martes, 24 de junio de 2008

FEUCHTGEBIETE. LAS ZONAS HÚMEDAS DE LA LITERATURA. DE CHARLOTTE ROCHE A VASILI GROSSMAN

Portada del libro "Feuchgebiete" de Charlotte Roche. Salió publicado en marzo y en menos de cuatro meses ha vendido más de 700 mil ejemplares. Editorial Dumont www.dumontliteraturundkunst.de

Esta semana acaba el mal que afiebra a mucha gente en Europa: el fútbol; asunto que ha costado que pierda algunas horas de clases y que (gane) goce viendo el rostro de la gente y el paroxismo que produce este deporte en las masas, y, pensando –además- en el escándalo en que se ha convertido el superventas de Alemania: „Feuchgebiet“ de Charlotte Roche; pero, sobre todo (la parálisis del fútbol), me ha sumergido en las lecturas de dos libros: „2666“ de Roberto Bolaño y „Vida y destino“ de Vasili Grossman.


El primero es una delicia, porque lo leo y lo releo. En la relectura está el gusto y cuando lo leo, lo curioso es que recuerdo los lugares donde leí tal o cual página: una puesta de sol en Coimbra, una tarde de lluvia en Lisboa, una sombra de árboles en Santarem o la orilla de un río en Oleiros, todo en Portugal. Y no aparece el bendito escritor alemán que persiguen sus alocados admiradores en la novela.


La clave no es ésta, sino los personajes locos que lo persiguen por Europa y Latinoamérica: ¿Dónde te has metido von Archimboldi del demonio?


Pelletier + Morini + Espinoza + Norton = von Archimboldi


El segundo, es también una delicia, pero, triste como una patada bajo la garua de Lima. Nunca me había imaginado un campo de concentración nazi con tanta gente que filosofa de sus vidas y sobre la vida de otros. Los relatos son un campo de espinas que página a página relucen de párrafos hermosos:


La desgracia era que muchas cosas de su propia alma se le habían vuelto extrañas. En tiempo de paz se había alegrado encontrar a un viejo amigo, sólo para comprender al despedirse que no eran sino dos extraños“


„El día que nevó las conversaciones nocturnas entre los prisioneros rusos fueron particularmente tristes“


Mostovskói + Sídorovich + Petrovna + Ósipovna + Ikónnikov + Chernetsov + es la suma de los personajes que van saliendo como pólvora de la brillante novela de Vasili Grossman.


Entre pausa y pausa de estas lecturas he leído la, sabe Dios cómo denominarlo: una lista de los escritores que más libros venden en el mundo. No sé a qué canones se aferran los lectores, pero como esto de las ventas es como una tómbola, necesariamente el libro que más vende no es el de mayor calidad. El mercado impone sus reglas. Sino pues váyanse ahora a la librería más cercana de sus casa y confirmen lo que les digo. La última vez que me metí a buscar literatura en unos grandes almacenes en la ciudad española de Valencia me quedé asombrado por la cantidad de adjetivos que leía a diestra y siniestra en las tapas de los libros:


„El mejor libro del año...“. „Hace tiempo que la literatura no contaba con una pluma como ésta...“. „El libro más vendido en Francia...“. „El superventas de Estados Unidos...“. „La mejor pluma de América Latina después de ...“, etc. He salido turulato, embobado, taciturno, más porque, es increíble ,que en estos tiempos en que todos se quejan que la calidad de la literatura está por debajo de la mediocridad, aparezcan libros célebres cada semana.


Creo que „Vida y destino“ fue una gran decisión al comprarlo. Y „2666“ es sencillamente un gran libro.


Pero en esto de las listas de los libros más vendidos a veces hay mala leche. En Alemania el libro “Ich bin dann mal weg” (Me marcho) de Hape Kerkeling se vende como pan caliente desde hace 109 semanas, que son las que está en el ranking de los más vendidos. Mejor dicho se regala como Brezel (que es un panecillo típico alemán). Alguien me contó que hacer ahora el Camino de Santiago es como caminar por una calle de Berlín. ¿Será cierto? Y todo gracias al bendito libro del señor Herkeling.


En España deja con la boca abierta a los críticos el número de ventas del libro „El juego del ángel“, de Carlos Ruiz Zafón. Yo no lo voy a comprar, sino voy a pedirlo prestado. Porque estos libros de temporada no dejan más huella que la factura que recibiste en la librería, con el perdón de Carlos Ruiz Zafón, porque,como ya conté una vez, "La sombra del viento" en alemán la regalé más de 10 veces, y mi economía no va a más.


A continuación les apunto la lista de los 50 libros más vendidos de las útlimas semanas en Alemania. El libro de idelfonso falcones, „La catedral del mar“ es el único autor de habla hispana que se halla en la lista:


http://www.buchreport.de/index.php?id=33


¿Y Bolaño? ¿será difícil empresa digerir en alemán a este autor rico en fabulaciones?


¿Y Vasili Grossman?: El tema es candente y seguro que remover la arena de los campos de concentración no es fácil mercado para un libro como „Vida y destino“ en Alemania, a pesar que „Die Wohlgessinten“ de Jonathan Littell, que habla de la felonía nazi está en la lista desde hace 16 semanas y cuesta 36 euros.


Lo más curioso es que la lista de los libros más vendidos en Alemania la encabeza una autora de 30 calendarios que hace hablar en su libro a una chica de 18 abriles, Charlotte Roche, quien con su libro „Feuchgebiete“ (Zonas húmedas) ha despertado una curiosidad inmensa en los lectores y ha abierto las puertas del escándalo, porque su literatura rinde pleitesía a la humedad corporal, a los bellos de los sobacos, al sudor del cuerpo femenino, al tocamiento de los labios vaginales y del esperma con los dedos, a las técnicas de la masturbación, todo un florido y trabajado catálogo de un estilo de vida. El libro, que salió publicado en marzo de este año lleva vendido más de 700 mil ejemplares.


Me supongo que para vender hay que hacer escándalo, y, para hacer escándalo, hay que vender.

domingo, 15 de junio de 2008

¿QUÉ LEEN LOS FUTBOLISTAS?: LITERATURA Y FÚTBOL. EL MÁLAGA VUELVE A LA PRIMERA DIVISIÓN EN ESPAÑA


La curiosidad de saber que leen los futbolistas que juegan la presente Eurocopa me ha dado algunas pistas a través del diario español El Páis, que cada día presenta una entrevista a un miembro de la selección española, en el cual se le pregunta qué libros leen. Hasta el momento ha salido a relucir la pobreza lectiva de sus jugadores, y la sorprendente conclusión de que en sus cabezas están impregnadas, a cal y canto, las palabras pelota y dinero.

¿Habrá algún Valdano entre ellos? Más nos vale.

Me parece que para muchos, balón y lliteratura no son un buen binomio. El escritor español Javier Marías, en una rica nota sobre el fútbol publicado en su acostumbrada página dominical „La zona fantasma" en EPS hace dos semanas, escribía sobre su irredento destino de apoltronarse a su sillón para ver los partidos de la Eurocopa. ¿Se habrá aburrido el maestro?.

El pasado jueves viví una de las anécdotas más ricas que me hayan pasado con respecto al fútbol, ya que, tú amigo lector, sabrás que provengo de una familia pelotera, osea, amante del balón y los chimpunes. El jueves, día que la selección alemana www.dfb.de se enfrentó a la de Croacia http://www.hns-cff.hr/ me acerqué como de costumbre a la escuela donde dicto clases.

La ciudad de Karlsruhe
http://www.karlsruhe.de/stadt.de estaba ocupada por un ambiente futbolístico, a pesar de la lluvia amenazante que mostraban las nubes que encapotaban el sur de Alemania. ¿Presagio de la derrota germana?. Hinchas alemanes se iban al encuentro de otros amigos para ver juntos el partido portando banderas, banderitas, banderotas.

Llegué al salón de clases y me encontré con la primera alumna, a quien, provoqué con una pregunta a bocajarro:

¿No vas a ver el fútbol?

Me contestó con una iindeferencia a la pelota que me dejó turulato, no porque ella no quisiera ver el partido, sino porque me fascinó sobremanera que exista gente que, gracias a los Dioses de Olimpo o de Creta, el fútbol no lo ocupa todo. Luego llegaron las demás alumnas y pasó lo mismo. Me alegré tanto que no me importó perderme la primera parte del partido, a pesar que unas profundas ganas me hacían soñar con una pantalla gigante y los 22 jugadores en el estadio de Innsbruck.

Mientras dictaba la clase, oteaba por las ventanas las calles adyacentes a la escuela y percibía su atmósfera silente que son la nota especial de una ciudad cuando juega su selección. Todo era silencio. Sin duda, pensaba en esos momentos, Alemania no habría marcado un gol, quizás, hubiera encajado un gol en contra.

Dicho y hecho.

En la pausa me acerqué al local
Badisch Brauhaus - Karlsruhe. Llenos de fanes gritando a todo pulmón el nombre su equipo mientras la escuadra alemana ya caía por dos goles. Me fui, pues, a seguir dictando clases. El siguiente grupo de alumnos estaba allí, gracias a los Dioses, esta vez, de Sevilla o de Triana. El fútbol no ha ganado el césped espiritual de la gente. El maestro Jorges Luis Borges se alegraría demasiado de escucharlo.

Dios mío, si le contara que hoy en el diario que arriba anoté, leí en la página 70 de deportes que el jugador Raúl Albiol Estoy enganchado a la serie 'Aída, defensa de España, tras la pregunta de su entrevistador sobre ¿el último libro que ha leído?, el responde: hace mucho que no leo un libro.

Me llega la información de que el equipo de la ciudad de Málaga Málaga Club de Fútbol, España, uno de mis equipos preferidos, acaba de ascender (volver) a la primera división del fútbol español luego de ganar al Tenerife 2 a 0 en el campo de La Rosaleda y todo el mundo se va a celebrar a la Plaza de la Constitución de esa bonita ciudad andaluza.

¡En Horabuena!

¿Qué leerán los jugadores del Málaga?

Por favor, que alguien suelte más pistas. ¿Lee por allí algún futbolista?

Ahora os dejo porque me voy a ver el Turquía - República Checa, pero antes me voy a un restaurante turco a comer alguito.

Pobre literatura. Maldita pelota.

viernes, 13 de junio de 2008

FERNANDO PESSOA: HOY SE CONMEMORA LOS 120 AÑOS DE SU NACIMIENTO

Portada del libro "Das Buch der Unruhe" de Fernando Pessoa. Pessoa en alemán también tiene sua adeptos.
Hoy se cumplen 120 años del nacimiento de uno de los más grandes escritores en lengua portuguesa: Fernando Pessoa.

Aparte de sus versos y su prosa exquisita, sencilla a veces, pero de un lirismo que te deja pasmado; su vida es rica en anécdotas. Dicen que algunas veces no acudía a las citas confirmadas con anticipación y que dejaba recados diciendo que los astros le habían aconsejado no estar presente en esta u otra reunión. Otras veces, se presentaba a algún convite excusando a Pessoa y presentándose como Cuneiro, que era él mismo.

Pessoa jugaba con sus yos interiores. ¿Empezó ese jugueteo frente a los espejos para multiplicar su sombra cuando murió su padre?. Su progenitor falleció cuando él contaba con cinco años. Vio a su madre triste y desamparada. Sintió el golpe fatal que deja la pérdida del padre: una mamá acongojada y una economía familiar que empezó a hacer agua por todos lados.

Los poetas dicen que la infancia es la patria de los hombres, Fernando Pessoa, que se reía de todos y de si mismo, que jugaba con las contradicciones, escribió que el idioma portugués era su patria. A pesar que vivía también en un mundo en el que el inglés ocupaba parte su vida y de su creación literaria. Empero el portugués lo era todo.

Creo que Pessoa nunca se tomó en serio su labor literaria, como lo suelen hacer otros escritores que creen estár haciendo una obra imperecedera, que pujan por estar arriba, muy arriba en el mundo de las letras, y que, a muchos, ni se les recordará en los próximos 200 años. A Pessoa le daba igual. El escribía como un río fluyendo sin respetar ni su propia imagen. Se reía de todos. Escribía críticas a sus obras en los diarios firmando con otro nombre. Él era muchos, las debe de haber pasado fenomenal. Riéndose de sus críticas literarias y de la gente que las leía.

Un genio. Sólo los genios tienen la capacidad de respetar a la naturaleza, a la gente, pero reírse a la vez de la masa sin ser juzgado, sin ser descubierto. Pessoa gustó de la tranquilidad, y, como observador de las cosas banales de la vida, comprendió que en esas cosas estaba la gracia divina de la existencia.

Hoy lo recordamos, siempre lo recordaremos. Para eso les dejo un poema suyo, no sé si de Alvaro de Campos, Ricardo Reis, Alberto Caeiro, qué se yo, era Fernando Pessoa multiplicado por su magia y gracia:


TODO, MENOS EL TEDIO, ME DA TEDIO...

Todo menos el tedio me da tedio.
Quiero sin tener sosiego sosegar.
Tomar la vida todos los días
Como un remedio,
De esos remedios que hay para tomar.
Tanto aspiré, tanto soñé que tanto
De tantos tantos me hizo nada en mí
Mis manos quedaron frías
Sólo de aguardar el encanto
De aquel amor que las calentara al fin.
Frías, vacías, así.

Para seguir leyendo algo más sobre Fernando Pessoa:

jueves, 12 de junio de 2008

MI PATRIA ES LA LENGUA PORTUGUESA. 120 AÑOS DEL NACIMIENTO DE FERNANDO PESSOA.

Dibujo del rostro de Fernando Pessoa, que hice una vez en Portugal.


TABACARIA


Não sou nada.
Nunca serei nada.
Não posso querer ser nada.
À parte isso, tenho em mim todos os sonhos do mundo.


Janelas do meu quarto,
Do meu quarto de um dos milhões do mundo que ninguém sabe quem é
(E se soubessem quem é, o que saberiam?),
Dais para o mistério de uma rua cruzada constantemente por gente,
Para uma rua inacessível a todos os pensamentos,
Real, impossivelmente real, certa, desconhecidamente certa,
Com o mistério das coisas por baixo das pedras e dos seres,
Com a morte a por umidade nas paredes e cabelos brancos nos homens,
Com o Destino a conduzir a carroça de tudo pela estrada de nada.


(Fragmento de la Tabacaria de Alvaro Campos, nombre con el que firmaba también Fernando Pessoa)


por José Carlos Contreras Azaña


Firmaba sus obras como Bernardo Soares, Chevalier de Pas, Alexander Search, Alberto Caeiro, Alvaro de Campos o Ricardo Reis. Ese desdoblamiento de personajes siempre me ha fascinado: ser tú y otros. Ser éste sin ser siendo aquel. Él lo sabía y se multiplicaba como se multiplican las singladuras cuando alguien arroja una piedra en horizontal al Tajo. Nació en Lisboa el 13 de junio de 1888, y murió, con apenas 47 años, en el año de1935, un año antes que empezara la guerra civil española. Su nombre: Fernando Pessoa.


Este viernes se conmemora 120 años de su nacimiento y todo Portugal lo recuerda. Especialmente aquellos que amamos su poesía cadenciosa, lírica y que te envuelve en un torbelino pletórico de tranquilidad y aguas cristalinas. El que lee a Pessoa nunca lo deja. ¿Dejaría un niño eterno de mamar la leche de su madre?.


Lisboa es Pessoa. Dice que el poeta amaba a esta ciudad como a nada en el mundo. Si tú amiga, amigo, nunca has estado en Lisboa, te cuento que, caminar por sus calles o sus campos cercanos con un libro de poemas de Fernando Pessoa –Pessoa lo llamaría un acto ridículo, porque hasta él mismo se ridiculizaba- es una de las actividades más placenteras que puede practicar un lector de poesía, no te puedes imaginar el sentimiento de lejanía del mundo que se puede experimentar estando pisando el suelo. Dándote cuenta que todo es vano: sólo la palabra es suprema, el amor, la luz, la tranquilidad.


Desde Barrio Alto, contemplando desde las nubes ese cuadro frente a ti que es Lisboa, desgranando con la mirada las esquinas y las alturas de la capital de Portugal, empezando por el Castillo de San Jorge hasta perderte por las esquinas oscuras de Alfama, el corazón se llena de almíbar. Hasta la mosca que pase por tu lado se dará cuenta de tu trance. Se van y sólo quedan las palomas que te acompañarán tu recorrido en la tardecina.


El sol de Lisboa es especial. La luz de sus atardeceres es especial. Se parece a ese sol amarillento de Lima. Ese amarillo intenso que cae como una lágrima sobre el asfalto o las paredes de las casas blancas te recuerdan a Pessoa. Mejor dicho, todo te recuerda a Pessoa: el río Tajo, la Plaza de Comercio, los montes cercanos a la ciudad, las callejuelas por donde vagabundeaba el escritor después de un aburrido día de trabajo en la oficina, el café donde tomaba una copa, la cuesta por donde subía.


Cerca de Lisboa está Cascais y hasta allí se iba a pasar algunas tardes (quizá pensando en Sudáfrica, donde estuvo algunos años). De esa zona, de Cascais, cerca a cabo da Roca, donde existe ahora uno de los faros más poéticos de Europa, cuenta una de sus historias que llevó al papel.


Pessoa también escribía en inglés, lengua que dominaba con mucho talento, y de eso vivía también, porque traducía. Leyó a Shakespeare, Allan Poe, John Milton, entre otros.


Lo más interesante de su biografía es la imagen de hombre solitario, tímido, duplicando su yo en un espejo. Borges aborrecía a los espejos y a los espermatozoides porque multiplicaban a los hombres. Pessoa se burlaba de él mismo y se multiplicaba. Le hacía feliz ser otros. Escribió tanto que hasta ahora hay descatalogados muchos de sus trabajos. Pensemos hoy en Pessoa , y leámosle. Nos hará bien.


Más sobre Pessoa: Fernando Pessoa (1888-1935)

lunes, 9 de junio de 2008

ALMUDENA GRANDES Y LA FERIA DEL LIBRO DE MADRID

Portada del libro "El corazón helado" de Almudena Grandes. Autora nacida en la capital de España y acaba de ganar el Premio de los Libreros de Madrid. Editorial Tusquets www.tusquets-editores.es


La vi la primera vez que estuve en la Feria del Libro de Madrid. Estaba sentada frente a mí, a unos 25 metros y le hice una pregunta. La conferencia trataba sobre los derechos de autor o algo así. No lo recuerdo exactamente, pero se hablaba de libros y su copyright.


En esos días, como lo seguimos haciendo hasta hoy, empezábamos a fomentar la literatura en español en un medio de comunicación en Alemania, y éramos los primeros que comenzábamos a utilizar párrafos, entradas, secuencias cortas, de libros de autores latinoamericanos o españoles que eran noticia o estaban desactualizados, con su respectiva traducción o le hacíamos su traducción y lo irradiábamos a un público que hablaba alemán, o español, que era bilingüe o aprendía el castellano. Entonces pregunté a los disertantes, donde se hallaba Almudena Grandes, si había que pagar por esos usos de tres o cinco minutos de letras de autores en la radio alemana. Almudena tomó su turno y me contestó tajantemente: „al que deben de pagarle es a usted“.


Almudena es un nombre muy católico - por algo no es la patrona de Madrid- aquella vez ya llevaba ese nombre marcado en la memoria antes de aterrizar en Madrid, ya que una de mis alumnas leía intensamente a Almudena Grandes, e incluso viajó en una oportunidad hasta München para comprar un libro firmado de puño y letra por la autora (Almudena tiene una retahíla de lectores que crecen en la patria de Thomas Mann), y estaba dispuesto a recorrerme toda la Feria de punta a punta cada día. No lo conseguí porque hacía calor.


La Feria del Libro de Madrid es como una alameda de quioscos de ventas de helados (que son los libros) al que le falta playa. Es interesante la gente que uno conoce al final de los seminarios o de las conferencias. Algunas veces me he topado con tipos –que me habían escuchado preguntar como un „preguntón“ latinoamericano a los disertantes- que me confundieron con cazador de talentos o representante de ventas de algun autor desconocido. Es increible ver tanta gente que escribe y que no se les publica. En una oportunidad un hombre me enseñó el libro que había escrito sobre el mundo de los aviones y las gran mentiras de aeronáutica. Temas hay hasta no parar.


Madrid, me encanta porque no tiene un techo como la Feria del Libro de Frankfurt. El techo es su cielo. Claro, el calor a veces te hace sudar como un jabato naciendo en el estío. En Frankfurt también se suda, a pesar del invierno que reina en los octubres alemanes, porque su recinto ferial cuenta con una calefacción que te calienta las orejas y hasta la punta de los dedos gordos de los pies.


Almudena Grandes acaba de ganar el Premio de los Libreros de Madrid por su último libro „El Corazón helado“ Almudena Grandes.

El libro trata de la memoria histórica, el tema que pende como una guadaña sobre la garganta de la historia española. El asunto estuvo en boga el año pasado (en verdad lo sigue estando siempre). Tema en el que también me enfrasqué y metí mi cuchara. Uno de mis textos está publicado en la página de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de España, conjuntamente con una nota superior sobre Almudena Grandes Asociación para la recuperación de la memoria histórica ... El texto salió antes a la luz en la sección de cartas del diario El País A favor de la Ley de la Memoria Histórica · ELPAÍS.com y en su edición on-line Por la ley de la memoria histórica - Foros - EL PAÍS . Con "El corazón helado", Almudena Grandes, toca sin tapujos un tema fundamental, completamente fundamental (¡repito!) de ese hermoso país que vio nacer a uno de sus hijos más ilustres, don Manuel Azaña, y tantos otros, a los cuales el odio y la obscuridad los obvió.


Para finalizar, me parece una broma esas quinielas que se hacen entre los libreros para acertar cuál será el libro de la Feria, osea el libro más vendido de la Feria del Libro de Madrid. Creo que ser un super ventas me parece dudoso con respecto a su calidad o mejor dicho, un libro que se vende muy bien no necesariamente tiene calidad o un libro que no se vende, no necesariamente es de mala calidad.


¡Qué Dios reparta suete! Como dicen los entendidos del mundo del toro en la Feria de San Isidro.

domingo, 8 de junio de 2008

DE LA SELECCIÓN DE FÚTBOL DE ESCRITORES DE ALEMANIA AL GOL DE LUKAS PODOLSKI EN LA EUROCOPA 2008

Portada del libro „Titelkampf“. Antología de 25 autores alemanes que juegan fútbol. Editorial Suhrkamp www.suhrkamp.de

Una vez se encontraron los ángeles en el cielo para jugar un partido de fútbol. El árbitro del encuentro era Dios y los jueces de línea: San Pedro y San Nicolás. De pronto, los ángeles de la izquierda metieron un gol a los ángeles de la derecha. Luego empataron. Después los ángeles de la derecha anotaron un segundo gol y ganaron el partido. Dios, acongojado por la tristeza de los ángeles de la izquierda mandó a repetir el juego. Esta vez ganaron los de la izquierda y pasó lo mismo. Dios compungido por la tristeza de los derrotados ordenó repetir otra vez el juego. Entonces perdieron los que habían ganado antes. Y Dios repitió su decisión hasta el final de nuestros días, y no ganaba nadie ni perdía nadie (1).


Estimado lector, este pequeño relato que te regalo bien le asentaría como un anillo en el dedo al jugador alemán Lukas Podolski, quien anotó los dos goles que le dieron la victoria al equipo alemán en el partido contra Polonia que acaba de finalizar en Klagenfurt, Austria, en el marco de la Eurocopa 2008. Podolski nació en Polonia y no celebró los goles. En una entrevista a la segunda televisión alemana ZDF www.zdf.de después del partido dijo que no celebró sus tantos porque Polonia está también presente en su corazón: porque nació allí y porque aún tiene familia en ese país.

¿Qué cosas le deben de rondar por la cabeza a un jugador que guarda en su corazón dos sentimientos nacionales? Lucas lo sabe, pero ha demostrado que es un gran profesional. Una vez, durante el Mundial de Fútbol de Argentina 1978 acurrió algo anecdótico. Sucedió que el arquero argentino nacionalizado peruano Ramón Quiroga recibió seis goles cuando jugaba contra Argentina. Siempre me quedó la duda de ese partido mundialista. ¿Alguien me lo aclara?.
Desde ayer rueda la maldita pelota en los estadios de Suiza y Austria. Los anfitriones perdieron sus primeros encuentros. Y Portugal y Alemania han demostrado tener dos equipos a todo gas. Hoy domingo, durante el programa Haltestelle Iberoamerika (http://www.querfunk.de/) hablábamos con la productora Eréndira Estrada sobre la historia del fútbol; no sobre el tema manido de ese deporte, sino sobre el cordón umbilical histórico que el juego de la pelota - que se practicaba hace 3.500 años en Mesoamérica - tiene con el actual fútbol: DEL JUEGO DE PELOTA EN MESOAMÉRICA HACE 3.500 AÑOS...

Hoy leía en algunas revistas deportivas alemanas – escribo esto en momentos en que escucho que pasan por la avenida de mi casa muchos coches tocando el claxon como señal de algarabía de los fanes germanos- que el jugador de la selección de Alemania, Odonkor lee literatura que llamaríamos esotérica y que uno de los comentaristas de la ZDF que a la vez es un cotizado entrenador de fútbol, Jürgen Klopp, lee con interés a Ken Follet. La verdad que ayer y hoy no he leído nada. Pero me gustaría saber que leen, por ejemplo, Iker Casillas o Cristiano Ronaldo; Fernando Torres o Michael Ballack. ¿Alguein me daría unas pistas?.

Como decía. No he ledído nada. Apenas lo habitual: diarios, revistas, Internet y nada más. Así que alguna recomendación de un librito que se ponga debajo de mi cabecera no caería mal.

En la ciudad de Berlín se presentó el viernes pasado el libro „Titelkampf“ de Ralf Bönt, Albert Ostermaier y Moritz Rinke. El libro es una antología de 26 escritores que, por supuesto, escriben y que también juegan fútbol. „Titelkampf“, que cae a pelo en estos días de fiebre pelotera, está publicado bajo el sello de la editorial Suhrkamp www.suhrkamp.de . Si alguien está interesado en saber más sobre la seleción de fútbol de los autores de Alemania pueden ver aquí: www.autonama.de

Rueda la pelota. Maldita pelota.

(1) El autor es José Carlos Contreras Azaña

miércoles, 4 de junio de 2008

LITERATURA Y FÚTBOL (2)

PELOTA, MALDITA PELOTA

Vengo de una familia donde el fútbol derramaba sus goles por la casa. Mi padre, o me llevaba al estadio de José Díaz en Lima o escuchaba en la radio los domingos a Pocho Rospigliosi, el comentarista de fútbol que hizo historia y dinero en Perú. A veces la familia entera se reunía para ver por la tele los partidos de la selección peruana, y más tarde, los amigos, herederos de esa „cultura“ se juntaban al lado de comidas y cervezas para celebrar los goles de Maradona o Platini, de Oblitas o Chumpitaz.


Creo que el gol más glorioso que se haya visto de una selección peruana a través de la pantalla fue el de Oswaldo „Cachito“ Ramírez. Con el perdón de los fanes de Cubillas o Cueto. Fue en la Bombonera de Buenos Aires, un día en que la linda gente de Argentina no quieren acordarse. Perú ganó y se clasificó para el Mundial de México 70. Me hubiera gustado ver la cara ese día de ese grande de la literatura y el fútbol: don Roberto Fontanarrosa. A Borges, seguro que el asunto le importó un pepino. Al maestro nunca le gustó el fútbol. Es más, lo condenó a los avernos de la incultura.


No sé si el fútbol sea una estupidez. Pero me queda la duda.


Sin embargo, cuando veo a tanta gente que la pasa en grande viendo fútbol por la televisión y echa por la borda sus problemas (por 90 minutos), recuerdo entonces que este deporte se ha convertido en un antidoto contra todo en los países en vías de desarrollo. En los países desarrollados, por ejemplo, como en Alemania, donde vivo, sucede que llena los vacíos que la agitada vida laboral abre en la rutina de la gente. El fútbol sirve para algo al menos. Es el desaguadero de la sociedad ( y , la máquina de hacer dinero, porque ahora me entero que la Primera División de fútbol de España llevará desde la próxima temporada el nombre de un conocido banco español).


En 2006, en Alemania, durante el Mundial de Fútbol, era maravilloso ver las calles de este país pletóricas de fanes marchando con banderas alemanas, e inclusive, al lado de las banderas de otras nacionalidades sin exisitir rivalidad ni odios. Desde esta semana se está volviendo nuevamente a respirar esa atmófera por las esquinas de Karlsruhe: muchos coches portan banderas alemanas sobre sus ventanas y muchas casas muestran alguna que otras banderitas en sus balcones.


No creo que huela a chauvinismo, si no más bien al deseo que existe en cada ser humano de creer en algo.


El los baños de los estadios de fútbol de Lima, y hasta en España, me he encontrado grafitis que ya parecían poemas y odas nerviosas a los equipos de fútbol. No sé si la mayoría de la gente que concurre a los estadios lea poesía, lo dudo, pero me encantó esa vez que en las puertas de los estadios argentinos se regalaban a los espectadores un libro de cuentos. Eso lo debería imitar todo el mundo.


Hablando de poesía, en Perú había un jugador a quien le apodaban „el poeta de la zurda“. Qué raro. Un poeta futbolero que hacía versos con sus goles y sus pases desde el centro de la cancha. Esos motes solo se les puede ocurrir a un periodista juguetón o a una hinchada que...bueno, mejor pregúntenle a Jorge Luis Borges, o lean lo que él pensaba sobre „el deporte rey“ como lo calificó alguien, también juguetón, por allí.


Ahora que se acerca la Eurocopa, hay que saber combinar nuestros ratos libre entre el fútbol y un buen libro. La revista Babelia ha publicado una lista de libros relacionados con el deporte de la pelota. La cuelgo abajo.


Vuelve a rodar la pelota (en cuatro días). Maldita pelota.


Lista de libros sobre el fútbol y texto de Enric Gonzáles El balón y la bandera

martes, 3 de junio de 2008

LA GRAN INJUSTICIA DE LA HISTORIA DEL FÚTBOL

RUEDA LA PELOTA: MALDITA PELOTA

Por José Carlos Contreras Azaña



En las Olimpiadas de Berlín de 1936, cuando Hiltler explayaba su sombra por Alemania; „Manguera“ Villanueva, el futbolista peruano, negro, cenceño y habilidoso, que nació en el barrio en que viví, Rímac (Lima), le metió dos goles magistrales a la selección de fútbol de Austria, lugar de origen de Hitler. Con ese partido, que se jugó con prolongación y contó con la algarabía de las tribunas por el equipo de los Andes, Perú eliminó a los austriacos.


Muchos cuentan que Hitler no lo soportó y entre gallos y medianoche (no contamos hasta ahora con datos históricos y fehacientes que revelen el por qué, excepto el dato del comité de competición que redactó un informe con mala saña ) se anuló el partido. Perú se negó a jugar la repetición del encuentro y se retiró. De esta manera se cometió la más grande injusticia que se haya cometido en toda la historia del fútbol.


No existen archivos visuales sobre la gesta de los peruanos, llamados en aquel entonces con un apelativo que lo dice todo:„el rodillo negro“. Sencillamente, valgan verdades, la historia les debe justicia. Todavía sobre el césped del estadio de Berlín deben estar jugando al fútbol las sombras relucientes de 'Lolo' Fernández (un gol), Jorge Alcalde (1 gol) y Alejandro Villanueva (2 goles) y desde las tribunas se oyen por las noches de luna el grito de gol que salieron de sus pulmones y se escucharon por radio hasta Perú.


He querido recordar este hecho, único en la historia del fútbol, porque ahora que se inicia la Eurocopa, que enfrenta durante casi un mes y en cuatro grupos a los 16 mejores selecciones europeas en diversos escenarios de Austria y Suiza, es hora de que se conozca por todo el planeta esa gesta de once chicos peruanos que dejaron boquiabierto al Führer.


El fútbol es uno de los deportes que levanta más pasiones en el mundo: el nuevo opio del pueblo, lo califica Enric Gonzáles, parafraseando al Manuel Vásquez Montalbán. Sea como sea, el fútbol es un deporte en donde pueden haber sorpresas y los pequeños pueden ganar a los favoritos. Si siempre ganaran los mismos el fútbol sería aburrido. Allí está su singularidad.


Además, se puede practicar hasta sin zapatos, y, hasta sin pelota de cuero. Antes, en muchos lugares de América se practicaba con pelotas de trapo y hasta hace poco con la tapa de las bebidas. Se toma dos piedras y ya está el arco. Se prende la televisión y se está desde una butaca desde Medellín espectando un partido del Getafe contra el Bayern o el Boca Juniors contra el Cienciano del Cusco. Se va al estadio y mientras ves a 22 jugadores detrás de la pelota te enteras a través de la pantalla gigante del estadio el resultado de otros partidos, o, escuchas paralelamente otros enfrentamientos por un transistor.


En Lima conocía a un chico que desde que se levantaba y hasta que se iba a la cama jugaba fútbol. Murió pobre -soñando en ser „Manguera“ Villanueva“- abaleado cuando pretendía robar materiales de construcción en la oscuridad de la noche para subsistir. Así también murió Abdón Porte, pero no robando, sino que le robó el corazón a la afición del Nacional de Montevideo una noche de 1918 cuando decidió quitarse la vida con un disparo sobre el mismo césped que unas horas antes había sido testigo de su arte futbolero. Se mató porque temía que el próximo año lo reemplazarían en el medio campo.


Mi padre me cuenta la historia del Maracanazo como si lo hubiera vivido. Esa alergia de muerte que recorrió Brasil de sur a norte, donde Uruguay derrotó a Brasil en la final del Mundial de 1946 cuando los periódicos para el día siguiente ya titulaban antes del partido „Brasil campeón“.


Pero mi padre si sobrevivió a la catástrofe del estadio Nacional de Lima, donde murieron más de 300 personas. Ese día se anuló el gol del empate de Perú ante Argentina. Faltaban unos minutos para el final y la gente se alteró.La policía tiró gases lacrimógenos a las tribunas. Mi padre no quiso escapar de los gases por las puertas del estadio, que estaban cerradas, sino se bajo al campo de fútbol llevando en los brazos a mi hermano de siete años. Era el 24 de mayo de 1964.


El asesinato, en 1994, del jugador colombiano Andrés Escobar, quien había marcado un autogol con la casquilla de su país en Mundial de Fútbol jugado en Estados Unidos, conmocionó a mucha gente. Inclusive, la guerra que duró casi una semana y que dejó 3000 muertos entre Honduras y El Salvador en 1969, después de que sus respectivas selecciones jugaran un partido de fútbol, fue una historia que preocupó a muchos.


En Irak, lo cuenta Luis Prados, el fútbol ha sido capaz de unir a Suníes. Chiíes, turcomanos y kurdos, y juntos, ganar la Copa de Asia ante una final de polendas contra Arabia Saudí. Once jugadores pudieron hacer feliz a un pueblo que se siente invadido. El fútbol no tiene nada que ver con la guerra, pero se la huele, es horrible decirlo, pero allí están las Malvinas y esa mano de Maradona que para todo latinoamericano tuvo un sabor de venganza contra Inglaterra.


Para terminar, el fútbol también puede ser loco, loquísimo. En Alemania hay un equipo de nombre Hoffenheim. En 2007 jugaban en la Regionalliga, la tercera división alemana. Jugaron en la segunda división hasta mayo y acaban de ascender a la Bundesliga y se medirán, dentro de poco, contra equipos como el Schalke 04, Bayern München y el Borussia Dortmund. ¿Cómo lo han hecho? ¿Cómo lo harán?, porque su pueblo de algo más de 3000 habitantes posee un estadio de club de barrio.


Son cosas del fútbol. Muera el fútbol. Viva el fútbol.


Rueda nuevamente la pelota. Maldita pelota.