jueves, 9 de diciembre de 2010

LO ÚNICO IMPORTANTE EN EL MUNDO PARA AZUCENA GALETTINI

Arriba, la portada del libro „Lo único importante en el mundo“ de la autora argentina Azucena Galettini. Editorial "El fin de la noche". Buenos Aires. Argentina 2010.

„Elegir al algoritmo en vez de que elija el humano“
Joshua Keating
Foreing Policy

Por Jose Carlos Contreras

Quién lo hubiera barruntado: que desde el uso de la imprenta de Gutenberg a la explotación del ciberespacio y las comunidades virtuales, la sociedad globalizada de la información cada vez se viera más saturada por el ingente flujo de mensajes. Sin embargo, frente a esa situación están surgiendo una serie de estrategias de comunicación que provocan, por ejemplo, sorpresa (la revista Vogue Rusia acaba de sacar al mercado en su edición de diciembre de 2010 la primera publicación europea que integra videos en sus páginas), causan curiosidad (WikiLeaks), o abren el apetito a la lectura (muchos portales literarios dejan a sus lectores leer gratuitamente obras recién salidas al mercado), entre otras.

El asunto me llama la atención porque anteanoche, justamente, en una cena, discutía con la esposa de un autor (que recientemente ha publicado una novela en una importante editorial alemana y cuyo nombre me reservo el derecho a no mencionarlo por discreción) sobre cuáles pueden ser los canales posibles a utilizar para despertar la curiosidad del lector que no sean los canales ya conocidos, los que precisamente padecen de espacio y tiempo. Y sobre todo cuál es el quid de la cuestión para construir un puente entre el que envía el mensaje y el que lo va a recibir. En ese sentido, les cuento (wie verändert uns das Internet) acabo de descubrir la literatura de Azucena Galettini, quien hace unos días publicó su libro de cuentos „Lo más importante del mundo“.

De Azucena Galettini no sabía nada, hasta que Internet hizo la magia, lo que no es suficiente para entablar una relación entre emisor y receptor, pero que sin embargo, cuando existe un proceso de comunicación que produce la simbiosis entre código y canal funciona de las mil maravillas entre el homo habilis. De esa forma me he interesado por el cuento que da nombre al libro de Galettini „Lo único importante en el mundo“, un cuento que trabaja los tiempos con una lentitud avasalladora y los maneja enmarcados en espacios contradictoriamente solitarios a pesar que en algunos aparezcan gente; donde las cavilaciones del personaje principal se mezcla con su manía de medir las distancias de los objetos, y su debilidad o aborrecimiento a ciertas formas de música.

Mi intención no es, querido lector, resumirte el cuento, sino lanzarte una serie de signos y alcances semióticos del mismo: una mujer toma vino en un vaso (no en una copa) desde un balcón en pleno verano „ella tiene los codos apoyados en la baranda del balcón, los brazos extendidos“. Nos provoca pensar en ese momento que la lectura aborda a un personaje suicida, porque tiene la manía de calcular las distancias: a cuántos pasos estaría el balcón de la calle, es una pregunta que le ronda la cabeza. Nuestro personaje está sola y busca compañía, típico y contraproducente reflejo de la soledad de las grandes ciudades, entonces decide irse a una discoteca.

Todo el cuento refleja un bosque urbano. Un taxi para ir y volver (el de vuelta no le cobra, qué suerte). La música aparece en alto volumen: en la disco, nuestro personaje, no escucha lo que le dice un camarero; en el taxi el chófer le pide permiso para subir el volumen de una canción que no escuchaba hacía siglos. Finalmente la mujer de nuestro cuento llega a casa, se asoma al balcón y baila la salsa que sale del piso de un vecino mientras la lluvia cae como si bailar fuera lo único importante en la vida.

Azucena Galettini nació en Argentina en 1981. Estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires, institución para la que investiga dentro del Instituto de Literatura Hispanoamericana. Es traductora, correctora e intérprete para diversas editoriales, empresas y medios gráficos. Sus relatos y artículos han sido publicados en revistas digitales y de papel en la Argentina, Chile, México y España. En 2006, el Fondo Nacional de las Artes distinguió a este libro con una mención especial.

(1) Para leer a Suzanne Galettini http://elfindelanoche.com.ar/

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