miércoles, 19 de marzo de 2008

DE PELÍCULAS Y POETAS QUE AMARON HEIDELBERG

A la derecha, el libro Kirschblüten de Doris Dörrie.
Fuente fotográfica: Diogenes Verlag.


Desde anteayer empezaron mis vacaciones de Semana Santa, y hoy me he levantado con ganas de reir. Parecerá raro, pero a veces en Alemania para reir -ojo, a veces- o tengo que buscar un vídeo de Charles Chaplin o leer el Quijote. Así que me he puesto a releer el cuento La muerte más bella del 68 de Alfredo Bryce Echenique, que forma parte de su libro Guia Triste de París. Punto de Lectura www.puntodelectura.com


Hace casi 40 años que sucedió la llamada revolución de París. En el referido cuento, Bryce nos describe un poquito ese ambiente. Causa risa que el personaje principal recorre la capital de Francia para poder hablar con alguien sobre la película Bésame, idiota que acababa de ver y termina más solo que un gusano en un plato de tallarines en un París del 68 en la que ver filmes estadounidenses era politicamente incorrecto. No sé si ahora también, pero cada vez que estoy en Estrasburgo la cartelera de los cines está copada por películas francófanas. Esas son buenas artes para proteger el idioma.


En el cine elefante de Karlsruhe, el Filmpalast www.filmpalast.net , que está a unos metros de mi casa, la cosa es diferente: la cartelera está copada por películas americanas. La mayoría malísimas, de esas que impone el mercado estadounidense como cuotas a los cinemas de cualquier parte del mundo.


Pero yo visito normalmente el cine Schauburg www.schauburg.de . En las dos últimas semanas he visto algunas películas que me han agradado un montón. Entre ellas Kirschblüten – Hanami (1) de la directora alemana nacida en Hannover, Doris Dörrie, que es un poema al amor después de la muerte. Una justificación al pensamiento de „nunca es tarde para realizar un sueño o para iniciar una nueva vida“.


La historia es así más o menos: a un hombre se le muere la mujer que había dado la vida por sus hijos. Pero éstos ya son mayores y viven con su problemas cotidianos. Èl descubre que ella siempre tuvo sueños que no los llegó a hacer realidad. Como por ejemplo viajar a Tokio y bailar una danza nipona. Ambos tienen un hijo que vive en Japón. Ya muerta su mujer, él decide ir a hacer lo que su mujer soñaba en vida , como por ejemplo bailar esa danza nipona frente al monte Fuji, entonces se viste con la ropa japonesa con la que su mujer en su casa de Bavaria bailaba imaginándose estar frente al majestuoso monte. La historia pertenece al libro Kirschblüten – Hanami. Editorial Diógenes. www.diogenes.ch


Las otras películas que he visto son: Once. Romática y buena música (2), Unsere Erde (Nuestro planeta) Muy ecológica y fotos preciosímas Unsere Erde ; I`m Not There, sobre la vida de Bob Dylan, recomendable I'm Not There ; No es país para viejos, con un psicópata bien representado por Javier Bardem y no recomendada para estómagos débiles, No Country for Old Men (3); die Band von nebenan, película israelí, tierna y en contra de los estereotipos (4) ; Leergut, película checa con sopapos cubiertos al sistema capitalista (5); Märzmelodie, comedia alemana para pasar el tiempo (6) ; Dracheläufer, buena película pero no entendí lo que querían decir sobre los talibanes (7). Para terminar, no he ido a ver la película "El amor en los tiempos del cólera". La gente que la vio ha quedado decepcionada. Mejor me quedo con el libro.


Bueno, el día pasa, mañana iré otra vez al cine y por Semana Santa marchamos a casa de una amiga. La casa está en lo alto de una colina, desde cuya sala podré ver la llegada de la primavera acicalando un viejo castillo rodeado de viñedos. El pueblo se llama Schriesheim. No está muy lejos de Heidelberg, donde está la universidad más antigua de Alemania. Hacer senderismo por los montes cerca del río Neckar que tanto amaron los poetas Friedrich Hörderlin, Ludwid Achim von Armin, Clemens Brentano, Joseph von Eichendorff, el gran Goethe, Kurt Tucholsky, Joseph Victor von Scheffel, entre otros, es un acto mágico. Ya les contaré más. Espero no olvidarme.


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