DAS BUCH "LA SONRISA DEL ELEFANTE MARINO"(DAS LÄCHELN DES SEE-ELEFANTEN) VON JOSE CARLOS CONTRERAS AZAÑA WIRD AM 3. JUNI 2022 IN KARLSRUHE DEUTSCHLAND PRÄSENTIERT
Musikalisch wird die Buchpräsentation von einem Flamenco Gitarristen umrahmt.
La palabra quechua "tambo" significa: posada, albergue en los caminos o establecimiento rural. La palabra alemana "Nachrichten" significa: noticias. La palabra LITERATAMBO nace de la simbiosis de literatura y tambo. Osea esta página es la posada de noticias sobre literatura.
DAS BUCH "LA SONRISA DEL ELEFANTE MARINO"(DAS LÄCHELN DES SEE-ELEFANTEN) VON JOSE CARLOS CONTRERAS AZAÑA WIRD AM 3. JUNI 2022 IN KARLSRUHE DEUTSCHLAND PRÄSENTIERT
COSMOSILENTE
Salvatore Amauta
Este texto lo escribí hace más de una década. Y como en mi blog apunto cosas que me pasan, me pasó, o barruntos que me dan vueltas por la cabeza, aquí va.
Un favor: leed el Quijote.
Ahora entro en escena.
CUENTOS PARA NIÑOS Y CUENTOS DE HANS CHRISTIAN ANDERSEN
Hoy he estado releyendo algunos cuentos que hace muchos años me encantaron un mogollón. Eran tiempos de mi „chiquititud“ en Lima, y, no sé como llegaron a mis manos, porque en casa, abundaban las obras de escritores nacionales como Ricardo Palma y sus „Tradiciones Peruanas“ o „El mundo es ancho y ajeno“ de Ciro Alegría y otros libros de bolsillo y colecciones populares. Hablo de los cuentos del danés que vivió en el siglo XIX Hans Christian Andersen y del libro que compré en la cautivadora ciudad de Valencia y cuya recopilación pertenece a Juliette Frølich.
Es una delicia volver a descubrir a Andersen, y releer cuentos como „El patito feo“, „El traje nuevo del emperador“ y „La aguja de zurcir“.
„Érase una vez una aguja de zurcir tan orgullosa de sí misma que se tenía por una aguja de coser“ (1)
Pero hoy día he descubierto el cuento „La pincesa y el guisante“ (2). Nunca la había leído y trata de la historia de un príncipe que busca alocadamente a una verdadera princesa para casarse. Una noche, su madre hace dormir a una chica que buscaba aposento en casa del príncipe y se hace pasar por princesa. Entonces la mamá le acomoda una cama de veinte colchones y veinte edredones de pluma, y, debajo de ellos coloca un guisante. La princesa amanece con dolores en la espalda, hecho que confirma a la madre que la joven sí es una verdadera princesa.
Todos los cuentos de Andersen tienen una moraleja, pero normalmente me ciño a las leyes de respetar el punto de vista del lector. Buscar una moral a un cuento es subjetivo. A veces vanal. Pero en „La princesa y el guisante“ aparece la autoridad de la madre de forma superlativa. Bueno, en muchas partes del planeta esas costumbres no han cambiado. En otras sociedades, donde los jóvenes a veces quieren desterrar su soledad buscando alocadamente una pareja no deben de aceptar que nuestros miedos o nuestras costumbres societales y la familia ponga una guisante en nuestras vidas. El amor puede estar detrás e la puerta de la casa.
Lo más interesante de todo, es que, al llegar de España descubrí los libros que los abuelos de Arthur le han regalado tras su visita en la casa de Karlsruhe (por si acaso, Arthur todavía no sabe hablar ni leer, pero le leemos). Entre ellos, uno fenomenal: „Geschichten für Kinder“, de Elizabeth Shaw. Una recopilación de cuentos famosos contados en otro estilo. Por ejemplo „Der Kleine Angshase“ es uno de los más tiernos.
„Es war einmal ein kleiner Angsthase. Der wohnte bei seiner lieben Oma, die leider auch sehr ängstlich war“„Érase una vez una pequeña liebre miedosa. Viviía con su abuela, que lamentablementetemabién era muy miedosa“ (3)
Así empieza la historia y, acaba con una liebre que se convierte en un héroe que salva a la liebrecita más pequeña del pueblo de las fauces de un zorro. El bien triunfa sobre el mal. Y el mal, muchas veces, es el miedo que llevamos dentro, y, que heredamos de nuestro entorno.
(1) „La aguja de zurcir“ de „Los cuentos de Andersen“. Recopilación: Juliette Frølich. Editorial Crítica. Página 195
(2) „La princesa y el guisante“ Ibid. Páginas 25 y 26.
(3) „Der kleine Angsthase“. Del libro „Geschichten für Kinder“. Elisabeth Shaw. Der Kinderbuchverlag. Páginas 21 hasta 36.
LISBOA EN PESSOA
En 2007, cuando me movía en la vorágine de ir de la escuela secundaria alemana, a la universidad y de allí a la universidad popular, donde impartía clases como un poseso, escribí esto. Un pequeño texto sobre mi impresión en Lisboa, donde debí sentir en ese entonces la presencia por doquier de uno de mis autores preferidos: Fernando Pessoa (1).
Recorrer Lisboa con un libro de Pessoa bajo el brazo ha sido de las cosas más maravillosas que he experimentado. Recuerdo también la empatía literaria de mi acompañante alemana, quien, junto a mí, le nació la curiosidad de este autor que decía "me siento tan aislado que puedo palpar la distancia entre mí y mi presencia". Genial.
Espero que les guste. Y perdonen por el título provocador; es que tengo la mala costumbre de relacionar a una escritora o a un escritor con una ciudad. Hasta con una calle. Las calles forman las ciudades y las ciudades florecen a través de sus calles por donde callejearon sus escritores. Si no me creen, visiten Praga, y sentirán por todos lados a Kafka. Qué misterio, caramba.
LISBOA EN PESSOA
A Fernando Pessoa lo vi sentado, el verano del año pasado, en la puerta del café A Brasileira, en Lisboa: estaba concentrado leyendo sus pensamientos vespertinos detrás de sus anteojos redondos e infinitos.
¡Cómo me hubiera gustado haber visto detrás de sus anteojos todo el universo mágico que él veía!. (2)
Antes, con mi largavista, lo había tratado de observar desde lo alto de la capital de Portugal: el castillo de San Jorge; pero no lo conseguí. Así que tuve que bajar, cruzar la Rua de Ouro, cerca de la Praca do Comércio y, caminar rumbo al barrio Chiado, donde, hasta comienzos del siglo XX, se juntaban los intelectuales portugueses, y donde él -en aquel entonces- también concurría.
Tengo que consefarlo: la luz de Lisboa me enamora cada vez que vuelvo buscando los pasos de don Fernando Pessoa. Me subo a Barrio Alto, que tiene la visión más romántica y panorámica de Lisboa y me pongo a soñar los versos de Pessoa. Desde allí, toco con mis dedos toda la belleza que exhibe esta ciudad extraña. Si quiero otear el atardecer de esta urbe, me empino sobre la torre del castillo de San Jorge. Desde donde contemplo la andadura del río Tajo, cuyas aguas -luego de atravesar Toledo, España- llevan como barcarolas las palabras del poeta que todavía están escritas en las singladuras que se van a perder al horizonte (3)
CUANDO PIENSO EN PESSOA
Cuando pienso en Pessoa, por supuesto también pienso en Lisboa. En esa ciudad el poeta pasó casi toda su vida. Amó sus esquinas y plazas como a sus libros, amó las aguas del Tajo y las callecitas perdidas del barrio Alfama con todas sus fuerzas. Yo amo sus palabras convertidas en poesía, escritas por las bifurcaciones de su ser: él era tres en uno, Ricardo Reis, Álvaro Campos y Alberto Caeiro.
Dicen que cuando los poetas se mueren se van al cielo, éste debe de haberse ido más allá del cielo, porque su poesía trasluce, a veces, tanta armonía, tranquilidad, aburrimiento, lontananza, contemplando, por ejemplo, pasar el sol a través del día o atravesar una hoja seca la corriente de un río. Eso es Pessoa.
Mucho cuidado al leerlo. Recomiendo una caída de sol, o una playa al atardecer; una vista alta de bosque o al lado de un río grande o de un riachuelo colmado de aves. En fin, se le puede leer en cualquier lado. Yo he leído sus poemas hasta en los trenes portugueses y descansando en el monasterio templario de Tomar (4) bajo la la sombra del sol. En Lisboa, cualquier calle o café es propicio para saborear su lirismo.
La próxima vez que lo lea en América, me subiré a las cumbres de Machu Pichu. Desde lo alto de los vuelos de los cóndores trataré de contemplar si sus versos también corren sobre las aguas del Urubamba como en el Tajo .
(1) Fernando Pessoa murió en Lisboa el 30 de noviembre de 1935.
(2) Me refiero al monumento de metal que se levanta delante del café A Brasileira, donde Pessoa solía tomarse un cafecito.
(3) Traducción al español. HORIZONTE / El mar anterior a nosotros, tus miedos / Tenía coral y playas y arboledas. /Desveladas la noche y la cerrazón, / Las tormentas pasadas y el misterio, / Abría en flor el Lejano, y el Sur sideral/ 'Splendía sobre las naves de la iniciación. // Linea severa de la lejana costa / Cuando la nave se aproxima írguese la cuesta / En árboles donde el Lejano nada tenía; / Más cerca, se abre la tierra en sonidos y colores: /
Y, en el desembarco, hay aves, flores, / Donde era sólo, de lejos la abstracta linea //El sueño es ver las forma invisibles / De la distancia imprecisa, y, con sensibles / Movimientos de la esperanza y de la voluntad, / Buscar en la linea fria del horizonte / El árbol, la playa, la flor, el ave, la fuente / Los besos merecidos de la Verdad.( Traducción de Sebastián Santini).
(4) Para ver fotos del monasterio de los templarios de Tomar, sería bueno que los busquen en la red. Merece una visita virtual o analógica ese lugar.
LOS LIBROS HACEN PUENTES
Arriba, leyendo el cuento "El trueno" del libro "La sonrisa del elefante marino". Un cuento contra la guerra, ante la atención de un tenso auditorio frente a tan polémico texto en medio de una situación europea preocupante. Abajo, la banda musical que amenó la velada literaria con la voz de la cantante alemana Anna-Sophie Könnemann. De izquierda a derecha, el pianista Robert Ketterer, el bajista Martin Kallenberg, la cantante alemana Anna-Sophie Könnemann, el percusionista Tihomir Cozandski, el escritor peruano Jose Carlos Contreras Azaña y el guitarrista flamenco Diego Rocha.
SPANISCHER ABEND IN KANDEL Mit José Carlos Contreras Azaña und Anna Sophie Könnemann
Amtsblatt Kandel (abajo) Ausgabe 18 / 2022.
Abajo recuerdo literario de la información en el Amtsblatt Kadel (Ausgabe 18/2022) sobre el evento de lectura y presentación del libro "La sonrisa del elefante marino" en la ciudad de Kandel, en el estado de Renania Palatinado.
Arriba, del diario Wochenblatt del estado de Renania Palatinado, informando sobre el evento literario en el IGS Kandel.