miércoles, 25 de febrero de 2009

MADRID Y EL POETA DE LA CALLE


Arriba, el poeta más universal que ha dado la tierra de Don Quijote: Federico García Lorca. Foto: Suzanne Richter.

No sé si todavía la exposición al aire libre de las vacas siga aún acicalando algunas calles de Madrid, contraponiendo todo ese rifirrafe que conlleva la supuesta trama de corrupción descubierta por un juez español y que escandaliza día a día a las buenas gentes de la capital de España. Sobre esas gentes y de esas calles, la cámara fotográfica de una de las personas que admiro -porque siempre que vuelve de sus viajes por Latinoamérica o España trae un sinnúmero de recuerdos- ha perennizado esquinas y siluetas. Lo que más me encanta de ella es que de sus viajes siempre trae libros, recuerdos, y, sobre todo, una mochila de anécdotas. Entre ellas está la de aquel poeta de Madrid que vende y regala sus poemas a los transeúntes de esa ciudad. Suzanne dice que hasta le dedicó unos versos.


Madrid es una ciudad fascinante, no sólo por su arquitectura, sino también por la simpatía de su gente. Para ser sincero Madrid no sería Madrid sin sus habitantes abiertos de par en par para el visitante. De Madrid al cielo dicen los nacidos en ese lugar y, los curiosos como yo no han desistido nunca la ocasión de hacerse una foto al lado del monumento del oso del madroño. Suz me ha hecho ver sus fotos de Madrid. Me han causado admiración porque son fotos hechas por un ojo inquieto, que ve quizá lo que tú no ves. Son muchas pero pego algunas con su venia.

Suz no sabe como se llama el poeta ambulante que le dedicó versos. Pero si sabe que es un señor poeta que derrama afectación y sobre todo amabilidad y dignidad. Este trovador moderno a quien quiero rendir homenaje nunca sabrá que en Alemania alguien le nombró, y, un servidor, le piensa. Las personas existen cuando alguien les rememora. La poesía está instalada por las calles de la capital de España, pero quizá los madrileños pasen y no lo admitan, y lo que es peor, no les importe, sencillamente por la falta de tiempo o por deseinterés. En tiempos en que casi nadie lee poesía sería hermoso que los poetas como este SEÑOR invadiesen todas las calles de Europa (y del mundo). Va por ti poeta desconocido.


Madrid de noche. El azul oscuro se postra como una paloma en el balcón de la ciudad. Las candilejas sonríen porque es la hora de loa enamorados. Madrid es una fiesta todo el día. Foto: Suzanne Richter.

Los músicos hacen de las esquinas de Madrid derramar encanto a cada paso. Clarinete, saxofón, contrabajo y acordeón resbalan como frutas por la acera. Madrid baila y los paseantes también. Foto: Suzanne Richter.

Vacas de colores: "la cultura de la carne" tiene escrita esta en el lomo. Madrid invadida por las vacas como si tratara de un establo abierto para todo el mundo. Foto: Suzanne Richter.

El edificio de la Telefónica. La luz besa sus paredes y la sombra se apodera de sus partes inferiores. Madrid cuenta con un sinúmero de edificios que embellecen la ciudad. Una pasada para los estudiantes de arquitectura. Foto: Suzanne Richter.

La vida es un teatro. Por las calles de Madrid se vive el teatro en primer plano. Jóvenes actores que escenifican obras que tratan de abrir los ojos a los transeúntes. Simbología de una ciudad que también posee el cutis estropeado por el acné del estrés. Foto: Suzanne Richter.

Suz autofotografiada al lado de una vaca florero. Es una vaca pensativa en alguna avenida de la capital. Si esas vacas empezaran a caminar Madrid se convertiría en Bombay o Calcuta. Foto: Suzanne Richter.

El jamón. Cerca del la Puerta de Sol hay un local que se llama "El museo del jamón". Si pesáramos la cantidad de patas que cuelgan de las paredes y los techos de esos establecimientos nos quedaríanos con la boca abierta o, con el apetito abierto. Foto: Suzanne Richter.

La mujer más buscada en la red es una vaca. Esta es una vaca periódico. Los periódicos no dan leche, pero son la leche: algunos pueden mentir. Y mucho. Si vacas estudiaran periodismo que sería de las salas de redacción?. Foto: Suzanne Richter.


Una mujer tendida como en la playa. Una sirena silente de mármol, o de plástico?. Un café, unos comensales. Madrid cuenta con una variedad de lugares magnificos para beberse un cafecito o un chocolate con churros, o simplemente para contemplar a esta dama tendida. Foto: Suzanne Richter.

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