miércoles, 24 de diciembre de 2008

EL VIEJO Y LA NAVIDAD: FROHE WEIHNACHTEN

Gráfico: literatambo.

EL VIEJO Y LA NAVIDAD


Cuenta la leyenda que en lo más profundo de los bosques de la Selva Negra vivía una vez un anciano solitario. Al llegar la navidad encendía candelabros alrededor de un árbol que ponía en su habitación. Cuando la noche posaba sus sombras sacaba la cabeza por la ventana para escuchar más nitidamente el repique de las campanas del pueblo próximo, y, cuando éstas enmudecían, afinaba los sentidos para escuchar cantar villancicos a los niños de otro pueblo más arriba. Desde allí el río bajaba con alborozo serpenteando su casa. Desde su ventana veía todo: llegar la primavera y asomar la nieve con la navidad. En esta fecha como todos los años se vestía con lo más elegante que guardaba en su ropero y se ponía a contemplar las estrellas que resplandecían desde su árbol como si estuviera acicalado de luciérnagas. Entonces se sentaba comodamente a esperar en su sofá como todos los años, y cerraba los ojos hasta que entraban ángeles y querubines para abrir los regalos que siempre les compraba. Éstos bailaban y cantaban y el viejo era feliz hasta que se despertaba en medio de la noche pensando en los abrazos y besos que recibió cuando era niño.

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