Desde mi vieja orilla, desde la fe que siento,
hacia la luz primera que toma el alma pura,
voy contigo, hijo mío, por el camino lento
de este amor que me crece como mansa locura.
Voy contigo, hijo mío, frenesí soñoliento
de mi carne, palabra de mi callada hondura,
música que alguien pulsa no sé dónde, en el viento,
no sé dónde, hijo mío, desde mi orilla oscura.
Voy, me llevas, se torna crédula mi mirada,
me empujas levemente (ya casi siento el frío);
me invitas a la sombra que se hunde en mi pisada,
me arrastras de la mano... Y en tu ignorancia fío,
y a tu amor me abandono sin que me quede nada,
terriblemente solo, no sé dónde, hijo mío.
La palabra quechua "tambo" significa: posada, albergue en los caminos o establecimiento rural. La palabra alemana "Nachrichten" significa: noticias. La palabra LITERATAMBO nace de la simbiosis de literatura y tambo. Osea esta página es la posada de noticias sobre literatura.
domingo, 30 de septiembre de 2007
LEOPOLDO PANERO. UN POETA HABLA CON SU HIJO
domingo, 23 de septiembre de 2007
DE PERSONAJES NO HALLADOS EN LIBROS Y AUTORES GALLEGOS
jueves, 20 de septiembre de 2007
El Charco
En el cuarto de mi abuelo hay una foto donde se ve a un hombre saltando un charco. Siempre me pregunté, ¿en qué ciudad del mundo salta un hombre un charco de forma tan elástica, tan elegante, como si delante de él hubieran miles de reflectores para iluminar su danza de ballet ? Será en Europa, en América, en Asia. Siempre tuve esa maldita duda. Hasta ahora, en que me encuentro en la misma situación del hombre que fue fotografiado. Ahora intento saltar este charco que está delante de mis zapatos. Salto y de pronto me despierto. Cada mañana me despierto cuando tomo fuerzas para saltar el charco o me quedo detenido en ese instante en que el cuerpo vuela luego de haber abandonado el piso tras el impulso. Maldito despertador, digo. Llega la hora del trabajo. Levanto las persianas y luego abro las ventanas. Saco la cabeza y veo la calle. Entonces me encuentro con ese hombre de nuevo tratando de saltar el charco como en la foto que había en el cuarto de mi abuelo. Lleva saco oscuro y zapatos impecables. No le veo la cara y lleva sombrero. No hay sol. No es Lima, ni Madrid. No es Ciudad de México, ni Buenos Aires. Es una calle de Alemania con la única esquina empedrada donde se acumula el agua después de la lluvia. De pronto el hombre voltea. Creo que se ha dado cuenta que le observo. Me levanta la mano y hace un gesto que no llego a comprender. Al costado de la ventana tengo unos binoculares, los tomo y apunto a la cara del hombre delante del charco. Agudizo los lentes girando con mis dedos el disco del largavistas. No veo nada. Suena el segundo despertador que cronometro si el primero no ha podido despertarme. Me levanto. Las ventanas están abiertas y a mi lado duermen los binoculares. Saco la cabeza por la ventana. Hay mucho sol y nadie anda por la calle, pero alguien acaba de timbrar la puerta de mi casa.
lunes, 17 de septiembre de 2007
¿QUÉ LEEN LAS FAMOSAS Y LOS FAMOSOS?
Portada del libro Suicidios Ejemplares de Enrique Vila-Matas. ¡Que buena literatura señores! Acabo de descubrir a este autor. Mas vale tarde que nunca.
por José Carlos Contreras Azaña
Siempre me ha rondado por la cabeza la interrogante de saber qué leen algunas personas que son famosas en el mundo. Esta pregunta me la hice estando en Madrid, a pocas horas de tomar mi avión de regreso Frankfurt (que son horas algo extrañas, algo raras en donde uno se siente como si abandonara algo que forma parte de su vida.
No he nacido en Madrid, pero eso es lo que siento. La misma sensación percibo cuando salgo de Lima. Allí, prohibo tajantemente a mis familiares a que me despidan en el aeropuerto). Como decía, estaba paseando por la Puerta del Sol y buscando algo que comprar: un recuerdo, un libro, un no se qué, y me hice esa pregunta, porque unos días atrás había leído una entrevista a Manu Chao con referencia a su último trabajo musical Radiolina. La entrevista me encantó. Entonces me pregunté cuáles serán las lecturas que ha hecho este interesante cantante, no sé si catalán, español o francés, o hijo mundial. Si alguien lo sabe o leyó por allí que ha leído y que lee Manu Chao pues que me lo cuente. Y una pregunta. Es verdad que ¿la belleza y la justicia es lo mismo?.
En estos días anduve leyendo intensa literatura concerniente a mis clases de castellano. Además de diarios y reportajes para uso de la producción del programa Haltestelle Iberoamerika, he seguido con la lectura del libro de Vila-Matas que adquirí en Madrid.
miércoles, 5 de septiembre de 2007
DE VUELTA A LA CASA LITERATURA
Acabo de volver de mis vacaciones. En realidad para mí las vacaciones no necesariamente significa alejarme de mi punto de vivienda. Pero como aquí en Alemania se acostumbra a calificar de vacaciones cuando te alejas de este belllo país, pues lo digo así, a pesar de que en la tierra que estuve, España, escuché que casi el 50% de sus gentes no van de vacaciones, osea que no salen de sus puntos habituales de cohabitación.
En fin, tomé mi mochila y caí en la mismísima Puerta del Sol, en el centro del kilómetro cero de España.
Ya seguiré contando las cosas que me tocó vivir allá. Entre las cosas más interesante que trajé en mi mochila es libro „Suicidios ejemplares“ de Enrique Vila-Matas. Libro que me ha hecho mucho reir en mi trayecto aéreo desde Madrid a Frankfurt, tanto que la dulce damita inglesa a mi costado no se aguantó y me preguntó que libro estaba leyendo. Ni ella me sacó de la risotada en la que me atrapó el cuento „En busca de la pareja eléctrica“. Ya hablaré más.
Hoy he participado en el blog del escritor Juan Cruz, cuyo libro „Octubre“ vi en una librería, pero no lo compré, porque sencillamente no hay para tanto. En su blog, donde Juan había escrito sobre Onetti y la experiencia que le tocó vivir ayer en Madrid al conocer a un huérfano de padre y madre asesinados por un coche y su conductor escribí esto:
Desde que existe esa extensión de nuestras piernas que se llama coche ha muerto mucha gente. A los coches no los echaría de menos si les prohibieran las calles, a Juan Carlos Onetti, sí. Me solidarizo con la víctimas de los autos y deploro a sus imbéciles conductores.Les cuento queridos blogueros de "Mira que te lo tengo dicho" que ayer retorné de Santa María, perdón, de Madrid, donde apenas estuve cinco días recorriéndola como Larsen.
De las cosas que más me han llamado la atención fue ver a un indigente durmiendo con todas sus pertenencias delante de un hotel cuatro estrellas sin que a nadie le importara. Me metí a un restaurante y me querían cobrar dos euros por un pan que no había pedido ni consumido. Me paraba ante el rojo de los semáforos y la gente la cruzaba sin importarle: entonces me sentí un bicho raro. Hay obras en Sol y ya no está la pequeña librería que se ubicaba en el piso bajo del edificio que lleva el cartel del Tío Pepe. Ni la librería Manzano que se encontraba en una calle cercana a Sol. Frente a Cibeles, en un quiosco, hay unas pintas contra los chinos.
Por otra parte, me encantó ver el sábado a gente donando sangre dentro de un bus aparcado en el parque El Retiro y contemplar a tantas culturas que aman nuestra lengua reunidas en una gran ciudad y, otras cosas lindas que por falta de espacio no las escribo. Madrid me fascina, pero creo que han cambiado muchas cosas. Buenas tardes a todos.