QUEPA EL UNIVERSO EN UNA CIUDAD: TAMARINDO
En el instituto de Tamarindo, los estudiantes y docentes me recibieron con gran cariño, como si me conocieran de siglos.
Me impresiono tanto cuando los lectores saben más que mí sobre mis personajes, y se los imaginan mejor de los que yo me los he imaginado. Tengo una enorme admiración por el lector activo.
No me olvido del delicioso ceviche que degustamos con el poeta Jose Díaz Sánchez en un local a la entrada de Tamarindo. No me olvido de los viajes nocturnos desde Paíta o desde Marcavelica bajo la luna llena, o esa vez que alguien nos reconoció en Llamaritos y nos llevó en su coche con una amabilidad eterna.
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