martes, 12 de noviembre de 2024

UN PREMIO POETA JOVEN DEL PERÚ ENTREVISTA A UN PREMIO POETA JOVEN DEL PERÚ

UN PREMIO POETA JOVEN DEL PERÚ ENTREVISTA A UN PREMIO POETA JOVEN DEL PERÚ

Luis Eduardo García entrevista a Fernando Obregón Rossi. Todavía no leo la nota, pero la alegría de leerla hace que me apresure para compartirla, porque se trata de dos poetas claves de la poesía peruana.
A Luis Eduardo no lo veo décadas, y con Fernando se rompió el hechizo de los relojes de arena este septiembre, cuando nos vimos después de tantos calendarios, y justo, frente al público lector en a Casa de la Literatura. Igual que esa tarde en Trujilo, Perú, cuando estuvimos los tres recibiendo nuestros premios en el POETA JOVEN DEL PERÚ (el mío era mención honrosa) cuyo jurado estaba integrado por los poetas Antonio Cisneros y César Calvo.
Más abajo, la entrevista. Y arriba, captura de página del Diario la Industria. Abajo, flyer del evento de presentación del libro "Sorpresa de una bala ante la belleza del suicida" de Fernando Obregon Rossi.


UNA ENTREVISTA A FERNANDO OBREGÓN ROSSI.
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"Los poetas de los 80 llevan la
cicatriz escandalosa de la violencia”
Integrante de la generación de los ochenta y miembro de lo que podría llamarse la tercera etapa de Hora Zero, Fernando Obregón Rossi (Lima, 1961) ha publicado hasta ahora solo un libro: "Sorpresa de una bala ante la belleza del suicida", en el que percibimos no solo a una voz segura y dueña de sus virtudes, sino también una sorprendente manera poetizar un periodo aciago en la historia del Perú: la violencia política y social.
Este libro se publicó incompleto en 1999. ¿Qué ha cambiado desde entonces en tu poética?
Ha cambiado mucho, porque la vida modifica tu forma de escribir. Del lenguaje atormentado, caótico y (aparentemente) sin sentido de este libro escrito entre 1985 y 1995, bajo un período de violencia sin igual en el país, hay pocas cosas que se mantienen. He aprendido a mirar la vida y la poesía con otros ojos, apreciándola mejor pero siempre explorando entre los límites de la palabra y la propia existencia. Tengo otro libro terminado Estudio de vida, distante de este infierno juvenil y más cercano al purgatorio. En cambio, lo que estoy escribiendo ahora Relación de las cosas bellas que alcancé a ver, se aproxima más a la realización paradisíaca que anuncia Dante en su Divina Comedia.
¿Qué hayas tardado tanto en publicar tiene que ver con tu manera de trabajar? ¿Eres un esclavo de la autocorrección o es cuestión de cumplir con los plazos y los ritmos de la vida?
¿Existen plazos para publicar un libro? La mayoría de estos poemas y otros no publicados, los vengo leyendo en los numerosos recitales y actividades culturales que con el movimiento Hora Zero hemos desarrollado en las últimas décadas. Si no los he recogido en libros o plaquetas, simplemente es porque no tengo necesidad de hacerlo. Mi único apuro es escribir y ser consecuente en el trabajo de la palabra. Si estas sobreviven al tiempo, entonces merecen ser publicadas.
"Sorpresa de una bala ante la belleza del suicidia" está, empezando por el título, cargado de imágenes poderosas, de origen surrealista la mayor parte de ellas. ¿Qué deudas reconoces o tienes con el surrealismo?
Este libro es más surrealizante que surrealista. Y es que la realidad contemporánea, ya no es la misma de hace un siglo cuando André Bretón y sus amigos cuestionaron el arte y la vida abriendo la posibilidad de exploración en todos los ámbitos de la actividad humana. Hoy el mundo es más surrealista que nunca, la inteligencia artificial es el más claro ejemplo. Si las imágenes de mi libro parecen surrealistas, es porque la realidad ya lo es.
¿En qué medida pude ser bello un suicida?
Toda claudicación a la vida guarda tras de sí una historia. Este libro fue escrito durante una de las décadas más violenta que hayamos padecido en la historia de nuestro país. El suicida puede ser una persona, un ángel caído, la propia sociedad o la palabra misma. Todos con una historia inconclusa que pudieron ser bellas de haber sobrevivido a esa espiral de violencia.
T. Mora y R. Santiváñez, destacan el discurso trastocado de tu libro (“remolinos de palabras”, dice Verástegui en el prólogo), sin puntuación, “de encabalgamientos inesperados”, que parece seguir las pautas del libre fluir de la conciencia. ¿A qué responde esta manera de estructurar el discurso?
Antes de este libro, trabajé otros dos que tenían una mirada diferente, cuando de pronto desbordó la violencia en los ochenta. Sentí que había perdido la brújula literaria ante una nueva realidad que me exigía escribirla de la manera más coherente y consecuente posible. El caos de los textos es el caos de entonces. El discurso chocante y trastocado es la vida de entonces. Los encabalgamientos inesperados son las múltiples caídas de entonces. Los remolinos de palabras y carencia de puntuación son los discursos sin sentido de esos años.
¿Tiene esto algo que ver con la violencia que, según mi lectura, es el verdadero leitmotiv del libro?
Cierto. La violencia es el eje central del libro, pero también la resistencia y resiliencia. Una violencia que regresa pendularmente sobre nuestro país, cada cierto tiempo. Hoy vivimos otro nuevo ciclo de violencia, donde de nuevo todo vuelve a sacudirse. La sociedad ingresa de nuevo a una etapa suicida. La primera versión del libro es de hace 25 años, pero parece escrito para hoy.
Los temas recurrentes de los poemas son metafísicos, metapoéticos y metafilosóficos: el extravío del poeta en la gran oscuridad de la vida, la fuerza invencible de la muerte, la imposibilidad y el sinsentido de la belleza, entre otros. Esto podrías llevarnos a pensar que no hay ninguna esperanza, que todo está perdido, sin embargo, mi lectura, por lo menos, me indica que no es así. Hay un sosiego, una búsqueda intrínseca que tiene que ver con el asombro y la belleza. ¿Qué clase de optimismo y esperanza alberga tu poesía?
En un tiempo de neofundamentalistas, de fake news, donde la razón abdica de la sinrazón, la poesía es la única esperanza. Pero sin optimismo ingenuo ni pesimismo ciego. En un mundo que niega la vida la obligación del poeta es apostar por ellos. A pesar de que se nos haya entregado una catástrofe para poetizar, como se afirma en el manifiesto Palabras Urgentes de Hora Zero.
R. Santiváñez ha destacado de tu discurso la forma en que unes un verso con otro, su encabalgamiento, el uso de la elipsis. ¿De dónde procede esa técnica?
No creo en los lingüistas metidos a poetas y que sólo se regodean en el juego de las palabras. Son malabaristas de biblioteca. La poesía es humanidad antes que nada y a la palabra hay que dotarla de esa humanidad. Todo uso de recursos literarios va en esa perspectiva. Suprimir puntuación, artículos, encabalgar un verso con otro como si fuese una cascada de palabras, el uso de aliteraciones, adverbios o elipsis tienen como finalidad dar vida al discurso. Si no, no tiene sentido usarlos. Las influencias son numerosas, pero para mí Trilce de César Vallejo, es la piedra angular de nuestra poesía.
¿En qué línea de la tradición inscribirías tu poesía? No veo rastros ni influencia marcada de la poética de Hora Zero, colectivo del que formas parte, en tu poesía. Yo diría más bien que tu trabajo marca un camino muy personal y distante.
Este libro fue escrito bajo la influencia y seguimiento personal de Juan Ramírez Ruiz, a quien conocí a inicios de 1980 y que a pesar de ya no ser parte activa del grupo siguió caminando con Hora Zero casi toda esa década. Este libro fue leído a Tulio Mora, Enrique Verástegui y Jorge Pimentel, antes de entregarlo a editorial ASALTOAOLCIELO en 1999 y fue determinante para mi incorporación al grupo. Todos ellos vieron en el libro su cercanía a la propuesta de la “Poesía Integral”, pero sobre todo a la premisa central del Manifiesto Palabras Urgentes: Hemos heredado una catástrofe para poetizar. Hora Zero es un colectivo poético donde cada integrante crea su camino y se respeta su búsqueda personal. Este libro no hubiese sido posible sin las críticas y observaciones -muchas veces duras- de los poetas nombrados.
¿Cuál es tu imagen, si acaso la tienes, del poeta y la poesía en un mundo donde no parece haber mucha cabida para ellos?
Veo a los poetas como druidas modernos, intelectuales independientes conocedores de lo profano y sagrado; pero a la vez como los Lamed Wufnis reseñados por Borges en su Libro de los Seres Imaginarios. Son los seres justos escondidos que evitan que la humanidad desaparezca. Ahora, la poesía no sólo es un género literario, puedes encontrarla también en la música, el cine, las artes plásticas, y hasta las propias ciencias ya están contaminadas de poesía. El discurso de la próxima humanidad reconciliada tendrá más de poético que de racional.
¿Qué balance harías de la generación del 80 a esta altura del tiempo?
Los poetas de los 80 tienen llevan la cicatriz escandalosa de la violencia, a la cual hay que añadir la sobrevivencia. Son estigmas difíciles de borrar, aunque el tiempo se encarga de amenguar. La presencia de la mujer es posiblemente el mejor aporte, pero no es el único. Encuentro libros bellos y notables y voces en pleno proceso de producción. Los poetas peruanos de los 80, son una historia en desarrollo, de la cual aún falta mucho por escuchar y leer.
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Diario La Industria de Trujillo, 10 de noviembre del 2024.

viernes, 1 de noviembre de 2024

HAN KANG DIE SÜDKOREANISCHE NOBELPREISTRÄGERIN, DIE CÉSAR VALLEJO LIEBT



HAN KANG DIE SÜDKOREANISCHE NOBELPREISTRÄGERIN, DIE CÉSAR VALLEJO LIEBT

Als Kind zog Han Kang, die frischgebackene Nobelpreisträgerin 2024, oft um, weil ihre Familie kein eigenes Zuhause hatte. Ihr Vater, der Schriftsteller Han Seung-Won, war jung und hatte nur ein geringes Einkommen. Als Han Kang etwa 11 Jahre alt war, zog sie mit ihrer Familie nach Seoul und besuchte fünf verschiedene Schulen - eine schwierige Zeit für die Familie, aber eine wunderbare Zeit.

In ihrer Wohnung gab es fast keinen Luxus oder teuren Schmuck, was sie hatte, waren Bücher, Bücher und Bücher, sein Haus war vollgestopft mit Büchern. Bei einem Vater, der Schriftsteller und ein guter Leser war, war das natürlich zu erwarten.
Han Kang sagt: „Dank der Bücher, dank des Lesens, fühlte ich mich nicht so schlecht, ich fühlte mich nicht einsam. Die Zeit verging, und die Lektüre setzte sich auf natürliche Weise im Schreiben fort.
Kang studierte koreanische Literatur an der Yonsei-Universität und arbeitete als Journalist für die Zeitschriften Publishing Journal und Samtoh. In seiner Jugend las er mit Begeisterung den peruanischen Dichter César Vallejo, der ihn tief beeindruckte. Er las auch einen anderen Lateinamerikaner: Jorge Luis Borges.
Fotos: kompositionen / Archiv

HAN KANG LA PREMIO NOBEL SURCOREANA QUE AMA A CÉSAR VALLEJO

HAN KANG LA PREMIO NOBEL SURCOREANA QUE AMA A CÉSAR VALLEJO



Cuando era niña, Han Kang, la flamante Premio Nobel 2024, se mudó muchas veces porque su familia no contaba con casa propia. Su papá, el escritor Han Seung-Won, era joven y de precarios ingresos económicos. Han Kang se trasladó a Seul con su familia cuando ella andaba por los 11 años y visitó cinco escuelas diferentes, fueron tiempos difíciles para la familia, pero maravillosos.
En su apartamento no había casi enseres de lujo o adornos caros, lo que tenía era libros, libros y libros, su casa estaba abarrotada de libros. Claro, con un papá escritor y buen lector, que se esperaba.
Han Kang, cuenta: “Gracias a los libros, a la lectura, no me sentí tan mal, no me sentí sola. Pasó el tiempo y esas lecturas continuaron a través de la escritura de una manera natural”.
Kang estudió literatura coreana en la Universidad de Yonsei y laboró como periodista para las revistas Publishing Journal y Samtoh. En su juventud leyó con emoción al poeta peruano César Vallejo, vate que le impresionó en demasía. Leyó también a otro latinoamericano: Jorge Luis Borges.
Fotos: composiciones de archivos.

MUCHAS GRACIAS A LOS LECTORES, PERIODISTAS, AMIGOS, FAMILIARES, POETAS Y ESCRITORES PERUANOS QUE ME CONECTAN CON EL PLANETA A TRAVÉS DE LA RADIO DESDE LIMA PARA HABLAR DE LIBROS Y OTRAS COSAS



MUCHAS GRACIAS A LOS LECTORES, PERIODISTAS, AMIGOS, FAMILIARES, POETAS Y ESCRITORES PERUANOS QUE ME CONECTAN CON EL PLANETA A TRAVÉS DE LA RADIO DESDE LIMA PARA HABLAR DE LIBROS Y OTRAS COSAS

hablé sobre mi asistencia como invitado a la Feria del Libro de Frankfurt, la feria de libro más grande del mundo y, además, anuncié en calidad de primicia la presentación de mi nuevo libro "La Anatomía de los algoritmos", el mismo que también será presentado el 22 de noviembre en la Volkshochschule de la ciudad de Karlsruhe, Alemania.
La entrevista fue realizada por el periodista Jaime Díaz Mayurí de Radio Imperial 2, en la frecuencia 99.5 de la fm. bajo la producción de la periodista Estela Juarez.
Además hablé de mi gira por el Perú, presentando mi penúltimo libro "Las Anatomías del agua".

YA VIENE

 


YA VIENE

AMOTAPE EN EL CORAZÓN

 


AMOTAPE EN EL CORAZÓN

cuando desperté ese 19 de setiembre de 2024, sabía que eran mis últimas horas en estas bonitas tierras del norte peruano. Tras estar frente a interesantes lectores en Tamarindo, partimos a Amotape. Ibamos en una moto de tres ruedas sobre el cascajo y arenal, de pronto aparecieron, una huaca, un pueblo y su colegio hermoso que me esparaba como en un día de fiesta.



Me llené de emoción al ver a tantos jóvenes esperándome, igual como pasara en Casagrande, La Unión y San Juan de Lurigancho. La directora y los profesores, entre ellas la comunicadora Irayda Morán Ruiz, eran como ángeles (son héroes heroinas), y los alumnos, angelitos con deseos de aprender.


Escuchamos poesía por todos lados, luego llegaron ojos alegres y preguntas impresionantes de jóvenes con ganas de comerse el mundo. Más atrás se veía la sombra del poeta más admirado por estos lares, José Díaz Sánchez, que para mí es el Quijote peruano de la literatura.
Gracias Amotape!
Amotape en el corazón!!!

QUEPA EL UNIVERSO EN UNA CIUDAD: TAMARINDO

QUEPA EL UNIVERSO EN UNA CIUDAD: TAMARINDO


Noches de luna llena, conversas infinitas, comida exquisita, panecillos frescos, tranquilidad placentera, estudiantes valerosos, profesores héroes. En Tamarindo me he sentido igual que en un barco, navegando en aguas del Pacífico durante días sin tormentas.

En el instituto de Tamarindo, los estudiantes y docentes me recibieron con gran cariño, como si me conocieran de siglos.
Los estudiantes habían leído mis relatos.
Me impresiono tanto cuando los lectores saben más que mí sobre mis personajes, y se los imaginan mejor de los que yo me los he imaginado. Tengo una enorme admiración por el lector activo.
No me olvido del delicioso ceviche que degustamos con el poeta Jose Díaz Sánchez en un local a la entrada de Tamarindo. No me olvido de los viajes nocturnos desde Paíta o desde Marcavelica bajo la luna llena, o esa vez que alguien nos reconoció en Llamaritos y nos llevó en su coche con una amabilidad eterna.
Gracias Tamarindo!!