jueves, 8 de mayo de 2008

VIAJE A VALENCIA Y EL PREMIO PARA PABLO GARCÍA BAENA

Arriba la portada del libro „Campos Elíseos“ de Pablo García Baena. Editorial Pre-textos www.pre-textos.com Valencia 2006. A Valencia me voy y espero encontrar este libro.

Mañana viajaré a Valencia. Nunca he estado en esa ciudad, así que me dejaré llevar por la inconmensurable singladura de la chambonada que a veces usan los viajeros como yo. Tenemos un hospedaje reservado: cómodo de precio y céntrico. Siempre he tratado de ser un viajero antes que un turista. Como soy un amante de libros, como mi abuelo bilbliotecario, lugar donde he estado, lugar donde he tenido la costumbre de rebuscar en las tiendas de libros antiguos y comprado ediciones raras y de lo que sea. esta vez no será la excepción.


Además, esa maldita costumbre de leer en el metro, en el bus, en el café, en la playa, en el parque; me ha regalado muchas veces la suerte de conocer a gente interesantímia que me han hablado o se me han acercado por los libros que leía.


Anécdotas tengo muchas, pero las contaré otra vez. Ahora tengo que preparar mi maleta mochila y planchar algunas camisas y camisetas, porque saldremos temprano al aeropuerto de Frankfurt Hahn.


Pero antes de irme, les dejo con un poema del escritor español Pablo García Baena, que ha ganado esta semana el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en su XVII edición.


Baena, cordobés de nacimiento, publicó su primer libro de poemas, "Rumor oculto", en 1946. Su último poemario "Campos Elíseos" se presentó en 2006. Y este año salió a la luz la tercera edición de su poesía completa en la editorial Visor www.editorialvisor.com



SÓLO TU AMOR Y EL AGUA...



por Pablo García Baena


Sólo tu amor y el agua... Octubre junto al río
bañaba los racimos dorados de la tarde,
y aquella luna odiosa iba subiendo, clara,
ahuyentando las negras violetas de la sombra.
Yo iba perdido, náufrago por mares de deseo,
cegado por la bruma suave de tu pelo.
De tu pelo que ahogaba la voz en mi garganta
cuando perdía mi boca en sus horas de niebla.
Sólo tu amor y el agua... El río, dulcemente,
callaba sus rumores al pasar por nosotros,
y el aire estremecido apenas se atrevía
a mover en la orilla las hojas de los álamos.
Sólo se oía, dulce como el vuelo de un ángel
al rozar con sus alas una estrella dormida,
el choque fugitivo que quiere hacerse eterno,
de mis labios bebiendo en los tuyos la vida.
Lo puro de tus senos me mordía en el pecho
con la fragancia tímida de dos lirios silvestres,
de dos lirios mecidos por la inocente brisa
cuando el verano extiende su ardor por las colinas.
La noche se llenaba de olores de membrillo,
y mientras en mis manos tu corazón dormía,
perdido, acariciante, como un beso lejano,
el río suspiraba...
Sólo tu amor y el agua...


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Pablo García Baena

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