jueves, 29 de abril de 2010

NICHO NÚMERO 1009: MIGUEL HERNÁNDEZ CABALGA DE NUEVO POR LAS ESTEPAS ESPAÑOLAS























“Mis ojos sin tus ojos no son ojos"

Miguel Hernández



„¿Sabe que miente el que recuerda?“

José Manuel Caballero Bonald


„La muerte está en los catres:

En los colchones lentos, en las frazadas negras,

vive tendida y de repente sopla:

sopla un sonido oscuro que hincha sábanas, y

hay camas navegando a un puerto

en donde está esperando vestida de almirante“


Pablo Neruda



Stendhal decía que introducir política en un texto literario era como disparar una pistola en medio de un concierto. ¿Pero cómo hubiera sido posible no escribir sobre la condición de los hombres y sobre el espectro político que los rodeaba, venga de donde venga, en medio de un estado de beligerancia que colgó del cuello a España el siglo pasado durante su Guerra Civil?. Aquí ya toco la última parte de la creación poética del escritor Miguel Hernández (Orihuela, 1910 – Alicante, 1942), que fue uno de los grandes autores de la literatura del siglo XX español y de quien este año se cumple el primer centenario de su nacimiento.


Durante la Guerra Civil española (1936-1939) se derramó sangre en ambos bandos y la palabra política ocupó textos literarios. Lo demás ya lo sabemos, y será otra ocasión donde abordemos la rara transcición española, pero lo que interesa aquí es dejar claro que el ser humano es el único animal que llora a sus muertos. Ya lo cantaba Vallejo en su poema Masa o algún vate siberiano „cuyo libro no quiero acordarme“ (o no quiere acordarse mi memoria por lo que me deben perdonar las luciérnagas de Schopenhauer y las mariposas de Eric Carle).


Hace un siglo que nació el poeta Miguel Hernández, aquí quiero ser seco y crudo: a quien se le dejó morir en una cárcel. (Que los Dioses de Huarochirí impidan otra cosa así, aunque la historia escrita por la barbarie insiste su lúgubre recorrido. Kafka tenía razón cuando pintarrajeaba la faz de la justicia con un hombre solitario sentado esperando ante una puerta cerrada la hora que se abriera).

Cuando murió Miguel Hernández ni siquiera su padre lo fue a ver: atrás dejaba los aires de poeta neogongorino, el que caminaba por su Orihuela natal, el poeta que hablaba de los evangelios; atras quedaba el hacedor de versos plagados de obreros y sombras, hasta que el odio entre hermanos incendió la casa ibérica y sobre la faz española se abofeteaban primos contra primos, tíos contra sobrinos. Al final de esa obscura página de la historia de España no me puedo imaginar hasta ahora como el poeta Miguel Hernández no huyera de la barbarie de la mano de otros poetas amigos con relaciones consulares, cuando ya se regaba sobre España, como la tinta de un pulpo viudo, la venganza.


Ya en la cárcel, y conmutada su pena de muerte, tras interceder entre otros, el poeta de la falange Rafael Sánchez Maza, Miguel Hernández desiste en bajar la cerviz y se niega a reciclarse como un poeta arrepentido frente al dictador Francisco Franco. En su lugar yo tampoco lo hubiera hecho. En ese panorama muere el poeta de tuberculosis en las mazmorras cuando tenía 31 años. ¿Qué se podría esperar de un regimen que mataba a sus poetas?.


Leyendo la biografía del poeta, que entre los 14 hasta los 20 andaba de cabras, les cuento que a los veinte publicó su primera obra, y vivió hasta los 31 años. Breve vida. Sus últimos años en la guerra y en la cárcel (El poeta Marcos Ana (1)dice que lo vio). Hernández tuvo una corta existencia llena de azarosidad, impregnada de una apasionante labor de poeta. Poeta sobre todo. Y de los grandes, de esos que pervivirán 200, 300, 400 años más en la memoria de futuras generaciones. De eso no hay duda. Miguel Hernández murió por sus ideales, y sobre todo ¡qué mala suerte! Joven: entonces nace la leyenda. ¿Hay mucho de leyenda en todo lo que nos rodea?. Uno puede morir a cualquier edad, te puedes pasar los años llenándote de contradicciones, pero este poeta siguió siendo poeta. Nunca se doblegó ante la barbarie. A veces la barbarie somos todos nosotros. Este año que se conmemora el centenario de su nacimiento es inevitable toparse con su recuerdo por cualquier portal en Internet o en medios impresos del mundo literario. Además se han publicado una serie de libros sobre él. Arriba cuelgo algunas fotos de esas publicaciones y abajo les apunto un fragmento del poema „Sino sangriento“, el poema que más me llega (al fondo el los fondos) de Miguel Hernández.


Otra cosa más, si alguien está por Portugal o España, camino a casa, y pasa por Rosal de la Frontera (ese pueblecito onubense fronterizo con Portugal que una noche me regaló tanta felicidad cuando aparcamos en la soledad de la luna y nos fuimos al primer bareto que encontramos y divisamos gentes y jóvenes con tanta alegría que nos regalaron una noche de fiesta entre cervezas y baile. Nunca podré olvidar a la dueña del local bailando encima del mostrador mientras me rodaban lágrimas por dentro pensado en este poeta que tanto cantó a las cosas simples de la vida y del pueblo y fue devuelto aquí precisamente por la policía portuguesa, y detenido algo más de una semana en su carceleta, cuando trataba de huir a Portugal) no deje de visitar el Centro de Interpretacion Miguel Hernández de Rosal de la Frontera (2).


SINO SANGRIENTO (fragmentos)


Miguel Hernández



“De sangre en sangre vengo

como el mar de ola en ola,

de color de amapola el alma tengo,

de amapola sin suerte es mi destino,

y llego de amapola en amapola

a dar en la cornada de mi sino.


Criatura hubo que vino

desde la sementera de la nada

y vino más de una

bajo el desgnio de una estrella airada

a en una turbulenta y mala luna.


Cayó una pincelada

de ensangrentado pie sobre mi vida,

cayó un planeta de azafrán en celo,

cayó una nube roja enfurecida,

cayó un mar malherido, cayó un cielo.


Vine con un dolor de cuchillada,

me esperaba un cuchillo a mi venida,

me dieron a mamar leche de tuera,

zumo de espada loca y homicida,

y al sol el ojo abrí por vez primera

y lo que vi primero era una herida

y una desgracia era.


(…)

Lucho contra la sangre, me debato

contra tanto zarpazo y tanta vena,

y cada cuerpo que tropiezo y trato

es otro borbotón de sangre, otra cadena.


(…)


¡Ay, sangre fulminante,

ay trepadora púrpura rugiente,

sentencia a todas horas resonante

bajo el yunque sufrido de mi frente!


La sangre me ha parido y hecho preso,

la sangre me reduce y me agiganta,

un edificio soy de sangre y yeso

que se derriba él mismo y se levanta

sobre andamios de huesos.


(…)


Me dejaré arrastrar hecho pedazos,

ya que así se lo ordenan a mi vida,

la sangre y su marea,

los cuerpos y mi estrella ensangrentada.


Seré una sola y dilatada herida

hasta que dilatadamente sea

un cadáver de espuma: viento y nada”.



(1) EL POETA MARCOS ANA EN LA TELEVISIÓN ALEMANA Y FRANCESA

(2) Rosal de la Frontera

viernes, 23 de abril de 2010

EL QUIJOTE DE LA MANCHA RECORRE KARLSRUHE EN ALEMANIA

Arriba, el libro más hermoso, completo y trascendental que se haya escrito en lengua española. Editorial Imprenta Antonio Bergnes. 1840. Cervantes, padre de la novela moderna, adoptó como principio la libertad a la hora de escribir: libertad para él y libertad para sus personajes, y, sobre todo, la única regla que respetó fue trasgredirlas todas (1). El poeta mexicano José Emilio Pacheco acaba de decir hoy viernes 23 de abril de 2010 en el momento de recibir el galardón más importante de las letras hispanas: „Me gustaría que el Premio Cervantes hubiera sido para Cervantes“. Abajo, Arthur riendo con la imagen del Quijote. A sus pocos abriles ya conoce el capítulo VIII „Del buen suceso que el valeroso don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, con tres sucesos dignos de felice recordación“. A pesar que comienza a dominar la lengua de Goethe, lengua que respeto y que amo, ha empezado a dar sus primeros pininos en la lengua de Cervantes. Fotos: arriba, flickr.com; abajo, literatambo.


„Don Quijote,´nacido de los bostezos de los libros´, según la expresión de Foucault“

„Borges y la reescritura de El Quijote“


Víctor Bravo (1)



Por Jose Carlos Contreras



En 1616, un día como hoy, murió en Madrid el más grande escritor en lengua española: Miguel de Cervantes Saavedra. Su libro „El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha“ es mi vitamina diaria, mi agua, mi luz, y mi terremoto, por eso, un día como hoy, día mundial del libro, lo recuerdo más todavía.


„El Quijote es muchas cosas pero es también la venganza contra todo lo que Cervantes sufrió hasta el último día de su existencia. Si recurrimos a las comparaciones con la historia que vivió y padeció Cervantes, diremos que primero tuvo su derrota de la Armada Invencible, y después, extracronológicamente, su gran victoria de Lepanto: el Quijote es la más alta ocasión que han visto los siglos de la lengua española“. Este ha sido el penúltimo párrafo del discurso del poeta mexicano José Emilio Pacheco al aceptar hoy el Premio Cervantes en los ambientes del paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henarés. En el mismo momento en que Pacheco hablaba, un grupo de alumnos amantes del idioma español, a casi más de tres mil kilómetros de Alcalá, en karlsruhe, Alemania, leían el primer capítulo del libro El Quijote de la Mancha. He sido testigo de ese bello gesto en tierras de Goethe. He sido testigo de ese verbo salido de las bocas de mis alumnos germanos saboreando la belleza del más maravilloso libro en lengua castellana. He visto los ojos de mis alumnas y mis alumnos recorrer la primera parte del ingenioso hidalgo don Quijote: „En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor“: "An einem Orte der Mancha, an dessen Namen ich mich nicht erinnern will, lebte vor nicht langer Zeit ein Junker, einer von jenen, die einen Speer im Lanzengestell, eine alte Tartsche, einen hagern Gaul und einen Windhund zum Jagen haben".


Lo más hermoso, es que mientras los escuchaba leer en español en esos acentos de voces germanas, la luz de la mañana invadía el salón de clases, pasó un pájaro volando por la ventana, el cielo estaba azul, y los dos libros que repartí, recorrían las manos como un manjar de miel dispuesto a endulzar el alma de las gentes.


Mil „vivas“ por el libro, mil „vivas“ por estos alumnos grabados en mi retina en un día tan poético como hoy. Y recuerden lo que decía Paul Valery: „los libros tienen los mismos enemigos que el hombre. El fuego, la humedad, el tiempo y su propio contenido“, y termino con esta: „Hay peores cosas que quemar libros, una de ellas es no leerlos (Ray Bradbury). Buenas noches señores. ¡Va por ustedes!.


(1) Territorios de la Mancha. Versiones y Subversiones cervantinas en la literatura hispanoamericana. Página 159.



(1) „Don Quijote por tierras extranjeras“. Juan Bravo Castillo. Universidad Castlla la mancha. España 2007. Página 32.

miércoles, 14 de abril de 2010

EL POETA MARCOS ANA EN LA TELEVISIÓN ALEMANA Y FRANCESA


Arriba la portada de „Decidme cómo es un árbol“: el libro narra los 23 años que pasó en prisión el poeta español Marcos Ana, seudónimo de Fernando Macarro Castillo, y „su lucha desde la poesía desarrollada entre muros“.



No conocía nada de él, nunca lo había leído, la casualidad ha hecho que llegue a su palabra a través de la pantalla: aquí corroboro que mi ignorancia es oceánica, por lo tanto paso a contar lo que tengo entre oreja y oreja, o entre ojo y ojo. Sucede que acabo de ver en el canal franco alemán de televisión Arte (1) un reportaje titulado „Niemals vergessen!“, que aborda el tema de la caída, entre abril 1974 y noviembre 1975, de las últimas dictaduras de Europa del este: España, Grecia y Portugal. En ese reportaje por primera vez he escuchado el nombre de este poeta: Marcos Ana, a quien se ve en la presentación de su libro „Decidme cómo es un árbol“. Además lee un poema que ha levantado todas mis curiosidades (lo apunto abajo)


Marcos Ana, según se lee en su blog (2), cumplió en enero 67 años “de vida” y 90 “de edad”. La diferencia, aclara, son los 23 años que estuvo preso en las cárceles franquistas, más que ninguna otra persona.


Marcos Ana estuvo preso junto al poeta Miguel Hernández, al que llegó a conocer antes de su muerte. A fines de la guerra civil española, en marzo de 1939, es apresado en Alicante y conducido a las mazmorras de Albaterra, hasta su evasión. Escapa a Madrid donde es detenido y devuelto a prisión; es abril de 1939, tiene 18 años y pasarán 23 años hasta ser puesto en libertad en 1961, con 41 años de edad. Serán largos años de tortura, privación y encierro. Allí nace su obra poética, vital y lúcida, una ventana donde contemplar la ciudadanía en cadenas; nacida desde el dolor sí, pero que festeja la vida, la inteligencia y la dignidad del hombre, se lee en uno de los tantos textos que se han escrito sobre él.

Hace poco el Gobierno Vasco le concedió el premio René Cassin de Derechos Humanos, por su actitud al salir de prisión, al defender “la paz y el diálogo” y rechazar “cualquier deseo de venganza”. El Ejecutivo vasco ha reconocido al poeta como “símbolo de la concordia y la reconciliación en España” tras la Guerra Civil y la dictadura franquista, de la que fue el preso que más años tuvo en prisión.


El premio Nobel de Literatura, José Saramago escribió en 2009 sobre Marco Ana en su blog lo siguiente:


Hay personas que parecen no pertenecer al mundo y al tiempo en que viven. Marcos Ana es una de esas personas. Como tantos de su generación, arrastrados por prisiones del fascismo español, sufrió lo indecible en el cuerpo y en el espíritu, escapó in extremis a dos condenas a muerte, es, en el mayor sentido de la expresión, un superviviente. La prisión no pudo nada contra él, y fueron 23 los años que estuvo privado de libertad.


El libro que acaba de presentar en Portugal es el relato simultáneamente objetivo y apasionado de ese tiempo negro. El título de las memorias, Decidme como es un árbol, no podría ser más significativo. Con el tiempo, la dura realidad de la prisión acaba sobreponiéndose a la realidad exterior, diluyéndose en una imprecisa neblina que es preciso expulsar de la mente cada día que pasa para no perder la seguridad en uno mismo, por más frágil que se torne. Marcos Ana no sólo se salvó a sí mismo, salvó también a muchos de sus compañeros de cárcel, transmitiéndoles ánimo, solucionando problemas y conflictos, como un juez de paz de nueva especie. Firme en sus convicciones políticas, pero sin permitir que su juicio crítico sea afectado, Marcos Ana transmite a aquel que se le aproxima un irreprimible sentimiento de esperanza, como si pensásemos: “Si él es así, yo también lo puedo ser”. Recuperada la libertad, no se quedó en casa para descansar. Volvió a la lucha política, con riesgo de ser nuevamente encarcelado, y dio inicio a un notable trabajo de asistencia y ayuda a los que continuaban en prisión. En España, unos cuantos amigos y admiradores de su singular personalidad (el premio Nobel Wola Soiynka es un de ellos) lo presentamos como candidato al Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Nada sería más justo. Y más necesario para mostrarle al pueblo español que la memoria histórica sigue viva.



Decidme como es un árbol,
contadme el canto de un río
cuando se cubre de pájaros,
habladme del mar,
habladme del olor ancho del campo
de las estrellas, del aire
recítame un horizonte sin cerradura
y sin llave como la choza de un pobre
decidme como es el beso de una mujer
dadme el nombre del amor
no lo recuerdo
Aún las noches se perfuman de enamorados
que tiemblan de pasión bajo la luna
o solo queda esta fosa?
la luz de una cerradura
y la canción de mi rosa
22 años, ya olvidé
la dimensión de las cosas
su olor, su aroma
escribo a tientas el mar,
el campo, el bosque, digo bosque
y he perdido la geometría del árbol.
Hablo por hablar asuntos
que los años me olvidaron,
no puedo seguir
escucho los pasos del funcionario.


(1) Home - ARTE

(2) http://www.marcos-ana.com

miércoles, 7 de abril de 2010

LA FORASTERA DIE FREMDE EXCELENTE PELÍCULA Y TRAGEDIA TURCA ALEMANA QUE PONE LA PIEL DE GALLINA

Arriba el afiche de la muy buena película alemana „Die Fremde, del director Feo Aladag.

La cultura no está en los genes.

Richard Lewontin (1)


La historia nos tiene acostumbrados a moralistas que desconfían del saber, y sabios que desconfían de los moralistas.


Antonio Escohotado (2)



Por Jose Contreras Azaña



Cine total y puro, un cine donde la realidad se mira los ojos en el espejo de la ficción, es peor aún, la ficción no se burla de la realidad porque se nutre de ella, y se asusta, tiembla y llora, porque muchos espectadores lloran en los minutos finales de la película (quien no llore es un patán con un corazón rodeado de cemento) que desenmascara las raíces de una violencia arraigada en las culturas al borde del radicalismo (¿osea, en todas partes?). La película Die Fremde es un homenaje silencioso a las mujeres que sufren violencia en cualquier parte del mundo. El film exterioriza un excelente trabajo de actores y un extraordinario debut de su director Feo Aladag, y su tema, la violencia de género, provoca muchas interrogantes y deslinda un enfrentamiento con lo moral que muestra su peor dimensión contradictoria: ¿es lo moral un tema cultural?.


La película cuenta la historia de Umay (Sibel Kekilli), una chica alemana turca nacida en una familia integrada en la sociedad germana que vive en Berlín. Para hacer un poquito de historia querido lector, no hay que olvidar que Europa, hasta la Segunda Guerra Mundial era un país de emigración, en ese sentido Alemania después de esa guerra y debido a la necesidad de llenar el vacío de la falta de mano de obra se convirtió en país de inmigración después del nacionalsocialismo. En ese movimiento migratorio fueron los turcos uno de los grupos que predominaron como mayoría inmigrante (3), cuya primera generación, ahora, está pasando página, y quedan la segunda y la tercera generación que en su mayoría se han integrado fuertemente en la sociedad alemana, sin dejar de lado sus costumbres ancestrales.


En ese marco histórico se presenta nuestro personaje Umay, quien vive sus primeros años de matrimonio con sus esposo turco en Turquía. Sin embargo no todo es color de rosa en su relación, mejor dicho el camino, que en principio significó "felicidad" retornando a sus raíces, se convierte en un túnel oscuro donde la única salida es escapar a los maltratos físicos volviendo a Alemania con su pequeño hijo. En pocas palabras: Umay quiere rehacer su vida. Una mala idea para una joven moderna enfrentada a las costumbres ancestrales de sus antepasados.


Ya instalada en Berlín, Umay, con el correr de los días, luego de la gran sorpresa que causa a su familia el retorno, experimenta la condena silenciosa por su actitud. El padre desde Turquía exige el retorno del hijo, y el padre de Umay en Berlín reacciona siguiendo al pie de la letra las costumbres ancestrales de su sociedad donde la mujer tiene poco que decir y los maridos tiene la potestad de hacer lo que les viene en gana. Eso al menos se ve en la película, que dicho sea de paso, trata el tema con pinzas de cirujano y en gran parte del film no define su posición a favor del padre o de la madre, solo cuenta la historia, y claro, al final, el lenguaje cinematográfico de una manera sutil condena, con amargo colofón, propia de las tragedias griegas, la situación de una mujer sola contra el mundo. El hermano mata (por accidente) al hijo de Umay. Mientras el tío llora, Umay corre por una calle de Berlín con el hijo moribundo en brazos, imagen que me recuerda la tragedía de Antígona de Sófocles o el poema El Dios de los Elfos de Goethe.


La película es muy buena (4) y hay que verla empotrado en la butaca y, sentadito las dos horas completas. En realidad si la ve usted estimado lector, no tendrá oportunidad de dar un respiro ni de encontrar el pañuelo al final de todo cuando los momentos más tristes cierren la pantalla de Die Fremde (5).



(1) Richard Lewontin, biólogo y filósofo de la biología, es autor del libro No está en los genes. Editorial Crítica.


(2) En „El análisis ético y sociológico“ perteneciente al trabajo de Antonio Escohotado „Génesis y evolución del análisis científico. Ediciones Académicas S.A. Más sobre el filósofo y sociólogo español aquí: Escohotado.com


(3) Para leer más sobre el tema recomendamos leer Migración e Interculturalidad en Gran Bretaña. Alemania y España. Ursula Birsl, Carlota Solé. Páginas del 44 al 55. Editorial Anthropos http://www.anthropos-editorial.com/ España. 2004.



(4) www.diefremde.de



(5) Para leer más sobre el tema de lo moral recomiendo las lecturas de los capítulos del libro „Wer bin ich und wenn ja, wie viele?, de Richard David Precht. Editorial Goldmann. De la página 157 a la 196:


- Der Fall Gage. Gibt es moral im Gehirn? (El caso Gage. ¿Hay moral en el cerebro?)


- Der Mann auf der Brücke. Ist Moral angeboren? (El hombre en el puente. ¿La moral es innata?)


- Tante Bertha soll Leben. Darf man Menschen töten?. (La tía Bertha debe vivir. ¿Es permitido matar?).


- Die Geburt der Würde. Ist Abtreiben moralisch? ( El nacimiento de la dignidad. ¿Es moral abortar?)


El libro ha sido traducido al español por Marc Jiménez Buzzi. Marc Jiménez Buzzi


Las traducciones de los títulos del libro de Precht arriba son míos. Nunca he leído el referido libro en español. ¿Quién soy y... cuántos?

lunes, 5 de abril de 2010

EL TIEMPO VIAJA EN COCHE / DIE ZEIT FÄHRT AUTO Y DER MENSCH IST GUT: POEMAS DE ERICH KÄSTNER




A la derecha y a la izquierda, dos títulos de la obra en prosa de Erich Kästner (1889-1974). Arriba, el libro al cual pertenecen los poemas Die Zeit fährt Auto y Der Mensch ist gut.

„Como los barcos los hombres zozobran una y otra vez. Sólo el recuerdo los salva de la dispersión completa ...“
Henry Miller

Por Jose Contreras Azaña

No queda duda que la poesía tiene que ver mucho con la filosofía. Cuando el poeta cincela en piedra la palabra, describe su entorno, lo siente y lo pervive. La poesía existe como noción abstracta, pero también como un momento del espíritu y del sentimiento, como un fragmento de la realidad y una peculiar figura de las palabras que se llama poema dice, Jaime García Maffla (1). El poeta alemán Erich Kästner, de quien, abajo, apunto y traduzco su poema „El tiempo viaja en coche“ y Der Mensch ist gut, que pertenecen a su libro Die Herz auf Teille, publicado en 1928 (2), tiene la virtud de ajustarse férreamente a esa sentencia.
A estas alturas del siglo XXI celebro que en la década de los cincuenta del siglo pasado los germanistas afincados fuera de Alemania insistieran en el valor de la obra de Kästner cuando ya había caído en el olvido. En los años sesenta y setenta salieron nuevamente a la luz muchos de sus poemas. Para mí ha sido un beneplácito escuchar en la televisión alemana en boca del filósofo Peter Sloterdijk un poema de Kästner al final de su pograma Das philosophische Quarttet, el domingo 28 de marzo (3). De allí nace mi curiosad por su obra y el deseo de seguir rebuscando en algún estante escondido o en el baúl perdido de la casa alemana donde vivo; si hay –por si acaso- más libros de Kästner. Y aquí si debo rendir un recuerdo memorable a la primera persona que me habló de Erich Kästner, mi gran amiga y jurista Aune Hartmann, quien formó parte activa de los movimientos estudiantiles del 68 en Heidelberg. Ella fue la que me regaló las primeras lecturas de este poeta y escritor universal, el cual ahora me lo vuelve a recordar este otro filósofo universalmente famoso, Peter Sloterdijk (3).

Klaus Doderer, profesor de germanística de la universidad de Frankfurt, cuenta en el prólogo titulado Idealist mit Lebenslangen (4), que la obra de Kästner, tras sufrir un apagón de años entre los lectores de su poesía, sus libros escritos para niños siguieron siendo leídos: para muchos entonces fue unicamente el escritor de literatura infantil. A pesar de ese estado de olvido al que cayó dentro del mundo germanoparlante, no le pasó lo mismo en otro idiomas a los cuales fue traducido con eficacia. Doderer dice que la germanística alemana lo arrinconó entre los poetas menores y que fueron los germanistas de otras latitudes quienes se sumergieron en su obra y exteriorizaron su importancia en los años 60, década en la cual los jóvenes estudiantes descubrieran su diáfano y claro lenguaje poético.

En los años 90, en el centenario de su nacimiento, la obra de Kästner saltó con más fuerza a la palestra de la literatura alemana. A pesar que sus libros para niños siempre se vendieron, fueron especialmente sus poemas escritos durante los años veinte (cuando Hitler luchaba por llegar al poder) los que ahora llaman la atención (a ese grupo pertenece el libro Herz auf Teille, libro al que pertenece el poema Die Zeit fährt Auto). Esa poesía se caracteriza por su lenguaje diáfano y su posición directa. Hoy en día es admirable en el poeta la perseveracia y acometividad sobre su pensamiento y el sincero oficio de sentarse a escribir lo que quería transmitir a sus lectores sin miedo alguno: su obra irradia una aversión contra toda forma de autoritarismo, y el anhelo de una sociedad donde los hombres vivan en paz y en armonía.

Lo más curioso de toda la biografía de este escritor es que a pesar que parte de su obra fue prohibida y quemada por los nazis, Kästner volviera a Alemania en plena guerra y viviera como pocos autores el horror de la beligerancia desde dentro. Les dejo ahora con el poema, el cual no abordo con más referencias ni análisis. El poema es más claro que el fondo de un vaso lleno de agua (5).


Die Zeit fährt Auto
Erich Kästner

Die Städte wachsen. Und die Kurse steigen.
Wenn jemand Geld hat, hat er auch Kredit.
Die Konten reden. Die Bilanzen schweigen.
Die Menschen sperren aus. Die Menschen streiken.
Der Globus dreht sich. Und wir drehn uns mit.

Die Zeit fährt Auto. Doch kein Mensch kann lenken.
Das Leben fliegt wie ein Gehöft vorbei.
Minister sprechen oft von Steuersenken.
Wer weiß, ob sie im Ernste daran denken?
Der Globus dreht sich und geht nicht entzwei.

Die Käufer kaufen. Und die Händler werben.
Das Geld kursiert, als sei das seine Pflicht.
Fabriken wachsen. Und Fabriken sterben.
Was gestern war, geht heut schon in Scherben.
Der Globus dreht sich. Doch man sieht es nicht.

El tiempo viaja en coche

Erich Kästner
Traducción: Jose Carlos Contreras Azaña. Karlsruhe 2010.


Las ciudades crecen. Y la cotización sube.
Quien tiene dinero, también tiene crédito.
Las cuentas hablan. Las balanzas callan.
Los hombres despiden. Los hombres hacen huelga.
El mundo da vuelta. Y nos movemos con él.

El tiempo viaja en coche. Y ninguna persona puede maniobrarlo.
La vida vuela como una finca delante de todos.
Los ministros hablan con frecuencia sobre reducción de impuestos.

Quien sabe, si en serio piensan en esto?
El globo da vuelta y no se va hecho pedazos.

Los compradores compran. Y los comerciantes promocionan.
El dinero circula, como si fuera su obligación.
Las fábricas crecen. Y las fábricas mueren.
Lo que fue ayer, hoy se hace trizas.
El globo da vuelta, pero eso no se ve.

Der Mensch ist gut

Erich Kästner
Der Mensch ist gut!
Da gibt es nichts zu lachen!
In Lesebüchern schmeckt das wie Kompott.
Der Mensch ist gut. Da kann man gar nichts machen.
Er hat das, wie man hört, vom lieben Gott.
Einschränkungshalber spricht man zwar von Kriegen.
Wohl weil der letzte Krieg erst neulich war...
Doch: Ließ man denn die Krüppel draußen liegen?
Die Witwen kriegten sogar Honorar!
Der Mensch ist gut!
Wenn er noch besser wäre, wär er zu gut für die bescheidne Welt.
Auch die Moral hat ihr Gesetz der Schwere:
Der schlechte Kerl kommt hoch - der Gute fällt. Das ist so, wie es ist, geschickt gemacht.
Gott will es so. Not lehrt bekanntlich beten.
Er hat sich das nicht übel ausgedacht und lässt uns um des Himmels willen treten.
Der Mensch ist gut. Und darum geht's ihm schlecht.
Denn wenn's ihm besser ginge, wär er böse.
Drum betet: "Herr Direktor, quäl uns recht!"
Gott will es so. Und sein System hat Größe. Drum seid so gut: und seid so schlecht, wie's geht!
Drückt Löhne! Zelebriert die Leipziger Messe!'
Der Himmel hat für so was immer Interesse. - Der Mensch bleibt gut, weil er den Kram versteht.


(1) ¿Qué es la poesía?. Jaime García Maffla. Centro Editorial Javeriano. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá. 2001. Página 15.

(2) Del libro Die Herz auf Teille de Erich Kästner. Página 83. Atrum Verlag. Zürich 1985. La primera edición es de 1928 publicado por la editorial Curt Weller. Leipzig.
(3) Peter Sloterdijk leyó „Der Mensch ist gut“. Poema perteneciente al mismo libro de Kästner que abordamos en esta esquina.

(5) Publicado en su libro „Erich Kästner Lebensphasen-politisches Engagement-literarisches Wirken“. Página 6. Editorial Juventa Verlag 2002. Weinheim y München.