martes, 27 de noviembre de 2007

LIBROS PERUANOS (LIBROS VENIDOS DE PERÚ)














Arriba, portada del libro "Redoble por Rancas" de Manuel Scorza. Abajo a la izquierda, la tapa del libro "la cuarta espada" de Santiago Roncagliolo, y a la derecha, el libro del escritor español Enrique Vila-Matas, "Doctor Pasavento".

La última vez que estuve en Granada, llevaba en mi mochila un manojo de libros de bolsillo. Entre ellos, uno de cuentos peruanos. Parece extravagante que un emigrante latinoamericano se vaya recorriendo Europa cargando en su mochila libros de Perú. No, no creo que lo sea. Si no, te pregunto: ¿es verdad que la última vez que te fuiste de vacaciones o de viaje fuera de tu geografía te llevaste una obra literaria de un autor de tu país?. Claro que sí. ¿O no?.

Cuando atravesé el río Misisipi en un mercante peruano, leía placenteramente en la proa "Los Comentarios Reales" del Inca Garcilaso de la Vega. La impresionante vista del río que tanto amó Mark Twain, el autor de "Las aventuras de Tom Sawyer" y los detalles de la historia de los Incas y las leyendas indígenas que bautizaron a este río como Mici se-pe (Gran río) fueron capaz de emborracharme paradojicamente de luz bajo un cielo gris y nublado. Años más tarde, estando en la mezquita de Córdoba, besé la tumba del Inca Garcilaso de la Vega, agradeciéndole por haberme regalado tanta belleza incásica en medio de nubes y barquitos con rueda. Aquella vez en Lousiana, bajé a Nueva Orleans entre música de jazz y pututos incas retumbando en mis oídos.

Los libros peruanos me siguen por el mundo, o mejor dicho busco siempre que me persigan. Lo que no quiero decir que literaturas de otras latitudes no me apetezcan leer, no, no ,no, qué va. Digo esto porque acabo de recibir libros de Perú. Entre ellos un libro de 1803 titulado "Descubrimiento y conquista de la América, o compendio de la historia general del nuevo mundo". Una joya que la humedad de Lima quizá le haya golpeado la pasta, ya que cada vez que lo abro, lo hago con pinzas y con respeto. Gracias a la amabilidad del gran amigo Elischer, también he recibido "La cuarta espada" de Santiago Roncangliolo; "Doctor Pasavento" de Enrique Vila-Matas y "Redoble por Rancas" de Manuel Scorza.

Esta lluvia de literatura de libros venidos de Perú me hacen el hombre más feliz del mundo, y, son culpables que duerma poco en los últimos días. He vuelto a releer el primer capítulo del libro de Scorza "Redobla por Rancas": `Donde el zahorí lector oirá hablar de cierta celebérrima moneda`. Uno de los capítulos más exquisitos de la literatura latinoamericana. Poética y rotunda, que refleja el respeto y la honradez de todo un pueblo escondido en los Andes. Lo que sigue es otra cosa. Ficción cerca a la realidad. Satírica y patética.

Estoy en la página 31 de "La cuarta espada" de Roncagliolo. El libro, como ya lo ha dicho su autor, no es para intelectuales, osea para académicos que busquen tal vez en el libro un trabajo analítico sobre el fenómeno Sendero Luminoso -y de su fundador Guzmán- que castigó a Perú a finales del siglo pasado. Me llama mucho la atención la sencillez de la escritura de Roncangliolo. Texto que podría ser entendido por personas que no son peruanas y que desconocen totalmente la época de violencia que se vivió allí. El primer capítulo narra la niñez de Guzmán en el sur de Perú, Arequipa, y debo admitir que la información sobre el abandono del pequeño Abimael a los ocho años por su madre es conmovedor.

El libro de Vila-Matas "Doctor Pasavento" es harina de otro costal. Literatura de filigrana: "hay episodios de nuestra vida dictados por una discreta ley que se nos escapa", se lee al principio del capítulo número 3 de la primera parte "La desparición del sujeto". Sencillamente este señor Vila-Matas, escribe como los ángeles; y, si es que los ángeles existen, este es un ángel, un ángel de la palabra.

Aquí me quedo, porque me voy a leer.

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