domingo, 10 de febrero de 2008

THEODOR STORM, HÄWELMANN Y LOS GATOS DEL ESTANTE DE KIRBACH

Imagen de Theodror Storm. Fuente fotográfica Projekt Gutenberg De.

Meeresstrand (1)

Ans Haff nun fliegt die Möwe,
Und Dämmrung bricht herein;
Über die feuchten Watten
Spiegelt der Abendschein.

Últimamemte, leer libros para niños es la nueva fascinación que he encontrado o reencontrado. No se trata de una manía pre primaveral sino una respuesta al sinnúmero de libros infantiles que reune la biblioteca de mi compañera y que han aparecido como frutos exquisitos para la futura lactancia literaria -si lo deseara- del pequeño Arthur. Entre ellos descubrí el libro de Theodor Storm (2) "Von Kindern und Katzen" (De niños y gatos"), un delicioso libro que empieza con poesía como esta:

Von Katzen (3)

Vergangnen Maitag brachte meine Katze
zur Welt sechs allerliebste kleine Kätzchen,
Maikätzchen, alle weiß mit schwarzen Schwänzchen

El primer cuento del libro se llama "Von Kindern und Katzen und wie sie Nine begruben" y que relata la muerte de la gata Nine y su enterramiento.

El segundo, fascinante como el primero, se titula "Der Kleine Häwelmann" (4). En cuatro páginas, Theodor Storm cuenta la historia de un niño llamado Häwelmann quien una noche no podía dormir y entabla una conversación con la luna que lo mira a través de la ventana, mientras la madre de nuestro pequeño héroe duerme ya como una piedra.

"Es war ainmal ein kleiner Junge, der hieß Häwelmann. Des Nachts schlief er in einem Rollenbett und auch des Nachmittasg, wenn er müde war; wenn er aber nicht müde war, so mußte seine Mutter ihn darin in der Stube umherfahren, und davon konnte er nie genung bekommen"

Häwelmann desea seguir moviéndose a través de su cama columpio, el cual hasta hace un rato empujaba su madre y que se ha quedado detenido porque ella se ha dormido.
Entonces la luna entra en el cuento y tras los ruegos de Häwelmann lo saca, a través de uno de sus hilos de luz, de su casa y el chico recorre la ciudad a través de la noche.
Las calles están vacías y Häwelmann pregunta ¿dónde está la gente?. Duermen, responde la luna. Lo mismo pasa en el bosque, donde no hay ni liebres ni venados.

Im Walde war es still und einsam; die Tiere waren nicht zu sehen; weder die Hirsche noch die Hasen, auch nicht die kleinen Mäuse. So fuhren sie immer weiter, durch Tannen- und Buchenwälder, bergauf und bergab. Der gute Mond ging nebenher und leuchtete in alle Büsche; aber die Tiere waren nicht zu sehen

De pronto, en la oscuridad, Häwelmann se encuentra con un pequeño gato que salta de árbol en árbol y le pregunta: ¿donde están los animales?. Duermen, ¿no escuchas como roncan?, le contesta el pequeño gato.

Häwelmann es tan inquieto que hace que la luna maniobre por ángulos desconocidos hasta que deja de alumbrar y todo se hace obscuro. Sin embargo, ante tanta obscuridad, Häwelmann ve una pequeña luz que sale a lo lejos y cree que la luna ha vuelto, pero es el sol que sale del mar con el día y que le dice que si no hubiera llegado a tiempo "te hubieras ahogado en el mar".

La historia es hermosísima y no apta para niños dormilones. En fin, Theodor Storm me ha alegrado el domingo luego de haber leído tantos calificativos xenófobos que salen de la precampaña electoral española de la boca de ciertos candidatos que creo que deberían ducharse con buena literatura para niños, si es que saben leer por supuesto.

(1) Theodor Storm. Von Kindern und Katzen. Der Kinderbuchverlag Berlín. DDR.1983. Página 159.
(2) Algo sobre la biografía de Theodor Storm: http://www.grosse-literatur.de/autoren_storm.php
(3) Von Kinder und Katzen. Ibid. Página 5.
(4) Ibid. Página18.

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