¡SUERTE EN FRANKFURT!
una noche, de esa noches plagadas de noticias que alborotan Lima (Lima siempre está intranquila) nos fuimos con mi amigo y editor Floiro Tarazona Ramírez a tomarnos unos "capitanes". Creo que ya llevamos una colección oceánica de diplomas de la bebida que amaba Ernest Hemingway.
De pronto se acercó un caballero. Ven me dijo: allí en la esquina más acicalada del hermoso local capitalino intercambié palabras y memorias con el maestro. Ustedes lo reconocen. De toda esa conversación hermosa y rotunda como un halo de luz, al final, me dijo:¡Suerte en Frankfurt!
Gracias, maestro. Su bendición la siento con intensidad, ahora que mi teléfono suena y suena sin descanso.
Danke, Alfredo Bryce Echenique.
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