Hoy me he encontrado con una fila larga, larga larga como la muralla china para pagar el libro de los Hermanos Grimm, los Músicos de Bremen (1), que le he comprado a mi sobrino por esta navidad. El libro es en español y en la compra me acompañaba mi pequeñejo que ayer cumplió once meses. Al parecer le gustan los libros. Al menos, arañarlos, tocarlos, olerlos y llevárselos a la boca como si se tratara de un pequeño lobo feroz dispuesto a devorarse a toda la literatura sentada en los estantes de las librerías germanas.
Sin embargo, este pequeño probrador de libros hasta ahora no me ha podido responder a qué saben los libros de Sergio Pitol o Patrick Süskind en las librería Thalia.
Al final, después de pagar, la hermosa dama que atendía en la caja número cuatro le ha regalado chocolate: cuatro paquetitos de chocolate con la publicidad de la librería Thalia de Karlsruhe, que tiene en el sótabo una esquina llena de libros en idioma castellano.
Lo primero que ha hecho el crío es llevarse un paquetito a la boca y seguro que el olor del chocolate le ha enamorado el olfato. Supongo, que con su gran nariz, acostumbrada a recorrer las librerías de la ciudad, sabrá decirme desde el próximo año, qué libro es bueno para llevármelo a casa, y devorarlo con los ojos.
Más tarde he recibido algunos mensajes navideños de felicitación a través del móvil mientras caminaba por la ciudad y he leído junto a mi pequeño probador de libros el poema "Todavía" de Mario Benedetti, de su trabajo Canciones del más acá (Seix Barrall 1996. Biblioteca Mario Benedetti). El día está frío. Las calles a estas horas deben de estar vacías y los alrededores de los estantes de las librerías también. Desde mi casa escucho el ronquido de los libros que duermen el sueño de la navidad. Son los libros que no compró nadie y que esperan comprador para después de las fiestas.
Ahora envolveré el libro para mi sobrino. Los músicos de Bremen contiene una serie de bellos dibujos realizados por Volker Ernsting: con el burro, el perro, el gato y el gallo. Fascinante cuento que empieza más o menos así: "Tenía un hombre un asno que durante muchos años había transportado incansablemente los sacos al molino; se había hecho viejo y el amo pensó deshacerse de él". Así comienza esta hermosa historia de solidaridad, pujanza, unión y amor que escribieron los hermanos Grimm.
(1) Los músicos de Bremen, Hermanos Grimm. Lappan Verlag GmbH. Oldenburg 2006.
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