sábado, 21 de julio de 2012

TOTÓ LA MOMPOSINA EN KARLSRUHE 2012




„La música no es más que la imagen
del universo que se poetiza“
Lorca y las formas de la música.
En Leciones sobre Fedrico García Lorca.
Granada. Página 241.

„Por otro lado, a propósito aún de la poesía griega
arcaica, debemos recordar la magnitud de la religiosidad
que subyace en el origen tanto de la poesía, la
música y la danza. (...) Por tanto, durante muchos siglos
una poesía dialectal, sin escritura, bailable, musicalizada
y cantada surgió en Grecia antes de la invención del
alfabeto (...)“
La poesía en las lenguas indígenas de México
Carlos Montemayor


Por Jose Carlos Contreras

Dicen que la infancia es la patria de los hombres. Allí me sentí acurrucado anteayer mientras escuchaba y bailaba la música de Totó la Momposina en el festival de música „Zelltival“ de la ciudad de Karlsruhe, Alemania.

Aquella música que cuando era niño entraba a mis oídos provocándome una fascinación señorial y que provenía de la vivienda de los vecinos afroperuanos en Lima, volvió a resucitar en mí los sonidos y los recuerdos de los viejos ayeres. ¡Qué vivan los fantasmas de abajo el puente, la chicha morada y el pisco sauer!. La ciudad de Lima, capital de Perú, está ubicada frente al oceáno Pacífico. Por su parte Colombia está bañada también por el océano Pacífico y, además, por las olasdel Mar Caribe. Quizá la riqueza de posesión de dos aguas que bañan las costas de Colombia sea la clave de la belleza de los ritmos colombianos: que fascina no a pocos, por esas aguas llegaron esos ritmos sobre barcos desde el continente africano. El cumbé se convirtió en cumbia, y otras formas musicales que desconozco. Empero aquí está, gracias a los Dioses Chibchas o al Dios Yorubá, Totó la Momposina, para rescatarlos, aplicarlos y conservarlos hasta la eternidad.

Totó lo dijo el jueves: hago música para rescatar del olvido los ritmos, los bailes y los instrumentos de mi querida Colombia. Totó la Momposina es una Diosa vestida de música con una voz y un carisma impresionantes, acompañada de siete querubines que tocan flautas machos y hembras y demás parafernalia musical. Yo que llevo disfrutando las canciones de Totó la Momposina muchos años a través de cidís, el jueves pasado (19.07.2012) por fin tuve la suerte de disfrutarla en vivo. Totó la Momposina es la reina de Colombia, con perdón de las otras reinas que la industria de la música ha creado a base de inversión financiera. Esta reina, sin trapisondas, sí es una reina de verdad.

Anteayer Totó la Momposina comentó que se sentía nuevamente como una cantante que recién empezaba su carrera. Que ahora va de lugar en lugar, duerme en los coches, se ducha en los teatros, canta, se alista y enrumba a las otras ciudades que forman parte de su gira de verano 2012. Eso dijo Totó. Lo que me llamó la atención es que en el Zelltival de Karlsruhe, el festival de música que organiza el Tollhaus en el sur de Alemania, casi toda la sala estaba llena de asiento dispuestos matematicamente. ¿Asientos? ¿pero quién se atreve a sentarse cuando está delante de la música de Totó la Momposina?. Dicho y hecho. El asiento que tuve en primera fila apenas sintió mi calor cinco minutos.

Durante todo el espectáculo la mitad de las sillas estuvieron vacías. Con ese ritmo de tambores, con esos movimientos contagiantes, con esa música que tal vez la haya bailado muchas veces Gabriel García Márquez, no había remedio que dejar salir el bailador que todos llevamos dentro. Totó fue culpable del calor de los cuerpos, fue culpable de que la gente joven de Alemania, que el jueves la vio, se haga la pregunta si la música no es sólo la que nos trae las radios comerciales o las campañas de mercados para arrasar las listas de ventas en el verano. No, aquí está Totó la Momposina, micrófono en mano, instrumento al ristre, tratando de rescatar el santo y seña del pasado colombiano, pero ojo, ojito, dejando que se acoplen nuevos instrumentos a los ritmos de antaño.

!Mis respetos reyna de Colombia! ¡Qué viva la música y la poesía!
 

¡Va por ustedes!

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