martes, 31 de julio de 2012

LA BANALIZACIÓN DEL TIEMPO LIBRE: ¿QUÉ ES CULTURA EL DÍA DE HOY?



„El contrato social no está siendo modelado
por la dinámica política sino pora la industria
del entretenimiento“

Peter Sloterdijk

„Ahora la economía ha puesto sus miras en
última esfera de la actividad humana que
restaba por mercantilizar: la cultura. Los rituales
culturales, las actividades comunitarias, las
reuniones sociales, el arte, los deportes y los
juegos, los movimientos sociales y la actividad
cívica, todo resulta invadido por la esfera
comercial“
Jeremy Rifkin
La era del acceso. Paidós 2000. Página 7.


Entro a una exposición de arte y me quedo perplejo; me meto a una función vespertina de cine y me aburro; leo el libro de un autor moderno y me pasa lo mismo. Entonces percibo un furúnculo piloso que encierra pus y que produce una banalización insoportable sobre la piel del trabajo creativo. Para ser menos aguafiestas, y un poco más esponjas, quizá debo ya de estar loco y mi locura me impide percibir la belleza de la cultura actual. Ojo, ojito que no persigo ver a la belleza en su estado más puro o de clímax , pero al menos que su presencia no sea meramente banal, frívola, vacía y de entretenimiento, sino que persigo que produzca en mi un profundo proceso de discernación, reflexión e introspección sobre la condición humana.

Pues luego me hago la pregunta si todo eso es cultura. Si todo lo que veo en los cines, observo en los museos o leo en los libros, temas que finalmente abordo revisando los comentarios en los medios de prensa, no resulta ser más que una adulación desmedida por parte de los modernos publicistas que han tomado en el podio el papel de los críticos. ¿Es eso cultura?. ¿Qué es cultura, entonces? Y si todo es cultura de esa manera tan banal, frívola y vacía, quiere decir que la cultura no existe, que la cultura se ha muerto. Que la cultura es cantidad y no calidad. Que la cultura debe ser light y que entretenga. Y sobre todo que venda, porque si no vende, no es cultura, entonces la cultura de masas, como ya lo dijeran Horkheimer y Adorno, es prioritariamente mercantil. Cuanto tienes, cuanto vales. Cuanto vendes, cuanto vales. Si no vendes nada no sirves para nada: no vales.

Sé que exagero, porque todavía perviven en el seno de nuestros museos modernos, teatros, libros y periódicos, la esencia de la cultura de gran nivel, pero es que si no exagero en esta página hasta el paroxismo, tú que me lees querido lector no te atreverías luego a ver a tu alrededor y comprobar lo que te digo ¿Qué está pasando con la cultura?.

Sin duda que los inventos en el campo de las comunicaciones han facilitado nuestro deslizamiento a través de espacios en donde antes era imposible andar a una velocidad tan admirable, la revolución digital, como lo llama Jeremy Rifkin, pero por otro lado esos inventos nos están creando problemas: por ejemplo hay gente que ya no lee una obra clásica y se pasan horas en el ordenador colgados de internet. Por otro lado esos inventos crean una banalización de la creatividad: no sé si llamar creatividad a un vídeo de tres minutos donde un perro se muerde la cola y es visto por decenas de millones de personas. He aquí un ejempo de la masificación y la banalización del espectáculo. Lo mismo ocurre en otros campos, y el ejemplo del perro que se muerde la cola en you tube pude trasadarse en el campo de la cultura. Cuando la cultura de masas saca la cabeza, su carácter estético se esconde en los pies.

La dictadura de la economía de mercado está obligando a andar en muletas a la cultura de nivel. Para ser más sinceros: la está matando. ¿Es igual un cuadro de Velázquez o Canaletto, por citar alguno, que una mamarrachada de un expositor que utiliza materiales digitales? ¿Un libro de Miguel de Cervantes o Jorge Luis Borges se podrá comparar con el mejor libro del año que anuncian con bombos y platillos los publicitas de la editorial de turno? ¿Es buen cine una película que me hace recordar dónde se quedaron aquellos tiempos de Akira Kurosawa o Ingmar Bergman? Lo ligth vende porque la industria del entretenimiento se enriquece. Por lo tanto estamos expuestos a un empobrecimiento de la cultura, y lo peor es que ni siquiera nos damos cuenta, porque las nuevas generaciones desconocen lo anterior, y desconocen los antecedentes de la cultura de nivel, de ese modo tomarán como real cultura, la cultura de hogaño que exhibe su esencia en la masificación, la banalización y la concepción de cultura como mero espectáculo. Por lo tanto los mecanismos del proceso creativo no se erigen necesariamente por criterios de exigencia o de calidad, sino de rentabilidad financiera. ¿Quién nos salva de esto? Este es un tema que saca ronchas. A ver si alguien dice algo. Me siento huérfano, pero no se lo digas a nadie. A fin de cuentas todos acabaremos en el cementerio. ¡Va por ustedes!

sábado, 21 de julio de 2012

TOTÓ LA MOMPOSINA EN KARLSRUHE 2012




„La música no es más que la imagen
del universo que se poetiza“
Lorca y las formas de la música.
En Leciones sobre Fedrico García Lorca.
Granada. Página 241.

„Por otro lado, a propósito aún de la poesía griega
arcaica, debemos recordar la magnitud de la religiosidad
que subyace en el origen tanto de la poesía, la
música y la danza. (...) Por tanto, durante muchos siglos
una poesía dialectal, sin escritura, bailable, musicalizada
y cantada surgió en Grecia antes de la invención del
alfabeto (...)“
La poesía en las lenguas indígenas de México
Carlos Montemayor


Por Jose Carlos Contreras

Dicen que la infancia es la patria de los hombres. Allí me sentí acurrucado anteayer mientras escuchaba y bailaba la música de Totó la Momposina en el festival de música „Zelltival“ de la ciudad de Karlsruhe, Alemania.

Aquella música que cuando era niño entraba a mis oídos provocándome una fascinación señorial y que provenía de la vivienda de los vecinos afroperuanos en Lima, volvió a resucitar en mí los sonidos y los recuerdos de los viejos ayeres. ¡Qué vivan los fantasmas de abajo el puente, la chicha morada y el pisco sauer!. La ciudad de Lima, capital de Perú, está ubicada frente al oceáno Pacífico. Por su parte Colombia está bañada también por el océano Pacífico y, además, por las olasdel Mar Caribe. Quizá la riqueza de posesión de dos aguas que bañan las costas de Colombia sea la clave de la belleza de los ritmos colombianos: que fascina no a pocos, por esas aguas llegaron esos ritmos sobre barcos desde el continente africano. El cumbé se convirtió en cumbia, y otras formas musicales que desconozco. Empero aquí está, gracias a los Dioses Chibchas o al Dios Yorubá, Totó la Momposina, para rescatarlos, aplicarlos y conservarlos hasta la eternidad.

Totó lo dijo el jueves: hago música para rescatar del olvido los ritmos, los bailes y los instrumentos de mi querida Colombia. Totó la Momposina es una Diosa vestida de música con una voz y un carisma impresionantes, acompañada de siete querubines que tocan flautas machos y hembras y demás parafernalia musical. Yo que llevo disfrutando las canciones de Totó la Momposina muchos años a través de cidís, el jueves pasado (19.07.2012) por fin tuve la suerte de disfrutarla en vivo. Totó la Momposina es la reina de Colombia, con perdón de las otras reinas que la industria de la música ha creado a base de inversión financiera. Esta reina, sin trapisondas, sí es una reina de verdad.

Anteayer Totó la Momposina comentó que se sentía nuevamente como una cantante que recién empezaba su carrera. Que ahora va de lugar en lugar, duerme en los coches, se ducha en los teatros, canta, se alista y enrumba a las otras ciudades que forman parte de su gira de verano 2012. Eso dijo Totó. Lo que me llamó la atención es que en el Zelltival de Karlsruhe, el festival de música que organiza el Tollhaus en el sur de Alemania, casi toda la sala estaba llena de asiento dispuestos matematicamente. ¿Asientos? ¿pero quién se atreve a sentarse cuando está delante de la música de Totó la Momposina?. Dicho y hecho. El asiento que tuve en primera fila apenas sintió mi calor cinco minutos.

Durante todo el espectáculo la mitad de las sillas estuvieron vacías. Con ese ritmo de tambores, con esos movimientos contagiantes, con esa música que tal vez la haya bailado muchas veces Gabriel García Márquez, no había remedio que dejar salir el bailador que todos llevamos dentro. Totó fue culpable del calor de los cuerpos, fue culpable de que la gente joven de Alemania, que el jueves la vio, se haga la pregunta si la música no es sólo la que nos trae las radios comerciales o las campañas de mercados para arrasar las listas de ventas en el verano. No, aquí está Totó la Momposina, micrófono en mano, instrumento al ristre, tratando de rescatar el santo y seña del pasado colombiano, pero ojo, ojito, dejando que se acoplen nuevos instrumentos a los ritmos de antaño.

!Mis respetos reyna de Colombia! ¡Qué viva la música y la poesía!
 

¡Va por ustedes!

martes, 17 de julio de 2012

LA NIÑA DEL LIBRO, EL PARAGUAS Y EL PERRITO BAJO LA LLUVIA (DE KARLSRUHE)


„Meditar es dialogar con algún muerto“
Nicolás Gómez Dávila

„Según Platón, la mayor parte de la
humanidad se contenta, lo mismo que
los prisioneros de la caverna, con el
mundo de la mera apariencia. Sólo los
filósofos salen de la caverna y aprenden
a percibir las cosas tal como realmente son;
sólo éstos alcanzan un cimiento genuino“
Mercedes García G.
La Caverna de Platón y otras delicias de la
Filosofía.

„El hombre ha nacido libre y, sin embargo,
vive en todas partes encadenado“
Jean-Jacques Rousseau.
El contrato social.


Anteayer escribía el texto „Para qué sirve leer“, con un pesimismo enrabietado que hasta yo mismo me asusto al repasarlo. No obstante las cosas son como son y hay que respetar a su yo y sus circunstancias. Inclusive ir más allá, porque como yo soy yo y mis contradicciones, no le puedo dar una vuelta de tuerca a las palabras que escribí hablando de las lecturas y los libros en „para qué sirve leer“, porque, al fin y al cabo, leer es simplemente leer. El asunto es volver a precisar a qué me refería con leer. En ese sentido debo dejar claro que me refiería en gran medida a la lectura de libros de ficción, y especialmente del rubro de literatura clásica. En este aspecto quiero defender a la literatura actual, pero debo criticar a la producción banal de muchos escritores modernos, porque leyéndoles, se corre el riesgo de acabar ulcerado del cerebro (perdón por la aberración biológica).

Como me mola aquel pensamiento que dice que es bueno que una persona se sorprenda siempre, que se sorprenda de las cosas más sencillas, o de las cosas más arcanas, que se sorprenda inclusive de si misma, porque sorprenderse es vital oficio para seguir viviendo, ya que el día que alguien deja de sorprenderse es que casi está acabado. Siguiendo la premisa del factor „sorpréndete y seguirás con vida“, les cuento que el domingo por la mañana, cuando iba en bici a los estudios de la radio, donde hago un programa en español y alemán, vi una imagen que fue la antítesis de lo que había escrito ese día a la hora que los gallos cantan (1).

Mientras lluvia tenuemente, vi a una niña sentada sobre una piedra del parque ubicado detrás del Museo de Historia Natural de Karlsruhe (Alemania). Leía un libro ensimismada en sus párrafos, el cual sujetaba con su mano izquierda, y, con la derecha sostenía un paraguas que la protegía por completo de la lluvia, y entre los dedos de esa mano salía una cuerda que sujetaba a un perro que se movía lentamente sobre el césped, acostumbrado, quizá a no interrumpir la lectura de su ama de diez u once abriles. Imagen sumamente hermosa: una lectora que me ha partido el alma, y que ha echado por tierra todos mis pesimismos en torno a la lectura (eso espero).

La imagen ha sido de embrujo. No sé por qué lo escribo en pretérito perfecto, tal vez porque la visión siga en mi cerebro como un círculo fotográfico no cerrado por completo, aunque, la verdad, debería de escribirlo en presente de indicativo, porque esa imagen de una niña sujetando su libro, abstraída en su lectura bajo la lluvia, cobijada bajo el paraguas y sujetando a un perro sabedor y respetuoso de las aficiones de su ama, nos dice que la lectura no ha muerto. ¡Qué libro digital y ocho cuartos, estoy hablando de un libro de papel!. Y perdonen mi romanticismo. Si el filósofo Richard David Precht (2) me leyera, se reiría de mí. Pero sé que él –tan inteligente como es- me lo hubiera perdonado, porque el alma humano, o mis reacciones de chimpancé internauta puede sufrir el desdoblamiento de las más extrañas y ambiguas actitudes.

En homenaje a esa niña desconocida sentada en el parque detrás del Museo Natural de la ciudad donde vivo, quiero rendir honor a la lectura. A esa vieja manía de comerse los libros con pasión, y de desmenuzarlos con pinzas, pero para esto ya tenemos a Wittgenstein, quien nos ha ahorrado el trabajo abordando el lenguaje y el contexto en que afloran las palabras en este „parque zoológico humano“ (3)

(2) Richard David Precht (Solingen, Alemania,1964). Filósofo alemán. Autor de los sabrosos libros „Wer bin ich-und wenn ja wie viele?“, „Liebe. Ein unordentliches Gefühl“, entro otros.
(3) Peter Sloterdijk (Karlsruhe. Alemania. 1947). Filósofo alemán, autor de „Crítica de la razón cínica“, „Esferas 1“, „Normas para el parque humano. Una respuesta a la ´Carta sobre el humanismo de Heidegger“,entre otros.

sábado, 14 de julio de 2012

PARA QUÉ SIRVE LEER


¿Y qué hace una rata despierta? Olisquear.
Jean - Didier. Biólogo.

"La mediocridad de las clases medias en general"
La posibildad de una isla.
Michel Houellebecq

"Todos tenemos un doble que vive en las antípodas.
Pero encontrarlo es muy difícil porque los dobles
tienden siempre a efectuar el movimiento contrario"
Doblaje.
Julio Ramón Ribeyro

Algunos leen para meditar, para escaparse de la realidad, aprender, torcerle el cuello al aburrimiento cotidiano. Otros para pasar un buen rato, pasar las horas y las deshoras. Consumirlas con disimulo. Hay quienes leen, y entienden, pero no comprenden.  A tanta reflexión, iluso sería plantearse que la lectura pueda cambiar el mundo. Mucho más arrogante sería pensar que conociendo lo que leen las personas se pueda saber quiénes son y con qué pie cojean. En mis viajes en barcos conocí a gente que no había leído casi nada y eran buenas gentes que no le habían robado nunca a nadie (con el perdón de los banqueros, y parafraseando a Bertolt Brecht). Al fin y al cabo, a quién le importa esto. Cada quien con su tema, su lección y su virtuisismo. El oficio de lector a veces puede resultar un tanto masoquista. Seguro que a muchos no les debe de importar que la lectura sea o no tiene que ser obligatoriamente trascendental. A mí sí. ¿Craso error? no lo sé. Una lectura que no me cubra por entero el cuerpo y el alma como una ducha debajo de una cascada como las que descubrí en República Dominicana o en la selva baja de Perú, no tiene sentido.

Ahora se dice que se lee mucho, internet, por ejemplo, wikipedia, quizá, sms, no sé, pero el nivel de lectura de los libros clásicos ha decaído, y no me refiero a su comprensión y discernimiento, porque me he tocado con gentes en España que se les hacía difícil entender el Quijote de la Mancha. Quizá peque de pesimista, pero no se olviden que un pesimista es un optimista bien informado.

Aparezco después de tantas lunas en este blog, y vengo con ganas de sacar ronchas. Es que tenemos que sacar ampollas, porque si no lo digo, pues, entonces para qué sirve todo esto. En mi último periplo por España me ha quedado el latigazo de ver a mucha gente que la está pasando mal. ¿Puede cambiar la lectura esta situaciòn? No. O sí. Leer tambien puede resultar subversivo, pero leer qué, y para qué. Leer las historietas del Paturusú o las caminatas de San Porondogué. En Málaga me he topado con un diario que decía que en España hay tres escritoras fenómenos cuyos libros son superventas a pesar que ningún diario escribiera sobre ellos. No lo creo. El reportaje sobre ellas me pareció más un trabajo publicitario, pero, de ser verdad, me alegro, aunque desconozco el contenido de los libros de esas autoras, me queda la duda de su trascendencia. En España me toco siempre con libros sumamente importantes (en Latinoamérica con muchos más) pero nadie les da bola. La crítica a veces se equivoca, o quiere equivocarse, o -para ser más claros- no lee, no lee los libros que critican, o lo leen a retazos, porque el tiempo apremia.

A veces, cuando camino por las esquinas de las librerías, me llama tanto la atención encontrarme con libros cuyas tapas están adornadas con una recomendación de algún crítico señalando cosas como estas: "el mejor libro de la presente temporada", "sin duda el libro del año", "no hay duda, nos encontramos frente al libro del siglo", "la literatura tiene un nombre y se llama ...". Cosas de estas causan daño a la literatura, porque convierten al libro como un mero producto de mercadillo, en una mercancía que puede vender el que más grita. Los editores lo saben, y los amigos de los amigos, también. Pero se callan. Pero el que calla otorga. Inclusive en este blog me he tocado con algunos comentarios de gran nivel criticando a los críticos alemanes: quién critica a los críticos. Gracias por estar allí. Y si encuentras un buen libro, pasa la voz. Ya vuelvo. Ya vuelvo digo, porque empieza mi época de vacaciones.

Va por ustedes!