Estaba leyendo la conversación entre Eduardo Mendoza y Fernando Savater publicada en Babelia, instalado comodamente en el restaurante de la Estación de Trenes de Karlsruhe, tomando un spezi, cuando de pronto los gritos de ¡Schaaaaalllllke, Schaaaaallllllke! interrumpieron mi lectura. Toda la gente del local giró la cabeza para observar detrás de las puertas de cristal la procedencia del griterío. Entonces, como un acto reflexivo, observé a Arthur. A pesar del bullicio, él seguía placenteramente en los brazos de Morfeo. Afuera, los fanes del Schalke 04 vitoreaban ¡Schaaaaalllllllke ,Schaaaaaallllke! Hoy el Schalke ( 1) se ha enfrentado al equipo de nuestra ciudad, el Karlsruher Sport Club KSC ( 2), en el marco de la fecha 26 de la Bundesliga. El marcador: huevo a huevo, léase, cero a cero.
Una bonita tarde de fútbol eran aquellas tardes en que mi padre me llevaba al Estadio Nacional de Lima a ver jugar al Universitario de Deportes ( 3). Antes pasábamos por la dulcería El Chalaquito, que estaba ubicada entre José Díaz y la Plaza Manco Cápac, para comernos unos arroces zambitos y unas mazamorras moradas que endulzaban los goles de los merengues. No eran tiempos de barras bravas ni de contratos millonarios. El fútbol se jugaba por amor a la camiseta y no había discusiones que huelen a mohatra sobre si se puede jugar en La Paz o Santa Fe de Bogotá. Hasta que llegó Maradona, que es argentino como Jorge Luis Borges, y descubrí que el fútbol era cosa de los Dioses.
Borges detestaba el fútbol, pero Fontanarrosa lo encumbraba. El uruguayo Galeano me ha dejado con la boca abierta leyendo uno de sus relatos sobre el arquero paraguayo José Luis Chilavert cuando hizo un gol de portería a portería: dice que la pelota se elevó tanto tanto, hasta llegar a un cielo colmado de ángeles, y mató a uno de ellos y cayó ensangrentada. Gol.
Con mis alumnos hemos leído las páginas de Günter Grass de su libro Mi Siglo sobre el día en que el alemán Jürgen Sparwasser metió un gol a los alemanes. Un alemán metiendo un gol a los alemanes, qué gracioso. Un gol tan paradójico en tiempos en que el Muro de Berlín dividía a los teutones de este a oeste. El fútbol debe tener algo de magia, aunque a veces esté llena de trampantojo, porque me ha conminado a meterme a la Rosaleda, en Málaga, para ver al argentino Riquelme, o, al estadio de Kalsruhe para ver atajar al más grande portero de la historia de Alemania, Oliver Kahn, que nació aquí y que este año se despide de los arcos.
Pero a pesar de todo, el fútbol es un fenómeno social. Aquí hay un libro que está llamando la atención a las mujeres, porque aborda el tema de los efectos que produce el fútbol sobre la masa masculina. Secretos de machos analizados con ojo de buen cubero por las alemanas. Martina, una amiga hincha del KSC, que viaja por toda Alemania con su novio y su club lo debe saber más que nadie.
En Perú se han publicado poemas al Alianza Lima, y, en España, seguro que los goles de Di Stefano ha inspirado a más de un poeta. A Maradona le cantan Manu Chao y Calamaro. A Pelé, no sé. Mi padre es hincha de Pelé. Yo no. Prefiero la poesía pelotera y la pasión eléctrica de Diego Armando a la frialdad del brasileño del Santos.
Arriba: foto histórica, en un día aciago. Iquitos, Perú: el plantel del Alianza Lima horas antes de morir en las aguas del Océano Pacífico. Fuente fotográfica: Agenciaperu.com.
Perdonen, pero a veces el fútbol me hace escribir tantas paparruchadas. Hoy, en España, juega el Villarreal (4 ) contra el Atlético de Madrid (5 ), tercero y cuarto de la Primera División. Además el Betis ( 6) contra el Barcelona (7). En Perú, no lo sé. Tenemos una liga cabizbaja. Creo que nuestros futbolistas ya no son como los de antes, o nuestros dirigentes ya no son como antaño. Tiempos de crisis. Tiempos de presupuestos flacos. Tiempos de juergas (8 ). Pareciera que esa fatídica tarde del 8 de diciembre 1987 en que Pocho Rospigliosi anunció a través de Ovación de radio El Sol que el avión fokker F-27 que traía al equipo del Alianza Lima (9) desde Pucallpa de vuelta a Lima había desaparecido, se jodió el fútbol por completo en el Perú.
Ahora voy a seguir leyendo la reivindicación del humor que hacen Eduardo Mendoza y Fernando Savater ( 10) a propósito de la publicación del primero de "El asombroso viaje de Pomponio Flato", que si va como "Sin noticias de Gurb", amenazo que me lo compro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario