martes, 29 de abril de 2008

VISITANDO A JAVIER MARÍAS EN LA REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Abajo, el libro "Mein Herz so weiß" de Javier Marías und Elke Wehr von Spiegel-Verlag.


¿Es la ficción el único ente para no deformar la realidad que nos rodea? ¿es imposible ser fieles a la realidad porque nuestra subjetividad mutila el conocimiento completo?. Sobre estas interrogantes, y otros temas, habló Javier Marías en el acto de posesión de plaza de la Real Academía de la Lengua Española el pasado fin de semana en Madrid. Habló por ejemplo sobre el embrujo de las realidades opuestas de las palabras en distintas culturas o idiomas. Me pregunto ¿por qué el sol (die Sonne) y la luna (der Mond) tienen sustantivo masculino y femenino respectivamente en el idioma alemán? ¿Acaso nuestra influencia patriarcalista ha calado hasta en los astros que nos rodean?. Al respecto dijo Javier Marías durante su discurso de posesión de su puesto en la Academía:


"Recuerdo que, cuando hace ya muchos años daba clases de Teoría de la Traducción en Universidades británicas, norteamericanas o españolas, les pedía a mis alumnos que pensaran en lo más común y universal a todos los hombres y mujeres, que buscaran aquello que sin duda todos compartíamos y a ninguno faltaba. «Piensen en el soly la luna, por ejemplo», les decía. (...) Es un ejemplo harto conocido, pero infalible, así que el alumno que sabía alemán caía al instante en la cuenta de que el sol y la luna alemanes no podían ser exacta y cabalmente los mismos que el sol y la luna españoles, italianos o franceses, porque así como en las lenguas romances o neolatinas el sol es un sustantivo masculino y la luna lo es femenino, en alemán (y posiblemente en otras lenguas germánicas) sucede justamente al revés, siendo el sol femenino (die Sonne) y la luna masculino (der Mond). ¿Y cómo pueden ser los mismos el sol y la luna si para toda una tradición el primero posee una connotación masculina y el segundo una femenina —y así se los ha venido representando pictórica y literaria y fabulosamente—, y en toda otra tradición poseen la connotación inversa? «Sigan pensando», les insistía yo a mis alumnos, «en algo aún más universal que eso, algo a lo que nadie puede escapar y de lo que todos tenemos conciencia». Y en seguida aparecía la muerte, de la que nadie se ha librado y que a todos aguarda pacientemente".

Cuando leí en idioma alemán el primer capítulo de de Javier Marías "Mi corazón tan blanco" (luego lo seguí leyendo en español), la muerte repentina que acontece en la primera página me impactó. Desde ese momento nace una simbiosis entre la curiosidad del lector y la magia de la lectura. Y ya no paras. El libro fue un récord de ventas en Alemania, y me supongo, que también lo fue en todas las lenguas en que ha sido traducido.

A Javier Marías, suelo leerlo todos los domingos a través de su habitual página que cierra la edición del País Semanal. Escribe con tanta sorna, tanto humor, y más aún sin temores, diciendo lo que siente, sin importarle un bledo ocultar las verdades que a veces duelen. Javier Marías es auténtico.

Para ser sincero, el libro "Tu rostro mañana. 1 Fiebre y lanza“ lo tengo todavía abandonado en la cabecera de mi segunda habitación de mis sueños. Los largos textos filosóficos que contiene el menciionado libro me han transportado a veces a los brazos de Morfeo. Pero, cuando me he mantenido despierto, he disfrutado de su escritura pulcra como si escuchara una melodía de Bach.

Como decía, leí en alemán “Mein Herz so weiß“, y la novela empieza de una forma intrigante:

Ich wollte es nicht wissen, aber ich habe erfahren, dass eines der Mädchen, als es kein Mädchen mehr war, kurz nach der Rückkehr von der Hochzeitsreise das Badezimmer betrat, sich vor den Spiegel stellte, die Bluse aufknöpfte, den Büstenhalter auszog und mit der Mündung der Pistole ihres eigenen Vaters, der sich mit einem Teil der Familie und drei Gästen im Esszimmer befand, ihr Herz suchte. Als der Knall ertönte, etwa fünf Minuten, nachdem das Mädchen den Tisch verlassen hatte, stand der Vater nicht sofort auf, sondern verharrte ein paar Sekunden lang wie gelähmt mit vollem Mund und wagte nicht zu kauen noch zu schlucken und noch weniger, den Bissen auf den Teller zurückzuspucken; und als er sich endlich erhob und zum Badezimmer lief, sahen jene, die ihm folgten, wie er, als er den blutüberströmten Körper seiner Tochter entdeckte und die Hände an den Kopf hob, den Bissen Fleisch im Mund hin und her bewegte, ohne zu wissen, was er mit ihm anfangen sollte.

El discurso que dio Javier Marías el lunes en la Academia contuvo sus tonos ya conocidos: humor negro, pesimismo en la labor de escribir (no se olviden que un pesimista es un optimista bien informado como decía Mario Benedetti) y ganas de decir las cosas con su nombre. Para leer el discurso completo, podemos visitar la página de la Real Academía de la Lengua Española www.rae.es o aquí: Sobre la dificultad de contar.

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