(...) todo verso que pueda ser traducido a otras palabras del mismo idioma sin que disminuya su significación, tanto en sentido, asociación, o cualquier otro sentimiento valioso, está, por esta razón, viciado en su dicción.
Coleridge
„Así es que los maestros en este punto tienen el mayor cuidado. Cuando saben leer, y pueden entender lo que leen, en lugar de preceptos a viva voz, los obligan a leer en los bancos los mejores poetas, y aprenderlos de memoria“
Protágoras
Por Jose Carlos Contreras
Goethe es una de las figuras de la lírica alemana que despierta gran admiración. Su bellísima poesía de amor es para muchos el símbolo de un hombre que siempre llevará el san benito del eterno enamorado. Goethe era un tipo impresionante, cuya curiosidad le llevaba a recorrer los vericuetos de la geología, filosofía, botánica, la crítica de arte, pero sobre todo era poeta, un gran poeta que también amaba la naturaleza, y, por supuesto, tan igual como a la musa de turno, encargada de insuflarle fuego en el corazón y que automáticamente le provocaba un ataque creativo y le conminaba a correr tinta debajo de sus dedos sobre papel. Goethe no dejó de escribir poesía hasta su muerte.
¿Cuántas veces se enamoró Goethe?: infinidad de veces. Lo más impresionante de su trabajo creativo es que cada poema de amor de Goethe refleja un momento pasional de su vida amorosa. Su primer éxito literario fue Las desventuras del joven Werther, obra que provocó una gran conmoción entre los jóvenes lectores y que fue para Goethe su primera obra confesión (se cuenta que Napoleón la leyó siete veces). Desde ese momento se hizo famoso y su vida, a los 27 años, dio un vuelco, cuando en 1775 el duque Karl Augustus le incluyó en su consejo privado, en Weimar, con la sola condición de que fuera para siempre su amigo. En esa corte conocería a su amor platónico, Charlotte von Stein, a quien escribiría 1500 cartas.
Como dije, Goethe también amaba la naturaleza y regaló horas intensas al estudio de la biología, tanto que su amigo Federico Schiller se quejó de que el gran poeta alemán robara tanto tiempo a su trabajo literario por descubrir el mundo que le rodeaba. Hay un poema que me encanta enormemente porque hace referencia a la hoja del árbol que alimentó a los dinosaurios hace más de 250 millones de años: el ginkgo. El poema se llama Ginkgo Bilova y Goethe se la dedicó a Marianne von Willemer con quien caminaba una tarde de 1815 por los jardines del castillo de Heidelberg y descubriría un árbol al que le arrancó una hoja de ginkgo: Dieses Baumes Blatt, der von Osten / Meinem Garten anvertraut, / Gibt geheimen Sinn zu kosten, / Wie's den Wissenden erbaut. // Ist es ein lebendig Wesen, / Das sich in sich selbst getrennt? / Sind es zwei, die sich erlesen, / Dass man sie als eines kennt? //
Solche Fragen zu erwidern / Fand ich wohl den rechten Sinn. / Fühlst du nicht an meinen Liedern, / Dass ich eins und doppelt bin ?.
Stefan Zweig escribió en el prólogo de una antología sobre Goethe, publicada en Salzburgo, en 1927, que „el primer poema de Goethe está escrito con una torpe mano de ocho años en una tarjeta de cumpleaños para sus abuelos. El último, por una vieja mano de ochenta y dos años, apenas cien horas antes de su muerte.“ Eso significa el gran poder que la poesía tuvo sobre la vida de Goethe. El filósofo Karl Jaspers ha escrito también sobre el poeta nacido en Frankfurt am Main en 1749 que "tal vez sea Goethe el único hombre en toda la historia que se ha realizado con tal plenitud". Si la reencarnación fuera cierta yo exhortaría a Goethe que volviera reencarnado a la tierra. En fin, hay un gran número de anécdotas y referencias que me vienen a la cabeza sobre su vida, pero en esta ocasión solo quería referirme a un poema, al poema „Gefunden“ (el que he traducido a mi modo, tratando de respetar el sentido y la rima, del segundo y cuarto verso de cada una de sus cinco estrofas).
El poema es sencillamente hermoso porque abarca a la naturaleza como un ente al que debemos respetar. Un hombre se mete al bosque solo, y piensa en sus adentros, de pronto descubre una bella flor que uno como tú o como yo trataría de arrancarla y disfrutar su belleza o de disecarla, pero éste, el intruso, decide llevarsela con toda raíz a su jardín para plantarla, admirarla y verla crecer nuevamente.
La belleza del poema se sienta en que refleja una situación de la vida cotidiana, pero con inmenso valor humano: el hombre y la naturaleza, el respeto y la admiración, el yo reflexivo y la sombra donde se oculta la hermosura de una flor, el instinto y la moral ecológica, este poema exhibe un enorme respeto a la natura, y la natura solo recompensa a aquellos que la respetan. Un hombre que la observa y tiene la capacidad de escuchar hablar a la naturaleza y se hace cómplice de su eternidad. No es una rosa ni un tulipán, es sencillamente una flor de las tantas que abundan en los bosques, y un hombre común y corriente, como tú, o como yo, en vez de arrancarla, se la lleva a su jardín. Una flor que también simboliza a la mujer amada. El poema fue escrito el 26 de agosto de 1813, en una fecha –según sus biógrafos- en que Goethe celebraba el haber encontrado – hacía medio siglo- a su Johanna Christiane Sophie Vulpius.
El poema, de cinco estrofas, es uno de los más conocidos de Goethe. No se olvide el lector que un poema o un tropo literario puede ser interpretado de mil maneras. iVa por ustedes!.
GEFUNDEN
Johann Wolfgang Goethe
Johann Wolfgang Goethe
Ich ging im Walde
So für mich hin,
Und nichts zu suchen,
Das war mein Sinn.
Das war mein Sinn.
Im Schatten sah ich
Ein Blümchen stehn,
Wie Sterne leuchtend,
Wie Äuglein schön.
Ich wollt' es brechen,
Da sagt' es fein:
Soll ich zum Welken
Gebrochen sein?
Ich grub's mit allen
Den Würzlein aus,
Zum Garten trug ich's
Am hübschen Haus.
Und pflanzt' es wieder
Am stillen Ort;
Nun zweigt es immer
Und blüht so fort.
ENCONTRADO
Johann Wolfgang Goethe
Traducción: Jose Carlos Contreras Azaña. Karlsruhe. Alemania. Enero 2011.
Me interné en el bosque
para estar conmigo
no buscar nada
era mi sentido
En la sombra vi
ena erguida flor
como estrellas brillaba
bellos ojitos candor
La quise arrancar
y me dijo tenuemente
para ser marchitada
Me arrancas de repente?
Excavé a su alrededor
y con raíz y masa
me la lleve al jardín
de la hermosa casa
Volví a plantarla
en sosegado lugar
ahora ramifica siempre
y florece sin parar
Johann Wolfgang Goethe
Traducción: Jose Carlos Contreras Azaña. Karlsruhe. Alemania. Enero 2011.
Me interné en el bosque
para estar conmigo
no buscar nada
era mi sentido
En la sombra vi
ena erguida flor
como estrellas brillaba
bellos ojitos candor
La quise arrancar
y me dijo tenuemente
para ser marchitada
Me arrancas de repente?
Excavé a su alrededor
y con raíz y masa
me la lleve al jardín
de la hermosa casa
Volví a plantarla
en sosegado lugar
ahora ramifica siempre
y florece sin parar
1 comentario:
HERMOSO REALMENTE HERMOSO, GRACIAS POR TU TRADUCCIÓN
Publicar un comentario