martes, 27 de octubre de 2009

FILM „DIE BUCHT“ DENUNCIA MATANZA DE DELFINES

Arriba, afiche de la película „Die Bucht“, abajo las portadas de los libros de Darwin y de Precht.

Quizá la palabra Taiji no nos suene a nada, hasta que uno descubre el meollo del asunto, en mi caso desde que he visto la película „Die Bucht“ (La ensenada) el grito de los delfines al momento de ser asesinados en la playa de esa caleta japonesa no me deja dormir.


Los seres humanos podemos llegar a ser los más imbéciles del mundo animal; Charles Darwin lo explicó de otra manera en su „Origen de las especies“ (1) y Richard Precht (2) en el capítulo titulado „Dürfen wir Tiere essen?“ (¿podemos comer animales?) me deja con una infinidad de interrogantes, pero al menos, nos queda la duda, o la sospecha, que algunos de nosotros nos hemos dado cuenta de esa trágica condición.


En mi época de marinero, me topaba a cada rato con grupos de delfines que acompañaban con sus saltos mi barco mientras cruzaba el Océano Atlántico. Nosotros íbamos repleto de cargamento a 17 nudos, y ellos alcanzaban una velocidad de 55 kilómetros por hora. Una imagen arrancada de la mitología griega cuando Poseidón y los delfines le ayudaron a conquistar el amor de Anfitrite. Esa misma sensación de libertad y comunicación la he vuelto a sentir cuando me topé con delfines rosa en las aguas de la Reserva Pacaya Samiria en Perú, un afluente del río Amazonas.


Die Bucht cuenta la historia de la matanza de delfines en la caleta de Taiji. Desde lo alto del acantilado, se ve correr la sangre de los cetáceos luego de haber sido empujados hasta la ensenada con golpes de metales que producen los pescadores desde los barcos que los rodean. El sonido de los metales, cuyas puntas se sumergen en el mar, confunde el sistema de sonar hipersensible de los delfines. Aturdidos llegan a la costa donde son rodeados con redes que imposibilitan que escapen. Al amanecer empieza la matanza cuchillo a cuchillo. El sonido de los delfines a la hora de la muerte es espeluznante. Todo esto muestra el documental Die Bucht (3).


La película mantiene al espectador apretando la respiración durante los 90 minutos que dura. Es un triller bien hecho que denuncia la mentira, el engaño, los tejemanejes de intereses ligados a la industria de la carne y a otras cosas. Se habla también de la industria ligada a los espectáculos de delfines en los acuarios de todo el mundo. Uno de los personajes del documental, Richard O´Barry, que fue el domador de Flipper, la serie de televisión que batió récords de audiencia a comienzos de los años sesenta expone sus opiniones y se empeña en la tarea, desde hace mucho tiempo, de devolver a los delfines la libertad, lo que él a través de Flipper convirtiera en una máquina de hacer dinero para la industria del cine.


Die Buch acaba de ganar el premio del Público en el Festival de Cine de Sundance (4). No es recomedable para gente sumamente sensible. Pero muy importante porque delata una de las tantas verdades que se ocultan a la población mundial con respecto a la matanza de animales a pesar que existen gremios internacionales para prohibir estos hechos.





























(1) Origen de la especies (por medio de la selección natural). Charles Darwin. [PDF]

El Origen de las Especies


(2) Oxford. Jenseits von Wurst und Käse. Dürfen wir Tiere essen?. Páginas del 209 al 220. Del libro „Wer bin ich und wenn ja, wie viele?“ (¿Quién soy yo, y si fuera así, cuántos?). Richard David Precht. Editorial Goldmann. 29 edición. München. 2007.


(3) http://www.diebucht-derfilm.de/


(4) http://festival.sundance.org/2010/

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