jueves, 4 de septiembre de 2008

MARIO VARGAS LLOSA EN EL JIRÓN DE LA UNIÓN DE LIMA


Es impresionante. Así calificaría la exposición sobre la vida y obra del escritor peruano Mario Vargas Llosa organizada por la Universidad Católica del Perú, en la Casa Museo ÒHiggins, ubicada en el jirón de la Unión del centro histórico de Lima. Al ingresar, la fachada del recinto impacta sobremanera y en sus interiores nos podemos perder, en el primer piso o en el segundo, a través de salas que te muestran al escritor en diversas épocas de su vida. Visité esta exposición y no me arrepiento, porque es una de las más bellas que he visto sobre un personaje. La muestra estará abierta hasta el 30 de octubre de 2008.


Acabo de retornar de Sudamérica, y, lo primero que me viene a la cabeza son los libros que me he traído (ya daré los títulos: algunos ya los adelanté), además, recuerdo que tengo una deuda pendiente con este blog, porque desde hace más de un mes que no escribo, salvo en una oportunidad que lo hice desde Juliaca, un lugar escondido en el altiplano peruano digno de un cuento de Julio Ramón Ribeyro o José María Arguedas. Cuando se vuelve de viaje, el mundo que quedó atrás se convierte en una sombra que fluye repentinamente por los rincones de nuestros días. Recuerdas ocasiones, comparas precios, miras el reloj (cuyas agujas acabas de acondiconar al tiempo actual), observas por la ventana como si miraras desde el tren subiendo a Machu Picchu y, el pasado te sigue como un fantasma. Cuando uno viaja se deja regado el alma por donde caminamos.


De esos buenos recuerdos brota la excelente exposición „Mario Vargas Losa, la libertad y la vida“, la que visité una tarde noche pintada por la típica garua de la capital del Perú. En la muestra pude ver los tesoros personales, las fotografías y los íconos que acicalaron la vida de Vargas Llosa. Me impresionaron las salas de los libros acumulados como un cementerio (me hizo recordar „La sombra del viento“ de Carlos Ruiz Zafón), bajo una luz tenue, pero dejando en claro la enaltecedora imagen que los libros son el epicentro de la existencia del escritor que no sólo se limita hasta la muerte. Mario Vargas Llosa es un amante de los libros, y , de los hipopótamos, eso creo, porque leí en una de las paredes del recinto un dicho sobre el erotismo y los hipopótamos.


Lo que más me impresionó, además, fueron las fotos de sus libros traducidos en todos los idiomas imaginables. Vargas Llosa es universal, aunque la verdad, no se trata de pasarle el trapo sobre los zapatos al escritor, me quedo con „La guerra del fin del mundo“, libro que compré en uno de esas librerías al paso que existían hasta el siglo pasado en el paque Universitario de Lima, luego de haber trabajado unas horas en una siderurgica del Callao haciendo huecos a unos metales que no tenían nada de poéticos -cuando tenía 17 ó 18 años- pero que me pudieron costear el susodicho libro. „La fiesta del chivo“ y „La casa verde“ son otros de los que guardo un hermoso recuerdo.


Otra cosa que me ha impresionado de la muestra, es la foto, enorme, enorme, de Mario Vargas Llosa en el desaparecido bar „La Catedral“, de donde salieron las primeras palabras de su libro „Conversación en la catedral“. Èl está delante de dos botellas de cerveza y un vaso semivacío. Vargas Llosa contempla la puerta de salida del bar, o mejor dicho, contempla sus interiores. Bella foto donde se ve a un Vargas Llosa jovencito . También se exponen manuscritos originales de sus libros, así como su relación con el teatro, el cine, la prensa, la política y el mundo académico.


Igualmente se pueden ver instalaciones inspiradas en su obra, una proyección sin pausa de películas basadas en sus novelas y un audio donde el autor lee La Casa Verde.


La exposición parece a veces que homenajera a un autor muerto, pero Vargas Llosa está más vivo que nunca, y se le ha devuelto el cariño, que una vez no sintiera de los peruanos, luego de incursionar en la políticia, porque el Perú, es como en sus libros, tiene mucho de „La ciudad y los perros“ y „¿Quién mató a Palomino Molero?“.


Mario Vargas Llosa, al lado de César Vallejo, es el peruano más universal.



Esta es la foto (arriba) que más impresiona y la más enorme de la exposición. En este bar, de nombre "La catedral" y ya desaparecido, nació el libro "Conversación en la catedral". En una mesa, solitario, vemos a un joven Vargas Llosa contemplando la puerta de salida del bar. Delante de él, dos botellas de cerveza y un vaso semivacío. Se habrá vuelto a preguntar en ese instante ¿en qué momento se jodió el Perú?. Foto: literatambo.

Arriba y abajo, la pared que muestra los libros del escritor peruano traducidos a diversos idiomas. Hay mucha gente joven entre los visitantes. Chicos que, cuando Mario Vargas Llosa incursionó en la política, aún no tenían derecho a voto. Foto: literatambo.


Los niños (foto de arriba) son también los protagonistas de la muestra. Bien hacen los padres en llevar a sus hijos a la exposición "Mario Vargas Llosa, la libertad y la vida". En la foto, madre e hijos posando para mi lente en la sala que muestra una pila de libros a la manera de un hermoso cementerio. Los libros son la vida, su lectura es la inmortalidad. No leer significa la muerte. Foto: literatambo.


(Arriba) La palabra libertad rebota por todas las esquinas de la exposición sobre la obra y vida del escritor peruano Mario Vargas Llosa. La foto la hice tirado sobre el piso, desde donde contemplé esa hermosa y poética lampara como si estuviera colgada desde el cielo dando luz a la más bella de las palabras del diccionario castellano: libertad. (Abajo) Me veo paseando como todos por el mundo del escritor nacido en Arequipa.

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