Arriba, el poeta más universal que ha dado la tierra de Don Quijote: Federico García Lorca. Foto: Suzanne Richter.
No sé si todavía la exposición al aire libre de las vacas siga aún acicalando algunas calles de Madrid, contraponiendo todo ese rifirrafe que conlleva la supuesta trama de corrupción descubierta por un juez español y que escandaliza día a día a las buenas gentes de la capital de España. Sobre esas gentes y de esas calles, la cámara fotográfica de una de las personas que admiro -porque siempre que vuelve de sus viajes por Latinoamérica o España trae un sinnúmero de recuerdos- ha perennizado esquinas y siluetas. Lo que más me encanta de ella es que de sus viajes siempre trae libros, recuerdos, y, sobre todo, una mochila de anécdotas. Entre ellas está la de aquel poeta de Madrid que vende y regala sus poemas a los transeúntes de esa ciudad. Suzanne dice que hasta le dedicó unos versos.
Madrid es una ciudad fascinante, no sólo por su arquitectura, sino también por la simpatía de su gente. Para ser sincero Madrid no sería Madrid sin sus habitantes abiertos de par en par para el visitante. De Madrid al cielo dicen los nacidos en ese lugar y, los curiosos como yo no han desistido nunca la ocasión de hacerse una foto al lado del monumento del oso del madroño. Suz me ha hecho ver sus fotos de Madrid. Me han causado admiración porque son fotos hechas por un ojo inquieto, que ve quizá lo que tú no ves. Son muchas pero pego algunas con su venia.
Suz no sabe como se llama el poeta ambulante que le dedicó versos. Pero si sabe que es un señor poeta que derrama afectación y sobre todo amabilidad y dignidad. Este trovador moderno a quien quiero rendir homenaje nunca sabrá que en Alemania alguien le nombró, y, un servidor, le piensa. Las personas existen cuando alguien les rememora. La poesía está instalada por las calles de la capital de España, pero quizá los madrileños pasen y no lo admitan, y lo que es peor, no les importe, sencillamente por la falta de tiempo o por deseinterés. En tiempos en que casi nadie lee poesía sería hermoso que los poetas como este SEÑOR invadiesen todas las calles de Europa (y del mundo). Va por ti poeta desconocido.
Una mujer tendida como en la playa. Una sirena silente de mármol, o de plástico?. Un café, unos comensales. Madrid cuenta con una variedad de lugares magnificos para beberse un cafecito o un chocolate con churros, o simplemente para contemplar a esta dama tendida. Foto: Suzanne Richter.
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