lunes, 14 de mayo de 2007

MANUEL MACHADO, DINA PAUCAR, LA MUERTE Y LA MADRE



Ayer domingo 13 de mayo leímos en el programa de radio Haltestelle Iberoamerika, en Karlsruhe, el poema de Manuel Machado, "Morir, Dormir".


Manuel Machado nació en Sevilla 1874 y murió en Madrid en 1947. Gran poeta español, quien por salvar la vida escribió el poema panegírico "Al sable del caudillo" dedicado al dictador español Francisco Franco cuando éste hizo su entrada a Madrid en 1939, durante la guerra civil española. Tiempo después Machado se arrepintió de haber escrito ese poema tras enterarse de la muerte de su madre y de su hermano, el otro gran poeta Antonio Machado, quienes huyeron de las huestes de Franco, en el exilio francés.


Normalmente las ediciones del programa son bilingües, osea que en alemán y español. Pero ayer , el poema mencionado, sólo lo leímos en castellano, luego de una larga discusión sobre el mensaje poético del texto en idioma alemán y porque se trataba de un poema que envolvía a la madre en el Día de la Madre.

La discusión política sobre la trascendencia de esa fecha casi universal caída en el comercio copó los primeros minutos de la discusión que tuve con la productora del programa, Aune Hartmann, antes de empezar la emisión. Poemas sobre la madre hay gran cantidad, pero éste que había elegido con la premura del tiempo, me gustó. Número uno, por su brevedad (en la radio a veces hay que ajustarse a la dictadura irreverente del tiempo) y número dos, por su rareza, porque hablaba de la muerte y hablaba de la madre.

En fin, este el poema:

Morir, Dormir...

Manuel Machado




- Hijo, para descansar
es necesario dormir,
no pensar, no sentir,
no soñar...

-Madre, para descansar,
morir.

(de Ars moriendi,1922)





Sterben, Schlafen...

Manuel Machado



"Mein Sohn, um auszuruhen
muß man schlafen,
nicht denken,
nicht fühlen,
nicht träumen..."

"Mutter, um auszuruhen,
sterben"

(Deutsch von Gustav Siebenmann. Spanische Lyrik des 20.Jahrhundrtes / Spanisch/Deutsch/ Reclam 2003/ seite 98 und 99 www.reclam.de)






Aune Hartmann criticó los criterios semióticos del texto de "Morir, Dormir", porque el sustantivo madre se enredaba con el vocablo tanatos, muerte; y para ella la hermosa palabra madre era una simbiosis imperecedera de amor y vida, eros. Así que nos envolvimos en una discusión semántica en la cabina de la radio, mientras sonaba la primera música del programa: una salsa colombiana conocidísima ("Buscándote" de los Latin Brothers).

Ella tenía razón. El texto, excelentemente traducido al alemán, transmite, creo, algo distinto, en español. En el trasfondo se envuelve la discusión de la palabra muerte o/y madre, en un mismo contexto, con el pensamiento de la condición humana de dos culturas diferentes, la latinoamericana y la europa.

En este sentido me he encontrado muchas veces con alemanes o europeos que se quedaban sorprendidos al saber que en las culturas latinas, por ejemplo en México, se rendía pleitesia a la muerte y a los muertos y que los niños desayunaban panecillos en forma de calavera y huesos el 1 de noviembre en recuerdo de los difuntos. Aquí en Alemania, hablar de muerte es casi un tabú, creo que más por razones de tipo históricas y socioeconómicas, que sería largo mencionar, ejemplos: las dos guerras, el holocausto, etc. Tengo la impresión que en muchos países ricos la gente piensa que son inmortales y que cuando uno muere, eso se oculta. Nunca he visto en Alemania llevar un feretro con un muerto por las calles de una ciudad hasta el cementerio, acto que es es normal en Bolivia, Perú, Ecuador y demás países, donde la muerte está ligada a la vida. En Àfrica o en en el mundo musulán hay otros ejemplos ricos.


Con respecto al tema de la muerte, Fernando Trías de Bes escribió un rica nota, "El sentido de morir", en el diario El Pais, de Madrid, España( www.elpais.es), el 20 de abril de 2007, cuyo segundo párrafo a conticuación apunto:

"No es mi intención amargarle el día. Todo lo contrario. Quisiera abordar una cuestión que a todos nos pasa por la cabeza, pero que también todos rechazamos: que algún día vamos a morir. En cierta ocasión, Iñaki Gabilondo me dijo: "Todo el mundo sabe que un día morirá, pero casi nadie se lo cree". Es cierto. Piénselo. Usted cuenta con que algo evitará su muerte; no sabe qué, pero algo, porque no se imagina ajeno a sí mismo. "Vivimos esta vida como si llevásemos otra en la maleta", dijo Hemingway".

Como decía, el texto de Manuel Machado lo leí sólo en español, mientras Aune Hartmann (nunca he conocido a una persona alemana que entendiera, viviera y analizara tan profundamente la realidad latinoamericana como ella) me escuchaba, quizá pensando en su madre muerta. Mientras leía pensaba en la mía. Después del poema lanzamos la canción, "Madre", de la cantante peruana Dina Paucar ( http://dinapaucar.pe.tripod.com ) que emite una voz suave y profunda, como los pequeños riachuelos que nacen en las alturas de la cordillera de los Andes de Perú y que luego forman los grandes ríos que aplacaron la sed de los Incas. Abajo transcribo parte del texto de la canción "Madre", que, curiosamente, también habla de la muerte. Eso lo descubrimos escuchándolo en la cabina a la hora de la emisión y ya no podíamos cambiar el disco compacto porque el programa Paradero Iberoamerica (Haltestelle Iberoamerika traducido en alemán) lo emitimos en vivo.


Madre

(canta Dina Paucar)


"Quisiera nacer de nuevo

para decirle a mi madre

mamita cuanto te quiero

y tantas cosas de niña

oigo tu voz ya acabada

y cansada por el tiempo

veo en tu tierna mirada

la luz de mis deseperanzas.

Todo el tiempo esperando

todas las noches pensando

dónde estarás hija mía

te vas la vida acabando.

Yo le pido a Dios llorando

que mi madre no se muera

la lleve siempre conmigo

como un collar en mi pecho".

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