„El cerebro es el artilugio más sofisticado
del universo, otros dicen que el cerebro es
desastroso, es un subproducto de la evolución“
Eduardo Punset
Si mañana no alcanzo a ver los 90 minutos
de la semifinal de fútbol de la Copa América
entre Perú y Uruguay, es por culpa de este gran
concierto de Shantel (el partido comienza el
miércoles a las 02:45 horas de Alemania).
JC
Por Jose Carlos Contreras
Uno de los secretos de la vida es tratar siempre de sorprenderse (no hay gente más aburrida que una persona que no se sorprenda), sorprenderse de las cosas que ves o que escuchas, hasta de las cosas mas pequeñas, porque a veces en las cosas más insignificantes está la esencia de la vida. En ese sentido no acabo de sorprenderme con un artista alemán, Stefan Hantel, más conocido como Shantel, con ancestros rumanos (su abuelos eran de Bucovina, allí la raíz de su primera producción). Shantel, que sigue creando en su diario musical una simbiosis entre la música de occidente y la música balcánica, ha hecho vibrar hoy la pista de baile del Zeltival de Karlsruhe ( dicen que lo hace desde hace tiempo en europa central, e inclusive hasta en Istambul) con su pop balcánico y su Disko Partizani que nos ha hecho bailar como unos electrocutados y, su melodía pegajosa, se nos ha metido al oído como un gusano de seda dispuesto a no dejarnos en paz. La gente sobre la pista de baile del Tollhaus ha estado poseída por los mágicos sonidos de este grupo que causa sensación. Por algo se le reconoce como el último fenómeno de la música.
Y sobre todo no es ninguna sorpresa que se le siga escuchando en las discos, y que su ritmo y sonido contagioso del Disko Partizani y su sonoro coro „parti parti partizani“ nos invada de fiesta, party, jolgorio y a la vez que nos recuerda a los partisanos. Pero esto último no tiene nada que ver con la fibra creativa de Shantel, cuyo contagiante Disko Partizani es el culpable de la elevada producción de bilirrubina en la sangre de los bailadores de las discos de Berlín, Viena, Budapest o París, como hoy en el Tollhaus.
Ahora le ha tocado Karlsruhe, y allí ha estado Shantel, en vivo y en directo sobre el escenario del Zelltival (un festival de verano que no pasa de su mediocridad pero que a veces sorprende con conciertos como el de Shantel), mejor dicho Shantel ha vuelto, porque el año pasado armó una fiesta impresionante y lo ha repetido hoy, y hasta lo ha superado.
Lo interesante del trabajo de Shantel es el cambio de ritmo de las músicas balcánicas con formas modernas o unidas a otras músicas de diversas latitudes, lo que lo convierte más bailables, más ricos y pegajosos, una simbiosis de notas, instrumentos musicales, voces, lenguas, que hace que reproduzca una amalgama de ritmos esplendorosos. Shantel, que también es DJ, es un músico y productor que promete seguir revoloteando el ambiente musical y esperemos que dentro de poco dé el gran salto por Lima, por Buenos Aires, por México.
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