miércoles, 14 de abril de 2010

EL POETA MARCOS ANA EN LA TELEVISIÓN ALEMANA Y FRANCESA


Arriba la portada de „Decidme cómo es un árbol“: el libro narra los 23 años que pasó en prisión el poeta español Marcos Ana, seudónimo de Fernando Macarro Castillo, y „su lucha desde la poesía desarrollada entre muros“.



No conocía nada de él, nunca lo había leído, la casualidad ha hecho que llegue a su palabra a través de la pantalla: aquí corroboro que mi ignorancia es oceánica, por lo tanto paso a contar lo que tengo entre oreja y oreja, o entre ojo y ojo. Sucede que acabo de ver en el canal franco alemán de televisión Arte (1) un reportaje titulado „Niemals vergessen!“, que aborda el tema de la caída, entre abril 1974 y noviembre 1975, de las últimas dictaduras de Europa del este: España, Grecia y Portugal. En ese reportaje por primera vez he escuchado el nombre de este poeta: Marcos Ana, a quien se ve en la presentación de su libro „Decidme cómo es un árbol“. Además lee un poema que ha levantado todas mis curiosidades (lo apunto abajo)


Marcos Ana, según se lee en su blog (2), cumplió en enero 67 años “de vida” y 90 “de edad”. La diferencia, aclara, son los 23 años que estuvo preso en las cárceles franquistas, más que ninguna otra persona.


Marcos Ana estuvo preso junto al poeta Miguel Hernández, al que llegó a conocer antes de su muerte. A fines de la guerra civil española, en marzo de 1939, es apresado en Alicante y conducido a las mazmorras de Albaterra, hasta su evasión. Escapa a Madrid donde es detenido y devuelto a prisión; es abril de 1939, tiene 18 años y pasarán 23 años hasta ser puesto en libertad en 1961, con 41 años de edad. Serán largos años de tortura, privación y encierro. Allí nace su obra poética, vital y lúcida, una ventana donde contemplar la ciudadanía en cadenas; nacida desde el dolor sí, pero que festeja la vida, la inteligencia y la dignidad del hombre, se lee en uno de los tantos textos que se han escrito sobre él.

Hace poco el Gobierno Vasco le concedió el premio René Cassin de Derechos Humanos, por su actitud al salir de prisión, al defender “la paz y el diálogo” y rechazar “cualquier deseo de venganza”. El Ejecutivo vasco ha reconocido al poeta como “símbolo de la concordia y la reconciliación en España” tras la Guerra Civil y la dictadura franquista, de la que fue el preso que más años tuvo en prisión.


El premio Nobel de Literatura, José Saramago escribió en 2009 sobre Marco Ana en su blog lo siguiente:


Hay personas que parecen no pertenecer al mundo y al tiempo en que viven. Marcos Ana es una de esas personas. Como tantos de su generación, arrastrados por prisiones del fascismo español, sufrió lo indecible en el cuerpo y en el espíritu, escapó in extremis a dos condenas a muerte, es, en el mayor sentido de la expresión, un superviviente. La prisión no pudo nada contra él, y fueron 23 los años que estuvo privado de libertad.


El libro que acaba de presentar en Portugal es el relato simultáneamente objetivo y apasionado de ese tiempo negro. El título de las memorias, Decidme como es un árbol, no podría ser más significativo. Con el tiempo, la dura realidad de la prisión acaba sobreponiéndose a la realidad exterior, diluyéndose en una imprecisa neblina que es preciso expulsar de la mente cada día que pasa para no perder la seguridad en uno mismo, por más frágil que se torne. Marcos Ana no sólo se salvó a sí mismo, salvó también a muchos de sus compañeros de cárcel, transmitiéndoles ánimo, solucionando problemas y conflictos, como un juez de paz de nueva especie. Firme en sus convicciones políticas, pero sin permitir que su juicio crítico sea afectado, Marcos Ana transmite a aquel que se le aproxima un irreprimible sentimiento de esperanza, como si pensásemos: “Si él es así, yo también lo puedo ser”. Recuperada la libertad, no se quedó en casa para descansar. Volvió a la lucha política, con riesgo de ser nuevamente encarcelado, y dio inicio a un notable trabajo de asistencia y ayuda a los que continuaban en prisión. En España, unos cuantos amigos y admiradores de su singular personalidad (el premio Nobel Wola Soiynka es un de ellos) lo presentamos como candidato al Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Nada sería más justo. Y más necesario para mostrarle al pueblo español que la memoria histórica sigue viva.



Decidme como es un árbol,
contadme el canto de un río
cuando se cubre de pájaros,
habladme del mar,
habladme del olor ancho del campo
de las estrellas, del aire
recítame un horizonte sin cerradura
y sin llave como la choza de un pobre
decidme como es el beso de una mujer
dadme el nombre del amor
no lo recuerdo
Aún las noches se perfuman de enamorados
que tiemblan de pasión bajo la luna
o solo queda esta fosa?
la luz de una cerradura
y la canción de mi rosa
22 años, ya olvidé
la dimensión de las cosas
su olor, su aroma
escribo a tientas el mar,
el campo, el bosque, digo bosque
y he perdido la geometría del árbol.
Hablo por hablar asuntos
que los años me olvidaron,
no puedo seguir
escucho los pasos del funcionario.


(1) Home - ARTE

(2) http://www.marcos-ana.com

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