martes, 6 de mayo de 2008

DON CAMILO Y DON PEPPONE / HACE UN SIGLO NACIÓ GIOVANNINO GUARESCHI

Abajo a la izquierda un libro del autor italiano Giovannino Guareschi. Arriba, el padre de los personajes Camilo y Peppone. Guareschi nació hace un siglo.





La primera vez que vi „Don Camilo y don Peppone“, ese filme jocoso que quizá resultó ser más universal que la obra literaria de su propio autor, Giovannino Guareschi, fue en la televisión; y, el cómico francés Fernandel, el argumento irónico con destellos de pleitesía al catolicismo y por antagonismo al mundo ateo, me provocaron risa en demasía.


Estaba en Lima y no llovía (en Lima no llueve, garua; que es como llamamos a la lluvia lenta y fina que cae desde el cielo como lágrimas de ángeles bordeando el Pacífico) ,y, la penúltima vez que vi „Don Camilo y don Peppone“ fue en el teatro de verano al aire libre en Karlsruhe. Apenas acababa de comenzar el segundo acto y, Don Camilio hablaba con Cristo con los ojos cerrados y de hinojos, cuando de pronto empezó una lluvia que empantanó todo el escenario teatral. La gente abandonó corriendo sus localidades y se cobijó bajo los arcos del edificio. Para mí era como estar en el cine, porque en uno de los capítulos de la obra de „Camilo y Peppone“ que escribió Guareschi sucede lo mismo, mucha lluvia, muchos relámpagos, y una inundación de los mil demonios.


Esa vez nos entregaron las entradas. Así que volvimos al teatro para ver a Don Camilo y don Pepone y nos quedamos felices y reí como los viejos tiempos a pesar que la obra era dramatizada en idioma alemán. Ese humor y esa sorna del argumento que desplega Guareschi hace de su obra un trabajo universal.


Giovannino Guareschi nació hace cien años en Fontanelle di Roccabianca,. exactamente el 4 de mayo de 1908 en una familia acomodada que intempestivamente cayó en desgracia económica.


En la saga de „Don Camilo y don Peppone“, Giovannino Guareschi nos muestra la Italia de los años 50. La guerra había dejado huellas en la población, y en el pueblo donde suceden los hechos, Peppone y Camilo, se odian, y, quizá, también se quieren, mientras entrecruzan u oponen sus visiones distintas: el pensamiento social cristiano, reflejado en Don Camilo que es el párroco del pueblo, y, el pensamiento comunista en Don peppone que es el alcalde.


La obra es delirante, un carajal, una cuchufleta que enternece y que bebe de la condición humana y se ríe, además, de la hermosa condena inveterada a la que los hombres están obligados: amor y odio, perdón y tolerancia, compasión.


Abajo anoto el link de un amante de la película „Don Camilo y don Peppone“ que ha construido una página en Internet:

http://www.doncamillo.homepage.t-online.de/

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