jueves, 12 de febrero de 2009

¿QUÉ LE DIRÍA JULIO CORTAZAR A CHARLES DARWIN ?



Un día como hoy, hace 25 años, murió en París, uno de los escritores más originales en lengua castellana que le ha quitado el sueño a un sinnúmero de lectores, Julio Cortazar. Hace dos siglos, un día también como hoy, nacía en Shrewsbury, Inglaterra, el padre de la teoría que ha provocado rompeduras de cabeza y de esquemas a tantos partidarios y contrarios de la evolución: Charles Darwin. Dos hombres geniales que vivieron en dos épocas distintas, pero dos hombres unidos por las coordenadas del misterio que los llevó hasta la Argentina. Darwin arribó allí en 1832 a bordo del Beagle, cabalgó con los gauchos y se emocionó con los hallazgos de fósiles y megaterios; Cortazar, que nació por accidente en Bruselas, fue llevado a los cuatro años a la tierra de Gardel. El científico inglés observaba con asombro la diversidad de la fauna y la flora que peinaban sus ojos; Cortazar contemplaba al mundo desde su soledad infantil hasta crecer y otearla, después, en compañía espiritual de millones de lectores en el mundo, y, lo que es maravilloso, nunca dejó de escribir. Darwin publicó „El origen de las especies“ en 1859. Cortazar tituló a su primer libro „Presencia“ que vio la luz en 1938 bajo el seudónimo de Julio Denis. Hoy recordamos a ambos y, para eso, transcribo dos extractos de las obras de estos dos personajes: El relato breve „los exploradores“ y un pedacito de la página 56 del libro „El origen de las especies“, porque mientras Darwin exploraba la naturaleza y a los hombres, Cortazar exploraba a los hombres y a las palabras.


Me pregunto ahora: ¿Qué le diría Julio Cortazar a Charles Darwin?


Los Exploradores


Tres cronopios y un fama se asocian espeleológicamente para descubrir las fuentes subterráneas de un manantial. Llegados a la boca de la caverna, un cronopio desciende sostenido por los otros, llevando a la espalda un paquete con sus sándwiches preferidos (de queso). Los dos cronopios-cabrestante lo dejan bajar poco a poco, y el fama escribe en un gran cuaderno los detalles de la expedición. Pronto llega un primer mensaje del cronopio: furioso porque se han equivocado y le han puesto sandwiches de jamón. Agita la cuerda, y exige que lo suban. Los cronopios-cabrestante se consultan afligidos, y el fama se yergue en toda su terrible estatura y dice: NO, con tal violencia que los cronopios sueltan la soga y acuden a calmarlo. Están en eso cuando llega otro mensaje, porque el cronopio ha caido justamente sobre las fuentes del manantial, y desde ahí comunica que todo va mal, entre injurias y lágrimas informa que los sándwiches son todos de jamon, que por más que mira y mira entre los sándwiches de jamón no hay ni uno solo de queso.


Julio Cortazar. Los exploradores.



El origen de las especies


“Al considerar el origen de las especies, es totalmente comprensible que un naturalista, reflexionando sobre las afinidades mutuas de los seres orgánicos, sobre sus relaciones embriológicas, su distribución geográfica, sucesión geológica y otros hechos semejantes, llegue a la conclusión de que las especies no han sido creadas independientemente, sino que han descendido, como variedades, de otras especies”.


Charles Darwin, El origen de las especies, p. 56

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