Hoy recibido, casi a la medianoche, el libro Casa de Misericordia del poeta Joan Margarit -una edición bilingüe, en castellano y catalán- publicado este año por la editorial Visor (http://www.visor-libros.com/) . El libro de poemas me lo trajo la señora Haugwitz, quien gentilmente lo adquirió para mí la semana pasada en la Casa del Llibre en Barcelona .
Una hora después de recibir Casa de la Misericordia, y para parapetarme de la lluvia que cayó más allá de la medianoche en Karlsruhe, me escondí en una de esas tiendas de comidas turcas que abundan en la ciudad y en toda Alemania.
Mientras esperaba un kebap, y escuchaba caer poéticamente una lluvia alemana en un restaurante turco con un cliente peruano, me puse a leer el primer poema del libro: El buscador de orquídeas, de un poeta catalán.
Me llamó mucho la atención el susodicho poema por mostrar los inicios literarios del escritor a través de una obra condenada a los subterráneos de la historia, me refiero a Mi Lucha de Hitler.
Por el poema El buscador de orquídeas sabemos que en la casa del poeta niño no existía libros y, el libro de Hitler formó parte de sus primeros pasos (a través del sendero más sucio de la literatura). La figura de Cataluña aparece como un lugar triste, y el poema muestra palabras como: desasosiego, aburrían, pueblo desdichado, demasiado triste, Mein Kampf (Mi lucha), libro negro, sucio, Hitler, vulgares, pozo negro, difícil y falsas esperanzas.
El poema lo he leído más de diez veces y lo transcribo, aunque lamentablemente, por derechos de autor, sólo puedo transcribir este poema:
EL BUSCADOR DE ORQUÍDEAS
por Joan Margarit
Para el desasosiego adolescente,
en mi casa no había muchos libros.
Los de urbanismo me aburrían,
y Cataluña, pueblo desdichado
me parecía demasiado triste.
Cogí el Mein Kampf, un breve libro negro
que tomé por profundo, y comencé
por lo más sucio la literatura.
Las palabras de Hitler, tan vulgares,
eran un pozo negro.
No lo he olvidado, aunque no lo recuerdo.
Me di de bruces con la realidad.
Fue allí donde empezó la poesía,
difícil y sin falsas esperanzas.
He hecho siempre como el jabalí,
que busca y, delicado, come el bulbo,
también llamado el orquis, de la orquídea.
Las Casas de Misericordia fueron lugares donde los niños de familias de pocos recursos económicos vivieron después de la guerra civil española (1936-1939). Joan Margarit (http://www.joanmargarit.com/) quien nació en Sanaüja, Cataluña, el 11 de mayo de 1938, explica así el título de su libro en el epílogo:
El título de este libro es el de uno de los poemas que contiene y comencé a concebir mientras visitaba una exposición sobre la Casa de Misericordia, donde podían verse fotografías y documentos ligados a la historia de esta institución. Tres cosas quedaron en mi mente: en primer lugar, el edificio, enorme, austero y bruñido de tan limpio, con los niños y niñas siempre graves y en orden, en pie o sentados, un orden casi militar. En segundo lugar, las solicitudes, muchas de las cuales eran viudas de asesinados en la represión del final de la guerra civil, que pedían el ingreso de sus hijos por imposibilidad de mantenerlos. En tercer lugar, los informes de los jueces y otros funcionarios del nuevo régimen sobre aquellas solicitudes.
Casa de Misericordia es un libro no sólo para empezar a leerlo en una noche de lluvia sino para releerlo bajo del sol. Me causa grata impresión la edición bilingüe, porque aparte de acercarnos al arte de Joan Margarit nos acercamos a la belleza del idioma catalán.
Una hora después de recibir Casa de la Misericordia, y para parapetarme de la lluvia que cayó más allá de la medianoche en Karlsruhe, me escondí en una de esas tiendas de comidas turcas que abundan en la ciudad y en toda Alemania.
Mientras esperaba un kebap, y escuchaba caer poéticamente una lluvia alemana en un restaurante turco con un cliente peruano, me puse a leer el primer poema del libro: El buscador de orquídeas, de un poeta catalán.
Me llamó mucho la atención el susodicho poema por mostrar los inicios literarios del escritor a través de una obra condenada a los subterráneos de la historia, me refiero a Mi Lucha de Hitler.
Por el poema El buscador de orquídeas sabemos que en la casa del poeta niño no existía libros y, el libro de Hitler formó parte de sus primeros pasos (a través del sendero más sucio de la literatura). La figura de Cataluña aparece como un lugar triste, y el poema muestra palabras como: desasosiego, aburrían, pueblo desdichado, demasiado triste, Mein Kampf (Mi lucha), libro negro, sucio, Hitler, vulgares, pozo negro, difícil y falsas esperanzas.
El poema lo he leído más de diez veces y lo transcribo, aunque lamentablemente, por derechos de autor, sólo puedo transcribir este poema:
EL BUSCADOR DE ORQUÍDEAS
por Joan Margarit
Para el desasosiego adolescente,
en mi casa no había muchos libros.
Los de urbanismo me aburrían,
y Cataluña, pueblo desdichado
me parecía demasiado triste.
Cogí el Mein Kampf, un breve libro negro
que tomé por profundo, y comencé
por lo más sucio la literatura.
Las palabras de Hitler, tan vulgares,
eran un pozo negro.
No lo he olvidado, aunque no lo recuerdo.
Me di de bruces con la realidad.
Fue allí donde empezó la poesía,
difícil y sin falsas esperanzas.
He hecho siempre como el jabalí,
que busca y, delicado, come el bulbo,
también llamado el orquis, de la orquídea.
Las Casas de Misericordia fueron lugares donde los niños de familias de pocos recursos económicos vivieron después de la guerra civil española (1936-1939). Joan Margarit (http://www.joanmargarit.com/) quien nació en Sanaüja, Cataluña, el 11 de mayo de 1938, explica así el título de su libro en el epílogo:
El título de este libro es el de uno de los poemas que contiene y comencé a concebir mientras visitaba una exposición sobre la Casa de Misericordia, donde podían verse fotografías y documentos ligados a la historia de esta institución. Tres cosas quedaron en mi mente: en primer lugar, el edificio, enorme, austero y bruñido de tan limpio, con los niños y niñas siempre graves y en orden, en pie o sentados, un orden casi militar. En segundo lugar, las solicitudes, muchas de las cuales eran viudas de asesinados en la represión del final de la guerra civil, que pedían el ingreso de sus hijos por imposibilidad de mantenerlos. En tercer lugar, los informes de los jueces y otros funcionarios del nuevo régimen sobre aquellas solicitudes.
Casa de Misericordia es un libro no sólo para empezar a leerlo en una noche de lluvia sino para releerlo bajo del sol. Me causa grata impresión la edición bilingüe, porque aparte de acercarnos al arte de Joan Margarit nos acercamos a la belleza del idioma catalán.
1 comentario:
Fantástico encontrar una reseña de un libro en catalán en un blog escrito en español, especialmente de un libro tan absolutamente precioso como el de Margarit.
Me lo regalaron hace unos meses y lo disfruté enormemente. Eso sí, es de los que hay que leer parapetado tras una coraza o algo parecido para no caer derrumbado ante la tristeza que destila.
Me apunto a tu blog, me ha enganchado y quiero leérmelo con más calma.
Un saludo desde Barcelona!
Publicar un comentario