sol casi se ha vuelto a marchar. A ese sol rinde honores su poema Die Sonne el poeta Georg Trakl, y a la vez, presenta su admiración a la belleza del bosque, a los animales que esta posee, al ser humano que vive en él y de él (cazador o pastores). En estos versos podemos sentir un cuadro tipicamente bucólico, y si nos compenetramos a desmenuzar el lenguaje de amor a la pachamama que enzalsa el texto, me atrevería a señalar que habla de la sostenibilidad del medio ambiente: „hermoso es el bosque, el animal, el hombre, cazador o campesino“, se lee en el segundo y tercer verso de la primera estrofa.

En la segunda estrofa un pez rojo saca la cabeza de la alberca, mientras el pescador se mece silenciosamente sobre su barca bajo un cielo redondo que imaginamos azul, tan igual como el color de la barca del pescador. Volvemos aquí a lo que decía más arriba: el poeta describe un paisaje dotado de gente que vive de los frutos de la naturaleza: un pescador, un cazador, un pastor.

Pero de pronto, en la tercera estrofa, aparece la maldad y la bondad, cuando declina la tarde mientras lentamente van madurando los racimos de uvas, las semillas, los granos. En la última estrofa, cuando ya se ha hecho de noche, el caminante camina en silencio mientras se mete en la garganta de la oscuridad el sol.

Die Sonne / El sol es un bello poema al astro rey. Sus colores me iluminan y me atrapan. La oscuridad me devora. Leamos abajo el poema y más abajo la traducción que he hecho. No se olviden que una traducción es una mala fotocopia. Sonoridad y ritmo se pierden, los que traducen no los pueden atrapar, porque son libres.

DIE SONNE

por Georg Trakl

Täglich kommt die gelbe Sonne über den Hügel.
Schön ist der Wald, das dunkle Tier,
Der Mensch; Jäger oder Hirt.
Rötlich steigt im grünen Weiher der Fisch.
Unter dem runden Himmel
Fährt der Fischer leise im blauen Kahn.
Langsam reift die Traube, das Korn,
Wenn sich stille der Tag neigt,
Ist ein Gutes und Böses bereitet.

Wenn es Nacht wird,
Hebt der Wanderer leise die schweren Lider;
Sonne aus finsterer Schlucht bricht.

EL SOL

Por Georg Trakl
(traducción: Jose Carlos Contreras Azaña. Karlsruhe. Setiembre 2010)

Diariamente viene el amarillo sol sobre el monte
Hermoso es el bosque, el oscuro animal,
el hombre, cazador o pastor


rojizo sube el pez a la superficie verde de la alberca.
Bajo el cielo redondo
Viaja en silencio el pescador sobre su barca azulina.


Lento madura la uva, la semilla,
cuando el día cae en silencio
lo bueno y lo malo se prepara.


Cuando se hace de noche,
en silencio levanta el caminante sus pesados párpados;
el sol se parte en la oscuridad del barranco.
Arriba, entrada al pueblo de Kapikiri. Abajo, observando el mundo ancho y ajeno del lago Bafa (que no se ve en la foto); detrás, el sagrado monte de Latmos conocido como los cinco dedos. Foto: Literatambo. Setiembre 2010.


(1) Más sobre Kapikiri: Kapıkırı Herakleia am Latmos
(2) Más sobre el monte Latmos Beşparmak Dağları
(3) Más sobre el lago Bafa: Bafa-Sees

jueves, 9 de septiembre de 2010

CINE SOBRE GENTE DE CINE: DAS LEBEN IST ZU LANG (LA VIDA ES DEMASIADO LARGA)

Abajo, el afiche de la película alemana „Das Leben ist zu lang“ del director Dani Levy. Arriba, la portada del libro Historia del cine mundial de José María Caparrós Lera.


La dirección cinematográfica conlleva unos conocimientos técnicos y una participación personal del director (...). Nada es quimicamente puro. Ninguna película es neutral. Ni siquiera los cuentos infantiles llevados a la pantalla se escapan de la visión personal del director.


Carmen Deltoro Lenguazco

El cine: otra dimensión del discurso artístico


Por Jose Carlos Contreras


Cine que habla de la gente de cine. Eso es la película „Das Leben ist zu lang“, una comedia donde se combina el humor negro y el lenguaje onírico rubricado por la personalidad del director Dani Levy, asunto que a muchos de los espectadores deja al final de la presentación algo despistados.


El argumento a grandes rasgos es como sigue: un casi fracasado director de cine de origen judío, Alfi Seliger (el alter ego del director), para no ser pillado, se ve obligado a colgarse de la ventana de los servicios de la casa de un magnate del séptimo arte que celebra una fiesta -cuya mujer minutos antes le ha conminado a hacer el amor- pero al no poder sostenerse cae de pronto sobre un coche de lujo y desde ese momento nace un paseo onírico a través de su vida futura y dentro de su familia compuesta por su mujer prisionera de la crisis de los cuarenta y aburrida de su papel de madre que trabaja sincronizando películas; un hijo que se masturba viendo afiches de artistas de Hoolywood; una hija en plena pubertad que desea tener otro padre, una madre que trata de saldar las cuentas del pasado con su hijo (el director) apoyándole en sus anhelos de hacer cine; además en el film aparecen personajes como artistas creídos de tener sobrado talento, productores arrogantes, actrices que confunden la realidad con la ficción, en fin, un sinnúmero de personajes vinculados al séptimo arte que destapan graciosamente y con ironía la vida que se cuece detrás de bastidores mostrando la cara más humana y fea de nuestros super héroes de la pantalla gigante.


Temo decir que la película sólo pueda entenderse en Alemania. No sé como enfrentaría su lenguaje cinematográfico un espectador chino o mexicano. Además hay sendos diálogos donde brotan una serie de contextos linguísticos propios de la realidad histórica alemana, que al doblarse para otras geografías deben de saber a harina de otro costal. No lo sé, temo equivocarme, porque para eso están los traductores. Pero en sí la traducción ya es una mala fotocopia.


Decía que nuestro personaje estaba colgado en la ventana de los lavabos del productor, quien tiene la manía de leer en la letrina los guiones que le mandan. Entonces al no poder sostenerse, o para ser más justos al guión, la mujer del magnate cierra la ventana, cae sobre el coche de lujo estacionado en la casa e inicia un viaje que no sabe si es cierto o falso. Nuestro personaje deambula en las fronteras del paroxismo y desde allí sale de la parrilla una historia como una moto de carrera contándonos sus sueños, sus miedos y sus complejos de director: el productor le ofrece hacer un film con el guión que le ha entregado porque lo ha leído al padecer una diarrea. Más tarde se entera que su guión será una serie para una cadena televisiva alemana, él se molesta, pero ya ha firmado un contrato sin leer las letras pequeñas. Vuelve a sufrir un colapso vital, visita a un gurú, y ve a su mujer besándose ardientemente con su amante, entonces decide suicidarse en un hotel, pero falla en el intento porque el camarero del hotel lo ha descubierto. Su mujer le dice que ha estado tres días en coma tras despertarse del intento fallido de tomarse un cóctel de pastillas y jarabes. De pronto se encuentra otra vez colgado en la ventana del magnate de cine y cae sobre el coche de lujo y la vida le da una segunda oportunidad de vivir para no tropezar en los errores que cometiera antes de caer sobre el coche de lujo.

El cine está obligado a distorsionar la realidad como en la buena literatura. Das Leben ist zu lang, „La vida es demasiado larga“ es una comedia con mucho humor, pero que a veces puede aburrir, porque me da la sensación que el director tuvo que cortar muchas cosas de sus diálogos originales. Ya se sabe que el cine es una práctica de montaje en donde la organización del material y de la historia no es solo visual sino conceptual. El cine es un discurso artístico que pude ser desmadejado sensorialmente por cuantas mentes lo miren. El film alemán es una película divertida, pero esperaba más, le falta un no se qué, basta verla solo una vez, empero pertenece a la categoría de las recomendables, porque Levi, su director ya ha confirmado que es un grande, sino pues vean „Alles auf Zücker!“ o „Mein Führer“. Aunque con este film de 87 minutos no llegue al nivel de las anteriores.

martes, 7 de septiembre de 2010

MANUEL AZAÑA EN CÁDIZ

Arriba, portada de uno de los libros sobre Manuel Azaña que compré en Cádiz. Abajo, foto de un jovencísimo Mario Vargas Llosa durante su visita a una de las bodegas de Sherry de Jerez de la Frontera en 1974. Más abajo, caída de sol en la Costa de la Luz en setiembre de 2010. Fotos: literatambo.

„Si los españoles habláramos sólo y exclusivamente de lo que sabemos, se produciría un gran silencio que nos permitiría pensar“

Manuel Azaña


La cultura no está en los genes

Lewontin

„El centro del mundo“, como dice Pedrito, el personaje de „Los viejos amigos“ del escritor español Rafael Chirbes, se ha convertido para mí, en estos días, la Costa de la Luz, en Andalucía, al sur de España. Andalucía es siempre un exquisito encuentro para el ejercicio de viajero. Y quizá también un bonito lugar para morir: si es que los vivos tienen la facultad de barruntar el lugar del gran día.


Volver al mar (para mí la mar es una hermosa fiera femenina vestida de azul porque he sido marinero) ha resultado una húmeda y maravillosa sensación que me ha dejado el cuerpo salado de recuerdos: „Alguien acaba de caminar sobre mi tumba“ leo en „El mar“ del irlandés John Banville, esa novela poética que me he comido de un bocado compuesto por pata negra, donde un hombre, tras la muerte de su mujer, regresa a recoger las cenizas de su infancia en un pueblo costero. En Jerez de la Frontera, ciudad aromatizada de Sherry, caballos y motos, y que no está justamente en la costa, he recogido los pasos de la más maravillosa amiga que haya conocido y que me lleva la delantera al más allá. La muerte como el amor es inverosimil, el recuerdo sí. Por Jerez caminábamos un día de hace muchos años hablando de las igualdades del ser humano y de las desigualdades del mundo.


Recorriendo lugares cercanos a Jerez, entre Medina Sidonia y Caños de la Meca, esa amiga me hablaba de Rosa Luxemburg (1), Otto von Bismarck, de Johann Wolfgang von Goethe, y de lo maravillada que estaba por la literatura de Julio Cortázar, Gabriel García Márquez y de un librito que lleva como título „Réquiem por un campesino español“ de Ramón J. Sénder (2).


Haber vuelto a la Costa del Sol ha sido una reconfortante medicina. Mares y playas, sol y dunas, tumbado en la arena como una morsa bajo un parasol me han venido a la mente las aguas de otras playas que visité, las del Pacífico y el Caribe no las olvido, pero resulta que a unas horas de Cádiz, en Tarifa, uno se puede bañar tanto en el Mar Mediterráneo como en el Océano Atlántico en un cerrar de ojos. Allí está la línea imaginaria que divide las aguas de un mar y un océano que caben en una mano abierta. Desde este punto se siente África más cerca. Se respira el viento de la libertad. Desde ese punto quizá Paulo Coelho haya escrito algunas páginas de su libro „El Alquimista“ y desde ese punto hasta se puede ver Tanger e imaginarse caminando orondo bajos los árboles la silueta de ese gran escritor de nombre Juan Goytisolo, cuyo nombre lleva la biblioteca en castellano de la esa ciudad marroquí. Más allá, en suelo de Al Andaluz, en la Playa Santa María de Cádiz, una bilbaina me enseñó la obra que leía: La Pasión India, libro que aborda el tema de la vida de otra de las mujeres fascinantes que haya pisado suelo de Andalucía: Anita Delgado, aquella chica guapa que dejó boquiabierto un día a un marajá que se la llevó a la India para desposarla entre elefantes y joyas.


Recorrer las esquinas andaluzas me han vuelto a empaparme de los versos de Juan Cobos Wilkins. Biografía impura es un libro sumamente arrollador para solo leerlo una vez: lo sigo releyendo con la misma admiración que me regalaron sus páginas desde la primera lectura.


Un adolescente hace la maleta

para largarse lejos de todo esto.


¿Qué lleva?

No precisa

más que ir metiendo las nubes (3)


Arriba en la foto un tonel con la firma del Premio Nobel de Literatura 1998 José Saramago, conservada en las bodegas Tío Pepe de Jerez de la Frontera . Abajo gente bebiendo copas en la centrica calle San Francisco de Cádiz, en la Marisquería Joselito. Fotos. literatamabo 2010.

Supongo que un turista quiera comerse en un día una ciudad con su cámara digital, mientras quien les escribe trata de saborear con su lente de viajero las sonrisas de las gentes y las tristezas de la noche con una parsimonia propia de tortuga. Cádiz no ha sido la excepción, pero me ha maravillado la exquisitez de sus librerías, a comparación de Jerez, que en su calle principal no se encuentra ninguna y el viajero se pierde en una aburrida hilera sin fin de tiendas de ropa y de calzado. Parece que a la cultura en Jerez se le ha dado las callecitas perdidas en el extrarradio de la ciudad. Menos mal que las firmas de Rafael Alberti, José Saramago y Mario Vargas Llosa en unos barriles de jerez que vi cuando visitaba unas bodegas de esa localidad me alegró la tarde. Valga pellejo.


Pero la tarde prometía más, volviendo a Cádiz, en una de sus calles me reencontré con la palabra de Don Manuel Azaña. En una librería el joven que me atendió me puso en la mesa como si se tratasen de ases que sacaba de la manga sendos libros de este escritor, estadista, pensador y político. Me llevé dos, entre ellos „Memorias políticas y de guerra“ Diario-discursos 1932. Leerlo entre Tarifa y Puerto de Santa María, entre Jerez y Frankfurt ha sido un placer. Nunca había leído discursos políticos de tanto nivel literario, a los que no le falta ni le sobra una coma, y sobre todo, el adjetivo con el sustantivo se mezclan maravillosamente como un pie en el zapato.


El tomo que adquirí de „Memorias políticas y de guerra“ de Manuel Azaña, es el segundo, y aborda sus diarios y discursos como Jefe de Gobierno y Ministro de Guerra de España escritos entre el 4 de enero y el 22 de julio de 1932.


Entre los temas que abarcan sus páginas están la reforma de los cuerpos militares españoles y la reducción de sus efectivos; la autoridad indeclinable del gobierno, el alejamiento del ejército de la política y diarios y discursos que recogen los incidentes de los crímenes de Castilblanco, donde fueran muertos cuatro guardia civiles en manos de manifestantes. Sanjurjo que es el jefe superior de la Guardia Civil es destituido, y Azaña barrunta su conspiración, lo que sucede mediante un levantamiento militar en Sevilla el 10 de agosto de 1932 que acaba en fracaso. En la página 542 y 543, en una nota, el editor indica que el Diario de Manuel Azaña, en lo que respecta al año 1932 termina el 22 de julio y no vuelve a reanudarse hasta el día primero de marzo de 1933. Lo que deja en claro o, quizá en duda, que Manuel Azaña se encontrase tan ocupado „que no me lleva tiempo para llevar este diario“ (4).


En el libro sí se pueden leer sendos discursos de Manuel Azaña pronunciados después del 22 de julio de 1932: Discurso del Presidente Azaña en la sesión de las Cortes del 10 de agosto de 1932, informando a los señores diputados del levantamiento militar producido ese mismo día en Madrid y en Sevilla capitaneado por el General Sanjurjo, Director General de Carabineros. Asimismo un discurso pronunciado el 11 de agosto dando cuenta el fracaso total de la sublevación y otro del 18 de agosto de 1932.


Hay un párrafo de la página 511 que me llama la atención en el Diario de Manuel Azaña del día 15 de julio, donde escribe que ha llegado tarde al Consejo de ministros. Y dice que está mal de salud, y que no miente, porque se encuentra muy derruido por dentro. Escribe que Casares dijo:


- El Presidente va perdiendo el buen humor.

- No puede perder lo que no tiene –repuso Prieto.

(Se engaña y me conoce mal)


Manuel Azaña, quien todavia sigue en el exilio para muchos y otros dicen que le dejen en paz en Montauban (porque el quería ser enterrado donde mueriera) localidad francesa donde murió, fue un gran ensayista, orador y escritor español. Azaña nació en Alcalá de Henares el 10 de enero de 1880. Su infancia estuvo marcada por la tragedia. A los nueve años perdió a su madre y un año más tarde a su padre, lo que le llevó a intentar vencer la soledad mediante la lectura. Su carrera intelectual es meteórica. A los dieciocho años ya es Licenciado en Derecho y dos años después obtiene el doctorado.(5)

Manuel Azaña como escritor ganó en 1926 el Premio Nacional de Narrativa de España y como hombre de prensa fue una de las figuras más leídas de los años veinte. Su libro más conocido es La velada de Benicarló. Su fascinante pluma engatusa, eso es lo que siento al leer a este ínclito personaje español del siglo XX que trató de modernizar a su país, y vio al individuo como sujeto de derechos y a la nación como marco en el cual el hombre libre cumple su destino.


Azaña sigue siendo más actual que nunca, abordó temas en donde dejó claros planteamientos como por ejemplo en el campo de la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, el modelo territorial o las relaciones entre la Iglesia y el Estado. En fin, a este autor hay que leerlo obligatoriamente para entender su tiempo, y sobre todo deben de leerlo los españoles para que entiendan sus límites y su ahora. He vuelto a poner los libros de Azaña en mi mochila porque mañana salgo a Turquía. El Mar Egeo será está vez testigo de mis placeres literarios.

Arriba, imagen de un plato sumamente vitaminoso servido en un restaurante de Tarifa. Abajo, un plato de calabacín en casa, en Karlsruhe, disponiéndome a leer un libro sobre Turquía a pocas horas de salir para allá. Fotos: literatambo 2010.


(1) Página de la Fundación Alemana Rosa Luxemburg Rosa-Luxemburg-Stiftung


(2) Réquiem por un campesino español; Ramón J. Sénder


(3) Un adolescente hace la maleta. Biografía Impura. Página 43. Juan Cobos Wilkins. Fundación José Manuel Lara. 2 Edición.2009.


(4) Manuel Azaña escribió lo que que apunto el 23 de octubre de 1931. Lo que supone que a partir del 22 de julio de 1932 deja de escribir el Diario por parecidas circunstancias. Aunque tengo mis dudas. Memorias políticas y de guerra. Volumen 1. Página 379.


(5) Manuel Azaña. La memoria republicana. Antonio J. Martínez.Noviembre de 2007.

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